Capitulo 19.

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Holaaa, ¿Como están mis queridos lectores?

Esta historia ya esta llegando a su fin, ya que este es el penúltimo capitulo. Espero y les guste.

✨Disfruten el Capitulo!✨


—Suzaku lleva varios días sin venir —murmuró Obito—. Me pregunto si algún día dejará de venir para siempre.

Deidara y Obito subieron la escalinata juntos. Afuera estaba lloviendo a mares y se preguntó qué estaría haciendo Suzaku bajo toda esa lluvia y si estaría bien.

—La profesora Shizune dijo que más o menos por esta edad se independizan y que son bastante precoces, hm —dijo Deidara pero Obito notó como miraba también hacia afuera, con la misma preocupación que él.

—Pero aún no le han terminado de salir las plumas de la cola —replicó Obito.

Cada vez que pasaban por una ventana, miraba a la distancia por si lo veía venir.

—Volverá —dijo Deidara—. Si empezamos a pensar así, el patronus no nos va a salir y esta vez quiero lograrlo.

Obito lideraba el paso, pensando en lo que necesitaba que hubiera en la sala de los menesteres. Un lugar acogedor, donde Deidara pudiera practicar bien.

Quizá, pensó, se pudiesen quedar ahí un rato más los dos solos, apartados del mundo. Quizá también pudiera reunir el valor para decirle lo que sentía y al menos si no fuese correspondido, sacárselo de encima.

—Estás muy cerca de lograrlo, Dei. La forma es cada vez más definida. Eso es buena señal.

—Y tú aún no me has enseñado el tuyo, no creas que se me ha olvidado, hm. Estoy empezando a pensar que me estás poniendo excusas —dijo Deidara.

—Cuando domines tu patronus, te enseñaré el mío —dijo Obito—. Ya te lo dije.

Tal vez se arrepintiese de eso más tarde, Deidara estaba muy cerca. Tal vez, pudiese poner la excusa de que no le salía porque estaba preocupado por Suzaku.

Ambos llegaron frente a la puerta de la sala de los menesteres. Como todas las semanas, Obito empujó la puerta y pasó.

Lo que le esperaba al otro lado era algo distinto a la habitación acogedora de siempre. El sofá tenía forma de corazón, también la alfombra. Y sobre la mesa, un pastel rosado que tenía, también, forma de corazón.

—¿Qué es exactamente lo que has pedido? —preguntó Deidara pasando a la estancia.

Obito se dijo que tenía que reaccionar rápido.

—¡No lo sé! ¡Lo mismo de siempre! —exclamó y se recordo aquella vez en la que en un rincón de su cabeza, pensó en hacer ejercicio y la sala de los menesteres le dio precisamente eso.

Había cometido un error, uno bien grande.

Deidara se rió y le metió el dedo al pastel, lo embadurnó en crema y se lo llevó a la boca.

—Me parece que sí es verdad lo de que te gusta alguien. Pensaste en venir aquí con tu amor y pasó esto.

—Mejor nos ponemos a practicar.

Obito sacó su varita. Deidara lo miró sonriente antes de sacar la suya y él supo que eso era mala señal.

Nada de lo que hiciese o dijese iba a convencerlo de lo contrario.

—Está bien. Cuando terminemos, prepárate para que te llene de preguntas, hm.

—Bueno, bueno —se quejó Obito y se cruzó de brazos—. Ahora a pensar en tus memorias más felices.

Eso pareció calmar a Deidara, que se quedó muy quieto y en silencio durante un rato.

—Estoy pensando en el día en que Gryffindor le ganó a Ravenclaw. Ese partido fue especial —dijo—. ¡Expecto Patronum!

Luz brillante y plateada emanó de la varita.

Al principio tomó un poco de definición, pero luego las hebras de luz más antiguas comenzaron a desvanecerse hasta que se apagó por completo.

—Ahora algo más feliz aún —dijo Obito.

—¿Qué es en lo que piensas tú? —preguntó Deidara.

—A veces pienso en el día en que Suzaku nació —respondió él—. A veces... ¿Recuerdas el primer verano que pasé en tu casa? Fue el mejor verano de mi vida.

—Fue un buen verano. Voy a pensar en eso ahora, hm. —Deidara se tomó su tiempo para invocar las memorias. Obito se dio cuenta de que le encantaba verlo así, tan en calma—. ¡Expecto Patronum!

La luz cobró más fuerza esa vez. Se expandió y tomó algo de forma.

—¡Ya casi lo tienes! —exclamó Obito.

Luego desapareció y Deidara gruñó e hizo el ademán de arrojar su varita lejos.

—¡Esto es imposible! ¿¡Cómo lo lograste tú!?

—Practicando todos los días y pensando en t- ¡En todo lo agradable que se me ocurríera! —Obito miró a Deidara cruzado de brazos—. No es un hechizo fácil.

—¿Y tú? ¿Lo has logrado? Porque a veces lo dudo —replicó Deidara—. A veces creo que sólo lo dices para presumir.

Obito apretó los labios.

—Eso no es así. Sí lo he logrado.

Deidara avanzó hacia él.

—¿Y por qué no lo haces, entonces, hm?

—Porque... —Empezó a decir Obito, pero se calló de repente. Deidara ya sabía que había algo raro ahí. ¿Cuál era el punto? Obito preparó su varita y pensó en aquel momento en que Deidara lo abrazó y él lo levantó del suelo y comenzó a dar vueltas—. Por esto. ¡Expecto Patronum!

La luz se fue moldeando y formó una lechuza blanca.

—¡Katsu! —dijo Deidara, mirándolo volar. Obito se fue hacia el sofá y se sentó en él, doblado sobre sí mismo abrazando sus piernas—. Katsu... ¿En serio él es tu patronus?

Obito no le respondió. No se atrevía ni a mirarlo y no mucho después sintió como el asiento junto a él cedió bajo su peso.

Deidara puso una mano en su hombro.

—Obito.

—¿¡Por qué va a ser!? ¡Porque me gustas! ¡Y si lo vieses te ibas a enterar! —chilló, aún sin moverse de la posición en la que estaba. La mano de Deidara se apretó aún más, aún sin soltar su hombro—. Por favor, vete.

Se arrepintió de haber dicho eso en cuanto Deidara se levantó y se alejó, pero Obito siguió inmóvil, negándose a enfrentar lo que fuera que estuviera pasando.

—¡Expecto Patronum! —exclamó Deidara.

Obito alzó la vista y observó la luz tomar forma y convertirse en un halcón de harris exactamente igual a Tobi.

—Deidara...—murmuró, poniéndose en pie, él nombrado le sonrió—. ¿Por qué?

—¿Por qué crees, hm?

Obito caminó hacia él y lo abrazó. Muchas veces pensó en besarlo, pero aún no se atrevía a tanto.

Fue Deidara quien lo hizo, el muy Gryffindor.

Toda la ansiedad de antes se transformó en burbujitas mientras a su aldededor, ambos patronus revoloteaban en círculos.












1058 Palabras.

Una Aventura Por Hogwarts. Obi/dei (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora