Los paraderos son mi perdición si es que el bus no llega cuando debería llegar o si los pierdo. Los paraderos a oscuras y de paso a solas bajo la lluvia.
Es como si todo te golpeara de golpe, la soledad, el dolor y el enojo de perder el bus. El ver los autos que pasan a mi alrededor y recordar lo sucedido me hace llorar en todo momento.
Esto es demasiado tormento para mí.
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Cuando estoy dentro del bus tiendo a mirar mucho a la ventana, mejor dicho, todo el camino. Tiendo a no concentrarme en el reflejo de las lunas que dan vista de las personas que están dentro del bus. Prefiero ver la lluvia caer sobre los autos mientras mis lágrimas caen mientras escucho algo se música para evitar oír los comentarios de los demás.
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Por un tiempo dejé de oír aquellas voces en mi cabeza, pero estás volvieron al poco tiempo y realmente me atormentan mañana, tarde y noche. Incluso cuando duermo sueño que estoy entre tantas personas maldiciéndome y recordándome lo culpable que fui. Lo odio tanto.
