NO EN PÚBLICO

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HYEJIN

Tenerla con vida es lo mejor del mundo y más aún cuando me pidió que me quede a su lado, es un sentimiento magnífico.

• WheeIn
•  Jung WheeIn
• Cachorrito
• Pequeña
Algodoncito de azúcar

Dios! Puedo crear más formas para decirle porque hay muchas características únicas que me encantan.

Mañana hablaré con ella, no me callaré, le diré que la amo y le pediré que me ponga restricciones o también le informaré cómo debe detenerme si me sobrepaso.

Un pequeño golpe en la espalda me hace salir de mis pensamientos y al voltear veo al padre de mi pequeña, eso solo significa problemas.

- Dígame señor.
- Trajiste a salvo a mi hija. Gracias.
- Era algo que debía hacer. Creo que ninguno quería enterarse de lo peor ¿No?
- Así es. Mi pregunta es ¿En dónde te quedas?

Me sorprendió en primer lugar su agradecimiento y ahora las preguntas.

- Tengo una casa aquí en Corea.
- Entiendo.
- Sí...
- Estamos pidiendo algo de comer ¿Vienes?
- ¿Perdón?

Estoy más que sorprendida, impactada diría yo, yo pensé que me odiaba.

- Creo que está más que claro que mi hija te quiere ahí. - mira a su domicilio.

Yo miro a aquella dirección y ahí está mi pequeña mirándonos, es adorable.

- Me encantaría, pero no quiero incomodarlos. Estoy consciente del odio que me tienen por lo que le hice a su hija.
- No sabíamos con seguridad lo que pasaba entre ustedes. Pero al saber tu nombre creamos un cierto odio. Eso es lo que pasó. - cometa.
- Entiendo.
- De todas maneras debemos conversar contigo seriamente después.
- De igual manera señor Jung.
- ¿Entramos?
- Sería un placer.

Lo sigo por detrás y veo a WheeIn sonriendo por ello, aguanto adelantarme para abrazarla, no quiero hacer algo que este mal, claro que WheeIn nunca sigue órdenes.

- HyeJin!

Salta y se aferra a mi, acto reflejo la sostengo rápidamente, es adorable.

- No debería hacer esto Whee. No frente a tu familia...
- No me importa. Nunca sigo órdenes.
- Lo sé claramente.

Ingresamos a casa y ahí las chicas me abrazan rápidamente, esto es bueno.

- Hasta que por fin regresas idiota. - me golpean la cabeza y espalda.
- Siento mi tardanza.
- No le peguen... - pidió mi pequeña.
- Okok, mejor nos alejamos porque sino nos mata. - bromea Byul.
- La comida llega en unos minutos así que todos al comedor. - avisa su madre.

Nos dirigimos al comedor y ahí recién WheeIn se baja, enserio se pasa, se comporta como una niña pequeña siempre, ya no es novedad.

- No me presenté antes de la manera correcta. - me dirijo a su madre. - Ahn HwaSa.
- Espero que podamos realmente conocerte ahora.
- Tenga por seguro que así será.

Nos sentamos mientras que WheeIn desaparece por unos minutos, un par casi.

- Mira!

Me sorprende cuando pone aquel felino en mi rostro.

Lo pone en mi regazo como si nada y yo como que es medio extraño tener a esta bola de pelos sobre mi.

- ¿Es un gato?
- No es cualquier gato. Se llama Ggomo. - aclama contenta.
- ¿Ggomo?
- Sí.
- Okey...
- Es tu hijo.
- ¿Y por qué siento que me quiere matar?

En realidad me asusta un poco, puede matarme, noté su mirada que me decía que me iba a matar.

- En realidad no es un niño tan mimado.
- ¿Tengo que mantenerlo?
- Sip.
- Okey.
- Ggomo!

El gato se había ido y yo como que seguía sorprendida, WheeIn me mata aquí frente a su familia más que nada, es algo vergonzoso porque es mi pequeña, claro que quiero que sea mi novia, pero debo esperar a que ella guste de mi.

- Bueno, él debe aprender algunas reglas.
- Te encargas de eso.
- OKI. Le enseñaré las reglas de casa.
- Bien.

Me da un beso en la mejilla y eso me pone más nerviosa que nunca, me siento colorada.

- WheeIn... - su papá la mira.
- Me calmo. - sonríe.

Se sienta a mi lado y por debajo toma mi mano, me sorprende y me gusta, no es como si fuera mi primera vez tomándola, pero parece que sí, me encanta.

- ¿Cómo van los negocios HwaSa? - YongSun comienza las preguntas.
- Bien. No he estado tanto en el negocio últimamente, pero aún no me dan las malas noticias.
- Tienes que estar atenta siempre porque te pueden dar el tiro por la culata. - interviene el padre de mi pequeña.
- Lo estoy señor, solo que como no estoy en condiciones de hacer proyectos no puedo hacer mucho.
- Bueno, si todos dependen de ti no da la empresa.
- Lo que pasa es que los grandes proyectos los hago yo, no he tenido oportunidad para que otro lo haga. Mis grandes ideas se dan cuando estoy de humor.
- Eso quiere decir que no lo has estado ¿Verdad?
- Así es señor.
- ¿Razón?
- Creo que la respuesta es obvia.

WheeIn mueve mi mano de un lado a otro sabiendo la respuesta, es obvio que no he estado de buen humor por el extrañar a mi pequeño cachorro.

- Es obvio que me extrañó mucho, mucho. - sonríe orgullosa.
- WheeIn...
- No digo nada papá.

Mi algodón de azúcar me va a dar un paro cardíaco si sigue avergonzándome de esa manera.

- Bueno, yo solo necesitaba compañía.- trato de cambiar las cosas.
- Conmigo en especial.

La miro y está muy sonriente, enserio que no puedo con aquella sonrisa, me dan ganas de besarla mientras la llevo a mi habitación, es más cómodo abrazarla y darle besos.

- Así es. - acaricio su cabeza.
- Me gusta eso. - se acerca más.
- No... - alejo mi mano.

Me mira con unos ojos asesinos, la regué, me va a matar.

- WheeIn cariño. Papá te va a matar.
- Ujummm...

Nos tiene en la mira, esto es vergonzoso, ni siquiera le caigo muy bien. Estoy jodida.

De todas maneras, aquí no es lugar indicado para que sea supoer cariñosa conmigo, no puede comportarse así, necesito que sus padres me den la aprobación para cuidarla y llevármela de nuevo a Alemania, creo que sería cómodo para ambas estar lejos, pero si lo desea podemos quedarnos aquí en Corea, no me molestaría.

LO QUE TRAJO LA LLUVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora