Perdidos:

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Bialya, 4 de septiembre, 00:16 am

M'gann despertó aturdida a mitad del desierto sujetándose la cabeza con dolor y murmurando cosas en lengua marciana.

"¡Hola Megan! Estoy en la Tierra", entendió la joven.

La chica se levantó y empezó a andar por las dunas sin entender que estaba sucediendo.

"Pero... ¿cómo llegué a la Tierra? ¿Y por qué estoy usando este traje? ¿Y por qué me duele tanto la cabeza?"

Ella resbaló y cayó deslizándose por una duna, golpeándose al caer.

"¿Esto es un sueño?", se preguntaba.

Entonces, algo aterrizó violentamente a su lado, levantando una enorme nube de polvo a su alrededor.

Cuando finalmente pudo volver la vista, Conner se encontraba allí de frente, gruñendo molesto y confundido.

M'gann divisó el símbolo de la casa de El en la camisa del joven.

—Espera, conozco ese símbolo—dijo ella—. Eres... ¿Supermán?

Conner rugió molesto arrancándose la camisa a pedazos antes de abalanzarse sobre la marciana e intentar aplastarla.

M'gann logró evadirlo con un salto y se elevó en el aire justo a tiempo para evitar otro golpe.

Conner saltó para intentar alcanzarla al tiempo que M'gann creaba un poderoso choque telequinetico, mandando a ambos jóvenes a volar violentamente contra el suelo en direcciones opuestas.

El clon de Supermán simplemente se puso de pie y se alejó de la zona con un poderoso súper salto. Dejando sola a la marciana, y muy confundida.

"No es un sueño...", pensó mientras se abrazaba a sí misma. "Es una pesadilla"

...

Robin se chocó de frente con un extraño joven de ojos verdes.

—Mierda, lo siento—se disculpó Percy, luego se fijó bien en el joven—. Valla, eres Robin, ¿no es así? Tal vez puedas ayudarme un poco.

El joven maravilla se rascó la cabeza.

—Quisiera poder ayudarte... pero estoy igual de perdido—murmuró—. ¿Tienes idea de dónde...?

Ambos chicos vieron como algo se acercaba a gran velocidad desde el horizonte e instintivamente se pusieron a cubierto para no ser vistos cuando un vehículo militar todo terreno pasó llevando a varios soldados armados consigo.

—Esos uniformes son del ejército nacional bialyano—reconoció Robin mientras veía a los soldados irse—. ¿Pero que hacen los bialyanos en...?

Al abrir su mapa holográfico, el joven quedó en shock.

—¿Bialya?

Percy miró al joven.

—Aquí una pregunta mejor, ¿qué estoy haciendo yo en Bialya?

Robin miró al chico y luego se miró a sí mismo.

—Pudo decir lo mismo de mi, ¿qué estoy haciendo aquí...—entonces Robin consultó la fecha de su mapa—... en septiembre? ¿Pero qué pasó con marzo?

Al volverse para mirar al chico de ojos verdes, se topó con que Percy estaba gritándole al cielo por alguna razón extraña.

—¡Hera! ¡Cómo me hayas metido otros seis meses en la hielera del Olimpo te juro que voy a...!

The EmperorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora