Secretos

942 95 21
                                    


Ciudad de Nueva York, 31 de Octubre, 19:26 pm

—Repite lo que acabas de decir—pidió Percy.

—Te estas distanciando del equipo, demasiado—dijo Robin.

Percy alzó una ceja.

—Pero...

—Sí, ya sé que fui yo el que te dijo que necesitábamos algo de tiempo—dijo el chico maravilla—. Pero esto ya es absurdo, has pasado semanas sin prácticamente ser visto, incluso viviendo dentro de la cueva. Y ahora llevas una semana en esta ciudad sin tener contacto con nadie. Te seré sincero, ya no pareces parte del equipo, y si quieres atrapar a ese emperador, no puedes permitir que eso suceda.

Percy se cruzó de brazos.

—He estado yendo al sicólogo, como Canario Negro ordenó—dijo él—. Además, después de meses, creo que tengo derecho de ver a mi futura esposa por una semana.

Robin suspiró.

—Percy, te comprendo—dijo—. Pero escucha, has estado demasiado ajeno al equipo, necesitas volver a formar parte activa de las misiones pronto.

—Ya se los había dicho, cuando haya una misión simplemente avísenme. Hasta entonces... necesito mi espacio, y el equipo...

—Ellos ya te perdonaron por ocultarles la verdad—dijo Robin—. Tú eres el que no se ha perdonado.

Percy suspiró.

—Y aquí me tienen, a mis veinte años recibiendo concejos de un chico de dieciséis—se le escapó una sonrisa—. Realmente desciendes de la cabeza de búho, ¿eh?

Robin sonrió un poco.

—Cuídate, Jackson—le dijo—. Regresa a la cueva pronto con esas súper-armas mágicas que nos prometiste.

—Claro, no te preocupes.

Robin entró a una cabina abandonada que servía de tubo-zeta.

—A todo esto, ¿vas a hacer algo esta noche? Porque M'gann invitó a todo el equipo a una fiesta de su escuela.

Percy volvió la mirada había el edificio Empire State.

—Dile que gracias de mi parte—respondió—. Pero hoy tengo una fiesta, y créeme, hay fiestas y hay fiestas olímpicas. Siempre quédate con la segunda opción.

...

—Computadora, asegura la habitación—ordenó Batman.

"Asegurada"—respondió la voz mecánica del programa.

En la cueva, Robin, Aqualad, Tornado Rojo, Flecha Roja y Batman estaban discutiendo un tema que había estado dando vueltas durante un buen tiempo ya.

—Iré al grabo, creemos qué hay un infiltrado en el equipo—dijo el murciélago.

—Estoy convencido de que no hay ninguno—aseguró Aqualad—. Cuando Sportsmaster afirmó que tenía una fuente interna sólo quería crear discordia.

Robin, recostado en un sofá. asintió.

—Su información salió fácilmente al comparar notas con los otros villanos trabajando para la Liga de la Injusticia—dijo, mientras subía los pies a una mesa y apoyaba su cabeza en sus brazos—. Y piénselo bien, si alguien del equipo estuviera trabajando con esa gente...

—Nos habría traicionado durante nuestra pelea contra ellos—concluyó Aqualad.

—No estoy convencido—dijo Flecha Roja—. Claro, ustedes dos y Chico Flash están descartados. Pero yo sé que Artemisa no es de fiar. Para empezar, yo sé que no es la sobrina de Flecha Verde.

The EmperorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora