Capítulo 20.

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[LIDREW]

 

Me encuentro sola, acurrucada bajo las cobijas amarillentas que el hospital me brinda, siento frío aunque fuera la gente se derrita.

Zamira no ha regresado de su visita con el doctor Thompson del día anterior. "A Zami la a abandonaron aquí a los meses de nacida, su hogar es prácticamente este hospital, nunca conoció a sus padres, que no la quisieron por su comportamiento fuera de lo normal, decían que estaba poseída por los demonios, eran una familia católica. La conocí a los días de mi estancia aquí y se quedó conmigo por decisión propia. El doctor Thompson la ve cada mes y ella lo odia" había dicho Dylan el día de ayer cuando presenciamos la riña entre la enfermera y nuestra muñequita. Audrey parecía querer llorar.

Dylan no estaba tampoco, al tener una, hum, estabilidad mental progresando de forma positiva lo dejan salir un par de veces al mes.

Y no se diga nada de Audrey; su pequeño cuerpo se hacía aún más diminuto, las manchas se apoderaban de su piel y lo único que se apreciaba era un esqueleto color carne, la trasladaron a urgencias esta noche; conectada a tubos de respiración su corazón luchaba por palpitar. Lo único que alcancé escuchar decir a los internos fue: La anemia se volvió cancerígena.

Leucemia<<

Tomo mis piernas y las abrazo fuertemente a mi pecho hasta que siento que perforan superficialmente mis costillas; la habitación que antes me parecía reducida ahora posee tal inmensidad que me hace sentir como una hormiga perdida en un gran desierto.

Necesito tus abrazos, papá. Que me digas que todo estará bien<<

Y así me siento. Perdida. Encerrada en un mundo donde a los buenos se les paga con enfermedades, pobreza, injusticia y, a los malos se les idolatra y los dejan seguir siendo lo que son. Unos buenos para nada.

Necesito tus besos en mi frente, Jake. Que me digas que estarás que estarás siempre a mi lado<<

Siento mi garganta cerrarse y las lágrimas acumularse a orillas de mis ojos, esperando un leve impulso para desfallecer libres por mis mejillas, limpiando un podrido interior. Meneo con insistencia y aprieto los párpados y así detener las lágrimas mientras que dentro de mi pecho se comprime mi corazón.

Necesito tu presencia, mamá. Que me digas que te importo<<

Tiemblo de frío o quizá de soledad, las finas sabanas no logran cubrirme y me siento desnuda. Afuera la gente brinca, canta, ríe de alegría por un nuevo día y daría lo que fuera por volver a sentir aquello aflorar en mi interior como en aquellos tiempos donde solo te preocupabas por que ibas a jugar a continuación y, a veces, ni siquiera por eso.

Necesito tu hombro para recargar mi cabeza, Jen. Que me digas que me quieres<<

La imagen de aquellos que se hacen llamar mis amigos resucita en mi memoria y, no sé cómo, siento que escucho la vos de Matty Mullins cantar "My Dear" a mi oído, dándome fuerzas.

Recuerdo a Ally con una sonrisa; tan viva y apasionada, tan baja y sonriente, me ayudó a desenvolverme. Gracias.
Zack, el que me protegía de todo como un hermano mayor, cuantas veces hubiera deseado nunca haber peleado con él, siempre ahí para mí. Gracias.
Hannah, hermosa muy a su manera, divertida y creativa, que me hizo sentir que pertenecía. Gracias.
James, igual que Ally, siempre con una hermosa sonrisa pintándole el rostro, por él soy capaz de ver el lado sarcástico de la vida. Gracias.
Vic, alto, gracioso, inteligente, sus pláticas siempre fueron interesantes, me enseñó que hay que estar orgullosos de nuestra erudición. Gracias.
Owen, el chico de la cara de chiste, el no importante, el especial, me ayudó, sin darse cuenta de ello, de verle el lado positivo a la vida. Gracias.
Lily, atlética, bella, inteligente, por ella trato de vivir la vida al límite. Gracias.
Y por último, mi hermosa Jen, de emociones marcadas, de gran corazón, me devolvió las ganas de vivir.

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