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5 Noviembre 2020

Gabriela caminaba de un lado, mientras esperaba noticias favorables sobre si había obtenido el empleo que quería a su último semestre de universidad, pues no quería acabar la universidad y enfrentar el mundo sin tener una garantía, su madre sonreía atenta con algo de burla pues confiaba en su hija y estaba segura que lo conseguiría

Gabriela recibió la tan deseada llamada, pero las palabras del otro lado aseguraban que no estaban interesados en ella para ingresarla en alguno de sus hoteles, ella agradeció rápidamente, mirando a su madre que la veía esperanzadora mente, corto la llamada diciendo las palabras finales y miro de nuevo a su mamá

—No lo conseguí — susurro , y pone una sonrisa que oculta su decepción — pero oye, estaré bien, ya vendrán otras oportunidades, ¿Podemos cenar ya?- pregunta animada, aunque claramente su ánimo ya no era el mismo después de esa llamada

Y su madre lo sabía

—Gabby, no seas así conmigo, desahógate y no te guardes las cosas —murmuró ella, y le sostuvo la mano, un esclaofrio recorrió a Gabriela, al sentir la mano de su mamá, y se obligo a mirarla

—De verdad estoy bien mamá, se que falta poco para graduarme y quería tener un empleo pero no lo conseguí, ya vendrán otras oportunidades, y eso es lo que debemos ver, el vaso medio lleno, ¿O no es eso que me dices siempre? — expreso y puso una sonrisa, caminando a la cocina, dejando a su madre en el comedor

Ella estaba convencida de sus palabras, El hotel Alber, era su mayor oportunidad para desempeñar sus funciones según lo que había estudiado, pero ya habría una nueva oportunidad, en alguna empresa, o podría ser en un hotel más pequeño, cuando regreso con los dos platos de comida vio a su madre en el piso, una línea de sangre salía de su cabeza, dejo rápidamente los platos en algún lado de la casa y se apresuró a correr dónde su mamá

Se había golpeado la cabeza y por ello sangraba, saco su teléfono que tenía una línea en la mitad —por unas cuantas caídas que había tenido — y llamo a alguna ambulancia, el invierno se hacía notar cuando las fuertes brisas hacían temblar las ventanas, y aún dentro del pequeño departamento donde vivía se sentía sobre la calefacción

—Mami, despierta por favor — susurro acariciando su cabello—mami

Siguió llamandola, revisando si aún respiraba, escucho los sonidos de la ambulancia a lo lejos y se tranquilizó

En el otro lado de la ciudad, Sebastián Alber, miraba por la ventana del edificio donde se encontraba, su padre se retiraría de la junta directiva y dejaría a alguno de sus hijos como el siguiente en dirigir la línea de Hoteles, el sabía que era quien iba a recibir la responsable pues su hermano Elías a pesar de ser el mayor, no tenía la inteligencia o el carácter de el

Pero no quería aceptarlo y rogaba porque su padre decidiera a su hermano, ya que por derecho le pertenecía al ser el mayor, tenía dos hermanas más y ambas aún no llegaban a la mayoría de edad, y por eso el puesto se resumía en Sebastián y Elías

—Sebastian ven por favor — llano su padre, el tomo una inhalación profunda y obedeció sentándose frente a su padre, sus dos hermanas esperaban fuera, y su madre los veía a ambos con algo de nerviosismo, pues ella sabía que más intenciones de Sebastián eran crecer por si solo

Tenía pequeños negocios y una cuenta en el extranjero, y toda su vida se dedicó a complacer a su padre, por lo que no quería tomar el cargo, quería viajar, conocer una linda chica, enamorarse, y si le nacían las ganas podrían hasta tener hijos...

—Sebastian será quien continúe mi legado — con esas palabras murieron sus sueños, sus anhelos el vio a su padre con un gesto roto y luego a su hermano quien suspiró en alivio

Aunque todo el mundo ya esperaba esa respuesta

»—No te noto feliz por la respuesta — sisea Óscar Alber, el se encogió de hombros

—Pues no estoy feliz, Elías es quien debe hacerse cargo de los hoteles, el es tu hijo mayor y por ende es el principal responsable —su padre le lanza una mirada de advertencia

—Pues yo decidí que eres tú quien debe seguir el negocio, — Sebastián rueda los ojos sintiendo la rabia salir de su sistema — Elías es un inútil y tú eres como yo, cuando tenía tu edad, joven y ambicioso, responsable y se que mi legado está en buenas manos contigo

Sebastián sin querer oír una palabra más se levanta y camina a la puerta, escuchando la voz de su padre al final

»—El lunes daré el anuncio a la prensa, así que ese día recibirás lo demás —apretó los puños e ignoro eso, los llamados de su madre, e incluso los de sus hermanas para bajar al lobby del edificio y subir a su Aston Martin, y conducir a un bar para lidiar con el peso que ahora recaía en sus hombros

Junto a su auto paso una ambulancia dónde iba Gabriela con su madre, su madre seguía inconsiente y rápidamente la ingresaron a emergencias, a ella la dejaron en la sala de esperas, pues debían tener todo el espacio disponible para antenderla

Sebastián llegaba al bar

Gabriela se moría de angustia

Sebastián empezaba a embriagarse

Gabriela, lloraba en silencio, no sabía cuántas horas habían pasado pero al final todo se resumía a malas noticias

—Su madre le detectaron un tumor maligno en su seno derecho — explicaba el médico, ella se sotuvo de la pared mientras miraba con incredulidad al médico —el cáncer se ha extendido, hasta tocar los órganos cercanos, su corazón ya se ha afectado y pronto llegará a su cerebro

—No, eso no es posible —murmuró Gabriela aún sin poder creerlo, su madre estaba bien, ella reía y compartía con ella

—Lamento informarle, a su madre solo le quedan algunos meses de vida —ella sacudió la cabeza aún sin poder creerlo —no podemos hacer más nada por ella que tratar el dolor con medicamentos, en la mañana podrán irse a casa, y les daré todas las indicaciones, puede pasar a verla, ella ya está conciente se su diagnóstico

Mientras Grabriela se desmoronaba al no poder hacer nada por su madre, Sebastián lo hacía por asumir una responsabilidad que aún creía grande para el, ambos tenían un camino difícil un camino tan diferente que era imposible que no se encontrarán

Pero la vida es una hija de puta, y hace lo que ella quiere, y ellos se encontrarían, ambos mundos colisionarían provocando un caos donde el amor sería lo último en poner en juego, y lo primero en mantenerse a flote

ChoqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora