Sebastián
—Tienes un poco aquí — Gabriela limpia la comisura de mi boca con un paño húmedo, ya que quedó cubierto de su labial, sonríe y se quita el suyo aceptando mi mano para salir de la casa, bajamos las escaleras y le abro la puerta del auto, ella se sube y busca en su cartera luego de bajar el espejo
Me subo en el asiento de conductor , y le pasó el cinturón al ver que aún no lo ha hecho para yo hacer lo mismo con el mío, me agradece con la mirada y una sonrisa que me gusta ver mucho ver en sus labios, antes de seguir aplicándose el labial
Pongo el auto en marcha, viéndola de reojo con una sonrisa, estamos algo lejos del lugar al que quiero llevarla, por lo que puedo apreciarla, detallando la curva de su cintura, su piel blanca reluciente, su mirada clavada en el espejo, dejando un trabajo perfecto sobre sus labios gruesos
La nariz respingada, tiene un rostro ovalado, sus mejillas sonrosadas y sus ojos turquesa, suspiro en silencio, Gabriela es hermosa, lo supe aquel día que literalmente se tiró sobre mi auto, lo confirme cuando la ví por segunda vez en aquella cafetería, aún cuando creía que había sido un efecto de mi imaginación
Pero estaba ahí, y recordarla metida en ese uniforme, me pone una jodida erección y algunas ideas, para cuando pierda, porque en esta ocasión conozco a mi adversaria y se que puedo vencerla, nos detenemos en un semáforo y aprovecho para atraerla a mi boca
Gruñe antes de aceptar mi beso y yo sonrió cuando me separó
»—Sebas — se queja y yo me río limpiando la comisura de mi boca
—No te dije que te lo pusieras —murmuro mientras me encojo de hombros como si nada y ella hace un puchero, se logra ver tierna y bajo la cabeza luego de poner el auto en marcha
—Ya deja de verme que me vas a gastar — murmura de nuevo y me río viendo cómo de nuevo acomoda su labial, vuelvo mi vista a la carretera, suspirando
—Te voy a gastar a besos — expreso, veo de reojo como suelta una risilla, y cómo se acomoda mejor en el asiento sosteniendo mi mano cuando alcanzó la palanca de cambios
* * *
—Que alivio, pensé que me traerías con tu familia — expresa apenas estacionó en el restaurante, bajo tirándole las llaves al valet y abriéndole la puerta a la mujer que me acompaña, acepta mi brazo y yo ruedo los ojos
—Te lo dije está tarde — murmuró, y ella se muerde el labio bajando la vista, apretando de más mi brazo
—Tenía la mente en otro lado, perdóname — expresa en un susurro y enarco una ceja, deteniendome con ella en la entrada al restaurante
—¿Que sucede? — pregunto preocupado
—No quiero llorar ahora, así que te lo diré después — suspira, viendo hacia arriba y me sonríe con un matiz de tristeza, en sus orbes turquesa, la atraigo a mi pecho, y aun cuando acepta mi abrazo, se vuelve renuente a estar entre ellos — Sebas, en serio no quiero llorar y si me abrazas así lo haré...
—Si quieres vamos directo a mi casa — expreso cortando su retahíla, ella se separa y sacude la cabeza, coloca la mano sobre mi mejilla y suspira
—Tengo un poco de hambre — susurra y asiento, ya que es algo raro que pueda comer, o que tenga apetito, casi siempre tengo que obligarla a comer, le sostengo la mano y la arrastró al interior, nos recibe la recepcionista que sonríe coqueta al verme
Frunce el ceño al ver a mi acompañante pero eso no me importa, así que atraigo más a Gabriela a mí
—Reservación para dos personas, a nombre de Sebastián Alber — expreso, muestra una sonrisa tensa, asintiendo, veo de reojo a Gabriela que intenta no reírse ante la actitud de la recepcionista
—Por aquí señor Alber — murmura y empieza a guiarnos entre las mesas, hago una mueca, al ver lugar lleno, subimos las escaleras y suspiro en alivio, agradeciendo en silencio que hice una reservación para un apartado individual y así tener la privacidad que requiero para que Gabriela me suplique por follarla
Le abro la silla y ella se sienta, sonriendo con educación a la mujer que se retira, al cabo de unos minutos entra un mesero dejando una copa de vino blanco la cuál solicite de antemano, Gabriela rueda los ojos pero acepta la copa que le extienden
Pido el menú, mientras ella degusta el vino y yo la degustó a ella con la mirada
* * *
Gruño y Gabriela ríe, al momento que mi teléfono interrumpe la amena conversación que llevaba con ella, suspiro y decido por fin contestarlo aunque no quiero y ella me lo pidió
—Tu papá está furioso — murmura mamá y suelto un suspiro pesado
—No me interesa mamá, dile que deje de usarte cómo pretexto para que pueda verme y atacarme con preguntas, y que agradezca que aún le doy el porcentaje que le corresponde cada mes — murmuró aburrido, veo hacia dentro donde Gabriela revisa su teléfono
El cual le obsequie cómo regalo de graduación, y que no me quería aceptar
—Bas — susurra mamá — Los Weston quieren retirar el apoyo económico, dicen que quieren invertir en otras cosas, pero que necesitan hablar contigo para poder llegar a un acuerdo mutuo, por eso quería que vinieras a la cena
Suspiro cerrando los ojos
—Ya haré espacio en mi agenda, solo quieren lanzar una puta advertencia para que pueda casarme con la niña mimada de Pearl, pero no lo haré — murmuro — no te preocupes, mamá todo estará bien
—Esta bien hijo, está semana iré con tus hermanas a visitarte — sonrió naturalmente, le murmuro un adiós y entro de nuevo, ella guarda su teléfono y me ve con una ceja arriba
—Ya sabes, problemas familiares de mi familia traumada — expreso con sarcao a lo que ella se ríe y eso me hace reír a mi, pido el postre por el interfono y espero a que llegue
—Sebas — levanto la vista como si nada y ella me ve con los ojos muy abiertos
—¿Que sucede? — pregunto cómo si en realidad no supiera que pasa, reprimiendo la sonrisa al ver su cara
—¿Esto es en serio o el mesero se equivocó? — me señala el plato con el postre que gracias a Noelle supe cuál era su favorito
He planeado está cena desde hace más de un mes y que mejor forma de poder "aceptar" que estoy celoso de su amigo que de esta forma, y que solo yo pueda probarla
—Adivinaste mi plan secreto — murmuró divertido
—Si, quiero — susurra y me levanto para tomar su cara entre mis manos para besarla, dando una mirada de reojo al postre decorado que adorna la mesa con las palabras, «¿Quieres ser mi Novia?»
—Ahora que dijiste que si, ya no puedes huir, te encerrare en una habitación de mi casa hasta que supliques que te folle — expreso tranquilo mientras su risa llena la instancia
—Ni aún así lo conseguirás — murmura, besando mis labios — pero ahora sí te puedo reclamar que te andes besando a otras delante de mi
—¿Mi novia acepta que está celosa de Pearl? — murmuró también sobre sus labios
—Al igual que tú de Hugo — se ríe, dando otro corto beso y sentandose — ahora déjame comer mi Napoleón
Me río pero asiento, le toma una foto al postre antes de llevarse un pedazo a la boca y extendiendo un pedazo hacia mi, lo tomo con una mirada provocadora y empiezo a acariciar su pierna sobre el vestido logrando erizarla y conseguir que mi plan de que suplique funcione
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Choque
RomanceMientras Grabriela se desmoronaba al no poder hacer nada por su madre, Sebastián lo hacía por asumir una responsabilidad que aún creía grande para el, ambos tenían un camino difícil un camino tan diferente que era imposible que no se encontrarán P...