Gabriela
Termino el reporte del día, suspirando cuando apago el computador y me quito los lentes de lectura, miro la hora y hago una mueca, levantando mi teléfono y buscando el rostro de mamá
Lo llevo a mi oreja y espero, el teléfono se va a correo de voz y lo intento de nuevo, y una vez más pero es casi imposible contactarse con ella, ya debe estar durmiendo y cierro los ojos un momento, dejando el teléfono a un lado
Veo el frío golpear mi ventana y suspiro levantándome de la silla, a pesar que aún no es Diciembre, el invierno este año ha azotado más fuerte, mamá siempre decía que no le gustaba e intentabamos viajar a partes donde el frío y el invierno no hicieran parte de nuestro día a día
—Señor Alber — murmuró saliendo de mis pensamientos y su mirada chocolate juega con la mía, el suspira viendo el reloj sobre su pared
El horero marcan las 21 horas, comúnmente las personas ese día en especial debían estar reunidos con su familia, la famosa cena de acción de gracias
—Señorita Snachez, ¿Que hace un 24 de noviembre en esta oficina todavía? — gruñe, levantándose de su silla y yo vuelvo a suspirar
—Tenia trabajo atrasado, la señorita Caliope me explico cómo hacer las formas pero ella tenía mucho trabajo atrasado y llevo en eso toda esta semana...
El rueda los ojos y yo levanto la comisura un poco
»—¿No debería estar con su familia?— pregunto sabiendo que es muy imprudente mi pregunta
—¿No debería usted estar con la suya? — sacudo la cabeza
—Mama y yo no participamos en la celebración — murmuró apoyándome en el marco de la puerta — este día lo usábamos para ver algún maratón de series y comer hasta quedar demasiado llenos...
—¿Y porque no está con ella ahora? — parpadeo queriendo evitar que las lágrimas caigan de mis ojos
—Mamá no está en sus cinco sentidos, pasa dopada la mayor parte del día o durmiendo, y cuando la llame está tarde me dijo que no me quería ver allí...
—¿Allí?
—En el hospicio — aparto la mirada de su intensidad chocolate — nunca le pedí perdón por la ocasión del hospital, tenía mucho estrés ese día, y no ví que el error fue mío — cambio el tema y el enarca una ceja — es su turno de responder — apresuró a hablar para evitar el tema
—No estoy en buenos términos con mi familia y los estoy evitando desde que recibí el puesto — asiento dándole sentido al que esté aquí — pero no desperdiciemos la noche — me señala la silla de adelante y me siento dejando mi bolso a mis pies — ¿Comida china o tailandesa?
Me río encogiendome de hombros, dejándole a él la desicion, levanta el teléfono y dice algo rápido mientras me observa
»—¿Acepto el dinero? — murmura después de un rato y aparto la vista recordando el cheque dentro de mi mesa de noche que aún no he usado ni quiero usar
—No tenía porque molestarse, el error fue mío — me encojo de hombros y lo veo rodar los ojos por el rabillo del ojo
—Me sobra el dinero señorita Sánchez...
—Pero sigue siendo su dinero... — el interfono suena anunciando que la cena ya llegó y sonrió tomando la oportunidad de bajar a buscarla e ignorar el tema, no me gusta hablar de dinero
Que no sea el que me gane con mi esfuerzo, el hotel está a su máxima capacidad y aún cuando podían subirlo, yo necesitaba escapar de la situación en la que estaba, tomo las cajas de comida y subo de nuevo
Cuando regreso, mi jefe está mirando el cielo nocturno de Nueva York, su actitud es relajada y es algo bueno de ver ya que siempre esta gruñendo o estresado, dejo las cajas de comida sobre su escritorio y miro con él el cielo de Nueva York, y no me creo que este con un hombre así, dueño de varios hoteles, en la noche de acción de gracias apreciando el cielo en el que crecí
* * *
—Esa pregunta es demasiado complicada — me quejo, mi quinta copa de vino ( o tal vez llevo más, de seguro ya perdí la cuenta) haciendo estragos en mi sistema mientras ya veo borroso a mi jefe que también está pasado de tragos, me ve y sonrie
—Pero yo conteste la misma pregunta — murmura, de seguro mi voz se oye más perdida en el alcohol que la de el, o el tal vez tiene más tolerancia, arrugó la nariz sin poder evitarlo
—¿Cómo es que no esta ebrio si llevamos la misma cantidad de alcohol? — gruño cambiando el tema, no es algo de lo que me guste hablar
—Soy bastante tolerante al alcohol — asegura — pero no me cambié el tema, señorita
—Bien, mierda — gruño de nuevo, dando el sorbo final a la copa que tengo en la mano y sirviendome de nuevo la copa llena — en mi primer año de universidad conocí a quien según yo sería el amor de mi vida — me río, ante la afirmación, Juan era de todo menos eso, tarde lo descubrí — era virgen, y quería hacerlo con el, pero Noelle, mi mejor amiga aseguro que debía hacer la regla de Hotcake...
Cierro los ojos recordando ese momento, muerdo mis labios riendo internamente al recordarlo
»—Y yo dije, muy maduramente “Si hay que hacerlo”, tenía un compañero que detestaba y una tarde después de clase le dije que fuera mi primer Hotcake — muerdo mis labios, nunca creí en eso de las almas gemelas así que no pensaba entregarle mi virginidad a alguien que de seguro se iría después, y no la había perdido porque ninguno me había provocado lo suficiente — El rodó los ojos pero acepto, me llevo a su casa y lo hicimos, esa misma semana lo hice con quién me gustaba
»—Y fue peor de lo que imaginé, no sabía tocarme , parecía que basaba su vida sexual en porno, es decir tenía los peores profesores, le menti diciéndole que si me había gustado y aún cuando nos hicimos pareja, repetí mi Hotcake hasta que ambos nos hartamos, aunque hay veces que seguimos viéndonos, pero sin que Noelle se entere...
Sigo hablando de cosas sin sentido, que a él lo hace reír, sinceramente me encanta cómo ríe, ya que casi no lo hace por el estrés que le genera el trabajo, cuando terminamos de cenar y dijo que podíamos quedarnos bebiendo no lo dude, ya que Noelle está con su familia y aunque me había invitado no sería lo mismo sin mamá
Y el alcohol en mi sistema se siente como un respiro a toda la situación con mamá, con el estrés de que no quiera verme, y prefiero eso a estar sola en casa, me levanto con la intención de irme pero no lo alcanzó a hacer ya que vuelvo a caer sentada
»—¿Te multiplicaste? — me atrevo a tutearlo y el suspira
—No más vino para ti — me ayuda a levantar y caminamos juntos hacia el ascensor, el olor de su perfume inunda mis fosas nasales y por la deshinibición en mi, pego mi nariz a su cuello, el se tensa pero no me aparta, me pega aun más a él, y me separó solo un momento para ver sus ojos chocolates y me inclino solo un poco para alcanzar sus labios...
El sacude la cabeza y trata de apartarme pero como si de un imán se tratara y no pudiéramos separarnos me pone frente a el y enrolla su brazo a mi cintura y pega su boca a la mía
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Choque
RomanceMientras Grabriela se desmoronaba al no poder hacer nada por su madre, Sebastián lo hacía por asumir una responsabilidad que aún creía grande para el, ambos tenían un camino difícil un camino tan diferente que era imposible que no se encontrarán P...