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Sebastián

El dolor de cabeza incrementa conforme el malestar en mi pecho se asienta, he tenido un mal presentimiento desde que Gabriela salió de aquí que no he dejado de pensar en ella y sus malestares

Ya sería el segundo día de vomitos, además de otros que me ha comentado, estoy estresado y lleno de trabajo que no me he podido tomar un tiempo para salir de aquí y llevarle el postre que le gusta

Aún cuando se que no fue al médico

Mi palabra se mantiene y para ella no hay trabajo hasta que decida ir a verlo y yo pueda sacarme la agonía del pecho, y que sepa que todo estará bien

Que solo sea una comida que le cayó mal

Suspiro, tomando el teléfono intentando en vano comunícarme con ella, por tercera vez, apoyo la cabeza en el cristal, maldiciendo cuando no puedo siquiera levantar el teléfono para pedir el Aston ya que Caliope entra de nuevo con más trabajo que hacer y maldigo

A mí me vale mierda que el hotel cumpla 50 años, cuando no se nada de mi novia, ni siquiera si ha vuelto a comer, necesito saber qué está bien, que solo está durmiendo y molesta porque la envíe a casa y por eso no me contesta que creer que mi mal presentimiento se haga real

—Pide un postre de Napoleón con piña y envíalo a mi penthouse — ordenó, cerrando los ojos para tomar aire, Caliope asiente y toma la tablet haciendo lo que le pedí

Me empieza a hablar de cosas que no ya ni me preocupo  por entender, sintiendo que en cualquier momento alguna mala noticia va a entrar por la puerta

* * *

Son las 10 de la noche cuando me desocupo, ni siquiera puedo llamar a reclamar que mi Aston no esté en el estacionamiento ya que de nuevo soy llevado dentro de mi oficina, con una caja de comida china y una Coca-Cola

Suspiro, mientras Caliope da los detalles finales y en los cuales no se que dice, son más de 7 horas sin saber de Gabriela por más que la llamé sigue sin contestar, en la recepción del edificio, aseguran que la vieron entrar y a los 20 minutos salir

Y cuando quiero implementar el plan b, la puerta es abierta de nuevo y juro que quiero matar a alguien, no se cómo está Gabriela, no he hablado con ella en casi todo un maldito día, he tenido un mal presentimiento y nadie me ha podido dar un puto respiro, estoy demasiado estresado con dolor de cabeza y el maldito mal presentimiento

—Señor lamento la hora pero el señor Oscar anuncio que estará acá desde temprano y que necesita los informes de estos meses a su cargo — aprieto los puños conforme el hombre habla, — el contador viene hacia acá, para que cuadren todo, aunque yo sé que no tardará ya que usted lleva todo en regla señor

Vuelvo a apoyar la frente en el cristal, maldiciendo

—Trata de comunicarte con Gabriela, ve al penthouse si es necesario y luego te vas a descansar, mañana te necesito eficiente — gruño hacia Caliope quien asiente

—Le deje un te preparado sobre su escritorio, usted también merece un buen descanso — habla y la echo antes de que sea ella la víctima para el asesinato que cometeré si no me dan razón de Gabriela

Caliope sale casi corriendo y el contador entra, le pasó la comida que ni toque y el empieza a hablar sacando sus facturas y demás, cierro los ojos sintiendo la pesadez en mi cuerpo y siento que han pasado horas cuando llevamos minutos

* * *

El dolor de cabeza incrementa cuando Caliope me anuncia que Gabriela no está en el penthouse, las carpetas del informe semestral ya han terminado mientras intento una nueva estrategia, porque mi novia no me contesta aún cuando le he dejado millones de mensajes

ChoqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora