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Gabriela

Cuando el auto por fin estaciona, suspiro en alivio, bajo rápido sin esperar que Sebastián me abra la puerta y avanzó rápido al ascensor, el suelta una risilla pero lo ignoro, presionando el código que me enseñó

Suspiro de nuevo cuando entro al penthouse y corro al baño, cuando intento cerrar la puerta está es detenida a mitad de camino por la mano gigante de Sebastián que me ve con una ceja arriba

Sollozo queriendo quitarme el plus, para descansar, aun cuando ha estoy más acostumbrada pues ha estado todo el día en mi trasero, sigue siendo algo que no hace parte de mi cuerpo y este busca como expulsarlo de inmediato

Sebastian entra conmigo al baño, y me atrapa en la pared pegando su boca a la mía, jadeo pero lo dejo, rápidamente va quitando su ropa para luego quitar la mía, me deja en ropa interior, y se relame los labios antes de apartarse

—Solo cinco minutos más — expresa, lo veo mal y el vuelve a reírse, me lleva consigo, subimos las escaleras y entra a la habitación donde me arroja con una delicadeza impropia de el, cuando quiere follarme

Saca cosas de la gaveta de la mesa de noche y vuelve a acercarse, me voltea y razga mi braga, separa mis piernas y jadeo, logrando que me bese la boca, para calmar un poco todo lo que estoy sintiendo

Masajea mi clítoris con el juguete que no sabía que tenía, escucho el sobre de uno de los condones que trajo también y siento el dildo abrirse paso en mi interior, siento una ligera vibración que me hace separar los labios y buscar alivio

Lo consigo cuando sube la intensidad del maldito juguete y empieza a retirar despacio el plug que ha estado en mi trasero todo el puto día, el juguete en mi coño no me deja pensar mucho, solo me permite relajarme, para el, que me hace separar el pecho de la cama para tocar mis pezones por sobre el sostén

Los cuales duelen, quiero que me folle, necesito que lo haga, los masajea con una mano para aumentar la velocidad del juguete

—Sebas... — gruño, mi voz entrecortada en placer, mientras solo el me ve disfrutar de esto — voy... Voy a...

No puedo terminar siento su polla, gruesa entrar por fin al lugar que tantas veces prometió romper, vuelvo a tirar mi pecho en la cama, escucho su suspiro y como va metiendo cada vez más su polla dentro de mi ano

No hay dolor, supongo que el plug cumplió su función, me relajo más, permitiendo que la meta toda, y no estoy conciente de más nada a mi alrededor que solo sentir su polla en mi culo, y el juguete en mi coño, mientras me devora el cuello, y aprieta mi cintura para mantener algún tipo de equilibrio

No puedo más cuando me desplomó, sintiendo el orgasmo tan devastador cómo el que sentí la noche anterior, mis sentidos se nublan, permitiendo el río que sale de mi coño como una cascada, mientras el aumenta el ritmo de todo, estallando junto conmigo

Apoyo la cabeza en la cama, permitiendo que pase la dicha post orgasmo, mientras el besa mi hombro, sacando tanto como el juguete como su polla y se acomoda en la cama llevándome a su pecho, saca su teléfono pero solo soy conciente de la forma en me relajo quedando dormida con su aroma en mis fosas nasales

Me gusta que sea así, me gusta como la tranquilidad de el me llena, y me permite descansar, de todas las situaciones que muchas sobrepasan

* * *

Termino la cena después de mucho esfuerzo, acomodo la mesa mientras observó el reloj, ubicó los platos y después corro escaleras arriba, hago un mohín viendo que no traje el vestido que quería

Suspiro dándome una corta ducha, y me pongo el vestido, bajo de nuevo las escaleras, sentandome en una de las sillas, y colocándome los tacones

Reviso mi teléfono pero esto no es necesario ya que la puerta del ascensor es abierta y Sebastián entra por ella, me ve con una ceja arriba, avanzó hacia el y lo rodeo con mis brazos, tiene su aroma habitual del que no me canso de oler, recibe me abrazo y se separa para dejar un beso en mi frente

—¿Y esto es? — pregunta, soltando su corbata, le sostengo la mano y lo guío a la mesa, destapó la comida que hice para el y le sirvo un poco

—No tengo para darte un penthouse como un regalo por aceptar ser tu novia, así que cocine para ti — murmuró

—Pero bebé ya ha pasado un poco más de dos meses ... — sonrió y me inclino para besar sus labios

—Pero no me dejabas escaparme de la empresa — me excuso, y el se ríe — come, por favor

Asiente y yo tambien me sirvo un poco en silencio cenamos, el dedicándome miradas de vez en cuando, arrugó la nariz y terminamos después de un rato

—¿Hora del postre? — pregunta y yo asiento, tomo los platos y los llevo a la cocina, dejándolos sobre el lavavajillas, regreso con dos pedazos de torta de Napoleón y lo pongo delante de el, que lo come también en silencio

Me mira y no entiendo que me quiere decir, el termina de comer y deja el plato a un lado, yo también termino mi plato rápidamente y lo dejo a un lado del suyo, me hace una seña con los dedos y avanzó hacia el, me sienta en la mesa y me separa las piernas, bajando la braga

»—Hora de mi postre — murmura antes de pegar la boca en mi sexo, gimo por la invasión pero no le permito escapar

Ya es tanto lo que me conoce que no tardó mucho en llegar a mi orgasmo, el tiempo que el se toma para levantarse y bajarse el pantalón, revisa en sus bolsillos, y hace una mala cara, busca de nuevo

—¿Que sucede? — pregunto, apoyando los codos en la mesa para levantarme y verlo

—No traigo condones — murmura — el de emergencia lo usé en la oficina antes que salieras

Aprieto los labios, y se que tardará por lo menos cinco minutos en buscar uno a la habitación, y estoy tan ansiosa que lo aprieto a mi enrollando las piernas en su cintura y atrayendolo a mi boca

—Compramos la pastilla, pero no puedes irte a buscar uno en este momento — sonríe y me besa de nuevo

—¿Estás segura? — asiento, es la primera vez en más de 8 meses que lo hacemos sin preservativo, así que la invasión es lenta, mientras pienso en cuanto lo quiero, por la forma en que se ha metido en mis huesos en tan poco tiempo

Y en qué no se que haría si me llegará a romper el corazón, se llevaría mi vida entera, al estar tan metido dentro de mi, podría vivir sin el, pero me perdería a mi en el proceso, y no quiero nada de eso

ChoqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora