Wei WuXian estaba recostado sobre la gruesa rama de un árbol que sobresalía de un tronco mucho más grueso. La posición en la que estaba lucia incómoda, y al mismo tiempo tan apetecible por la manera en la que estiraba su cuerpo, aparentemente sin preocupación. Lan WangJi lo observó desde lo lejos por un corto periodo, sin moverse ni un centímetro. Simplemente se dedicó a admirar cómo el viento, con un soplar suave, movió la túnica negra de Wei WuXian. Asimismo, los cabellos rebeldes iban y venían en una serena danza sobre su espalda y su frente.
Sin darse cuenta, Lan WangJi se acercó. La imagen de Wei WuXian con los ojos vendados y los bonitos labios rojos hechizaron cada átomo de su ser, y no perdió detalle alguno. Mientras más se acercaba, Wei WuXian no hizo la pereza de lado, sólo reafirmó el agarre sobre Chenqing, pero no hubo tensión o señal de alerta.
Se quedó a unos cuantos metros de distancia. Minutos después Wei WuXian inclinó la cabeza, aún sin deshacer la venda sobre sus ojos.
—¿Estás aquí para la caza?
Lan WangJi pensó para sus adentros que esos pocos minutos sin hablar debieron ser una tortura para Wei WuXian, quién no sabía estar con la boca cerrada. Además, parecía que Wei WuXian no sabía quién era la persona con quien estaba. Continuó en silencio, Wei WuXian volvió a hablar, aunque en esta ocasión hubo una ligera advertencia, acompañada de mofa, en sus palabras.
—No podrás obtener nada bueno a mí alrededor.
La mirada recayó sobre su boca mientras los labios de Wei WuXian marcaban cada palabra. Un bonito granate contrastó fuertemente con los ropajes y la venda negra sobre sus ojos. Y, aunque aquella era ya una exquisita imagen digna de cincelar, hubo algo más que dejó a Lan WangJi sin aliento.
La cana piel de Wei WuXian.
La palidez de su cuello lo atrajo a posar sus labios en ese lugar y comprobar qué tan sensible era. ¿Se pondría rojo al instante en el que sus dientes se ensañaran y su boca degustara del sabor de su piel? ¿Cómo reaccionaría bajo el toque de sus manos? ¿Se le erizaría la piel y un escalofrío contrastaría con su propio y demandante calor que nacería desde el centro de su vientre?
La nuez de la garganta de Wei WuXian subió y bajó con fuerza y su boca se amplió en una sonrisa. Se enderezó y giró la cabeza hacia la dirección de Lan WangJi, formó un puchero que ocasionó que sus labios escarlatas fueran todavía más apetecibles.
Lan WangJi se relamió los labios y, medio consciente, se abalanzó sobre Wei WuXian cuando éste pretendía quitarse la venda de los ojos. Lo arrojó con fuerza contra el árbol y lo tomó de la mano que se dirigía a su rostro, torciéndola hacia atrás. La mano libre se agitó y cuando Lan WangJi escuchó el tintineo de los talismanes se aseguró de sujetarlo; le elevó ambos brazos sobre su cabeza e inmovilizó su cuerpo con el propio.
Otro movimiento en defensa fue hecho y paralizado al momento en el que los labios de Lan WangJi se unieron con los de Wei WuXian.
El Jade sintió que el mundo enteró comenzó a dar vueltas de manera vertiginosa. Wei WuXian no se movió en absoluto, se quedó estático en su lugar mientras el Lan WangJi se hacía con sus labios. Este último absorto entre las sensaciones que su boca sobre la de Wei WuXian le brindaron.
Era un toque húmedo, cálido e inclusive extraño del que no se quería deshacer y del quería probar más.
Tembló de pies a cabeza cuando Wei WuXian reaccionó por una pequeña fracción de segundos. Sin embargo, la protesta se detuvo casi al instante. Sin soltar el apretado agarre, besó los labios de Wei WuXian a conciencia; la humedad de sus labios y la suavidad de los mismos no le permitieron pensar con cavilación, estaban consumiendo cada fragmento de él y lo hacían necesitar más y más.
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Recuerdos impregnados del primer amor | v.2 | Lan MeiLing
FantasyVersión editada. "...Para el trigésimo tercer azote, los discípulos de la secta Lan sostenían ya los brazos de Lan WangJi. Los ropajes blancos colgaban hechos jirones y se tintaban de un rojo tan intenso como las granadas cuando son aplastadas...". ...