Capítulo 7 - A-Yuan; segunda parte.

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En el Receso de las Nubes ocurría un suceso sin precedentes.

Lan WangJi blandió a Bichen antes de atacar. Aún sin energía espiritual el brillo azulino de la hoja casi traslúcida dejó a todos sin aliento. Con un movimiento certero se arrojó hacia el frente, pero el ataque fue repelido sin mayor esfuerzo.

Lan XiChen viró con rapidez alejándose de su hermano, y el sonido de las hojas al chocar causó un fuerte estruendo en el lugar por la fuerza que ambos contrincantes enfocaron en ellas.

La mirada de los Gemelos Jade se encontró durante unos segundos, Lan WangJi no mostró emoción alguna y un escalofrío recorrió el cuerpo de muchos cuando se dieron cuenta de que el rostro de Lan XiChen tampoco tenía su usual sonrisa; su imponencia se acentuó con la seriedad que reflejó.

Cuando las estocadas aumentaron de manera más violenta y constante, los discípulos de la secta Lan no pudieron hacer algo más que mirar con la boca abierta a los dos orgullos de Gusu enfrentarse.

Era un espectáculo digno de admirar y contar por la eternidad, no todos los días se podía ver algo como aquello.

Entre todos los presentes Lan SiZhui observó en silencio a su padre y a su tío moverse con una mortal y perfecta elegancia.

A su lado, el silencio pasó a segundo plano.

Lan JingYi vitoreaba como loco sin importarle las reglas y el regaño que más tarde le pondría el mismo hombre al que enfocó todo su apoyo y cada uno de sus gritos. Apretujó la espada de madera que tenía en las manos y se movió de un lado a otro como si fuera él quien combatía en ese momento.

—JingYi, te van a regañar —le advirtió Lan SiZhui a su amigo. Genuinamente se preocupó de que obtuviera una sanción pero al chico en cuestión poco le importó.

—¡Es Hanguang-Jun el que está peleando! —Lan JingYi en verdad deseó volver unas pocas semanas atrás, justo en el instante en el que en la Caiyi Town dos jóvenes le preguntaron si alguna vez tuvo la oportunidad de ver a los Jades combatir, para así restregarles en la cara que sí, que los vio combatir y que ese momento era, por mucho, uno de los mejores de su vida.

—Sí, pero esta semana no te han castigado y el Maestro Lan está justo det...

—Copiaré las reglas cien veces si es necesario, SiZhui —declaró sin despegar la mirada de la batalla y segundos después una tercera voz hizo que el cuerpo entero se le erizara.

—Recuerda tus palabras —la voz de Lan Qiren jamás se había escuchado tan desesperanzadora para Lan JingYi como en ese momento. Deseó no haber dicho aquello, pero pensando que ya estaba con el agua hasta el cuello decidió no preocuparse más hasta que terminara la pelea.

Lan SiZhui bajó la mirada a la espada de madera en su mano y después la desvió hacia aquella que en algún punto de su vida usaría en combate.

La espada real de Lan SiZhui era en verdad hermosa. Aún si no se asemejaba tanto a la frialdad mortal de Bichen o a la viveza de Shuoyue, a Lan SiZhui en verdad le encantaba y además tenía un gran contraste con las de sus otros compañeros.

Mientras todos se enfocaron en relacionar sus armas con tonos fríos, Lan SiZhui no pudo sacarse la idea de entremezclar el diseño de un sol y una nube en la empuñadura de la espada. De la misma manera, los tres colores blanco, negro y rojo terminaron mezclados de tal forma que la hacían lucir como un arma celestial, elegante y sofisticada.

Aun cuando frente a él se estaba desarrollando un combate y a su lado alguien parecía desfallecer por la emoción, Lan SiZhui se perdió en la evocación del día en el que esa espada fue puesta en sus manos por su padre adoptivo.

Recuerdos impregnados del primer amor | v.2 | Lan MeiLingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora