La primera cacería nocturna de Lan SiZhui se dio a los catorce años. Así como sus compañeros, él también estaba emocionado, aunque bastante más nervioso. Esperaron por ese momento durante mucho tiempo y a él la antelación le robó el sueño durante la última semana.
Durante la mañana del día propicio se la pasó más callado de lo usual, Lan JingYi se preocupó y Lan SiZhui no tuvo más remedio que decirle el motivo.
—Tengo un poco de miedo —confesó.
—¿Por qué?
—¿Qué tal si no lo hago bien? ¿Y si fallo en algo? —el tono de su voz era bajo, como si contara un secreto ya que no quería poner nerviosos a los demás.
—¡Claro que no! Lo harás perfecto, SiZhui —animó Lan JingYi. Después guardó silencio durante un rato y preguntó—. ¿Pero por qué lo dices?
Lan SiZhui, quién también se quedó en silencio, hizo un ligero puchero que, al final, se convirtió en una mueca triste. Miró a su amigo—. No lo sé. He estado entrenando para esto por muchísimos años, pero, ahora que es tiempo, tengo mucho miedo de cometer un error.
El temor que Lan SiZhui tenía era completamente justificado y Lan JingYi lo entendía por completo. Él se sentía nervioso también, no obstante, creía que no podía comparar su nerviosismo con el de Lan SiZhui, pues la responsabilidad que caía sobre los hombros de su amigo era mayor, era él el líder de escuadrón y quien debía tomar las decisiones más importantes para otorgar buenos resultados. Quizá sólo era entrenamiento pero pensar que si por alguna razón había un fallo garrafal, e hipotéticamente, en el futuro algo así sucedía en una situación real, era suficiente para ponerle los nervios de punta a cualquiera.
Lan JingYi sonrió y fue sincero al hablar—. Creo que está bien, es normal, que tengas nervios, pero, SiZhui, eres realmente bueno e inteligente y nuestros maestros te han estado entrenando más arduamente para ser líder de escuadrón porque conocen tus aptitudes —le dio una palmada en la espalda—. Estoy seguro que lo harás perfecto, amigo.
Lan SiZhui, con una mirada emocionada y sintiéndose un poco más valeroso después de escucharlo, asintió repetidamente. Soltó una risita y preguntó—. ¿Tú crees?
—¡Pero claro que sí! Nos cuidaremos las espaldas y además tendremos a Hanguang-Jun con nosotros. No hay de qué preocuparnos.
Cierto, Hanguang-Jun estaría a cargo de ellos durante las cacerías nocturnas. Eso, de alguna manera, sólo aumentó más su ansiedad. La persona que representaba su figura paterna pondría a prueba su trabajo y las enseñanzas que le otorgó durante todo ese tiempo. Se quedó mirando al suelo y después se regañó a sí mismo por toda la inseguridad que estaba sintiendo, ya no era exactamente un niño para ponerse de tal manera.
Quizá, de forma inconsciente, se estaba comparando con sus maestros, especialmente con su padre y aunque era tonto hacerlo, lo hacía.
Después de hablar con Lan JingYi se encaminó a la biblioteca porque sabía que Lan WangJi se encontraría en ese lugar. Se acercó en silencio y quiso correr lejos de ahí cuando la mirada ámbar se centró en la suya.
A Lan WangJi sólo le bastó una mirada para darse cuenta de que algo era inusual en Lan SiZhui. No dijo nada y esperó a que hablara.
—Padre...
—Mn.
—¿Usted... usted estuvo nervioso en su primera cacería nocturna?
—No.
—...
Lan SiZhui ya no supo cómo seguir.
—Debes confiar en ti, así como nosotros lo hacemos.
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Recuerdos impregnados del primer amor | v.2 | Lan MeiLing
FantasyVersión editada. "...Para el trigésimo tercer azote, los discípulos de la secta Lan sostenían ya los brazos de Lan WangJi. Los ropajes blancos colgaban hechos jirones y se tintaban de un rojo tan intenso como las granadas cuando son aplastadas...". ...