Capítulo 18

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Moon Ju-ri

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Moon Ju-ri.

Mi cuerpo temblaba a causa del frío y mis dientes castañeaban sin que pudiera controlarlo, mi cabello estaba mojado y caía por sobre mi rostro pegándose en mi piel. Pero lo prefería así, prefería que mi cabello cubriera mis ojos para no tener que verle la cara al maldito que me mojaba con una manguera que lanzaba agua con una presión dolorosa.

Cada gota que hacía contacto con mi piel, se sentía como si se trataran de pequeñas e infinitas agujas clavándose en mí.

Estaba acorralada entre dos paredes hecha una bolita en el piso mientras sentía como una gran cantidad de agua impactaba en mi cuerpo adolorido y a veces se filtraba en mi nariz, ahogándome y provocando que comenzara a toser. Había recibido algunos golpes y tenía incluso una cortada en mi brazo derecho, a causa de mi primer intento frustrado de huir. No tenía miedo en ese momento, estaba harta de tener que escucharlo alardear frente a mí de como su plan se había ejecutado tal cual lo planeado, incluso a pesar de los inconvenientes.

No sé cuánto tiempo llevaba al lado de este lunático, pero estaba segura de que la rutina era siempre la misma. Él me largaba para que corriera por el inmenso bosque que parecía estar compuesto por infinitos kilómetros, y luego me atrapaba lanzándome algo por la espalda que me hacía caer de cara al suelo húmedo o incluso, ponía trampas que se activaban cuando corría sobre ellas o cerca, causándome algunos cortes sobre mis piernas.

Me torturaba tanto como para volverme loca, por algún motivo que no lograba comprender, me odiaba y tampoco había descubierto cómo o qué hacer para calmar su ira contra mí. Yo no lo conocía, no hasta hace unos meses atrás, cuando llegó a la casa de la señora Kang.

La pobre señora Kang, él me había confesado que la había asesinado y me había relatado detalladamente como había cometido aquel friolento crimen a tan solo unos metros de mi casa. La pobre anciana, con la que me gustaba tanto pasar mis tardes, se había transformado en un peatón más en aquel juego del lunático.

Pero ella no era la única, habían muchos otros más de las cuales no recordaba sus nombres, pues había matado a tantas personas y de tantas maneras que todo era confuso para mí.

—¡Ya basta! —me armé de valor para gritar a través del agua que se metía de a poco en mis pulmones. Mi garganta dolía a causa de forzar mi voz, que con el paso de los días, se volvía más débil.

—¿Oh? —apagó el agua y me observó con sus ojos desorbitados inclinando su cabeza—. ¿Qué pare, dices? —sonrió a penas—. Imposible preciosa, pagarás por todo a causa de lo que él hizo.

Comencé a llorar sin poder evitarlo por más tiempo, toda esta situación realmente me aterraba y se me escapaba de entre las manos, también me daba rabia no saber que más hacer para quitármelo de encima—¿Por qué yo? —quise saber, mientras llevaba mis manos a mi cabeza y me estrechaba más, como si de tanto tratar de comprimir mi cuerpo, pudiera al fin desaparecer.

𝐌𝐈𝐍𝐃 | 𝐊𝐓𝐇 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora