Capítulo 5

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La segunda semana de Diciembre había llegado y con ella la fecha de cumpleaños de Ju-ri

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La segunda semana de Diciembre había llegado y con ella la fecha de cumpleaños de Ju-ri. La cumpleañera se encontraba soplando sus manos cubiertas por guantes de lanilla blanca, el frío y seco invierno se hacía presente en aquella ocasión y el cielo nublado anunciaba una pronta tormenta.

Aquel día que lucía tan triste y desolado, era la réplica de aquel día en el que había nacido, salvo por la tormenta de nieve que aún no había comenzado pero que seguramente, pronto alcanzaría la ciudad.

Miró hacia los costados mientras aguardaba con la poca paciencia que le quedaba en el cuerpo y una última vez, tocó una vez más el timbre de la casa de sus vecinos, los Park, y se alejó de la puerta aguardando. Pronto, un joven de cabellos rubios ondulados abrió la puerta e inmediatamente saltó hacia ella estrechándola entre sus brazos haciéndola reír.

Ella cerró sus ojos automáticamente, disfrutando de aquel simple acto que le transmitía calor a su cuerpo y también todo el cariño que él le tenía, aspiró su aroma y le correspondió el abrazo. Lo había extrañado tanto.

—¡Feliz cumpleaños, Ju-ri! —exclamó alegre, mientras se alejaba y revolvía el cabello de ella, aún con su gorro de lana puesto.

—¡Mochi! —gritó golpeándolo en el brazo con su puño cerrado—. Me estás despeinando, basta —se quejó, mientras traba de empujarlo lejos de ella. Había arruinado por completo el momento de reencuentro.

Él se rió—¿Qué se siente ser un año más vieja? —preguntó divertido, flexionando solo un poco sus rodillas para estar a la altura de ella.

Él no era muy alto, pero sin embargo sobrepasaba a Ju-ri por un par de varios centímetros y su amigo le resultaba adorable de tal manera, que siempre estaba acotando algún comentario respecto a su baja estatura.

Esta elevó su brazo a un costado y formó un puño con su mano dispuesta a darle otro golpe pero él lo esquivó entre risas hasta que por fin Ju-ri se rindió. Frotó sus manos y dio un pequeño salto sobre su lugar a lo que él le indicó que pasara dentro de su hogar pero ella se negó.

—Mi madre preparará una cena esta noche, ya sabes —mencionó sin importancia, agitando su mano frente a ella—. Solo venía a invitarlos, pero sé que ya lo saben, no sé por qué mamá insiste tanto en que salga a invitar a los vecinos... —refunfuñó por lo bajo.

—Tu madre se preocupa por ti, eres una antisocial —remarcó apuntándola brevemente—. Deberías dar las gracias porque te brindo mi amistad —se burló, a lo que ella respondió frunciendo la nariz como si aquello apestara.

Ju-ri se dio la vuelta y bajó las pequeñas escaleras para ir en dirección contraria—¡Solo ven! —exclamó antes de irse.

Ella sabía que Ji-min tenía razón, él era su único amigo a decir verdad. Desde que eran pequeños, se habían vuelto inseparables pero Ji-min había vivido los últimos años en el extranjero y solo regresaba cada año para el cumpleaños de su amiga. Ella lo había extrañado, pero no se lo diría porque Ji-min dramatizaría el sentimiento y sería demasiado vergonzoso para ella.

𝐌𝐈𝐍𝐃 | 𝐊𝐓𝐇 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora