Sus delicados dedos jalaron del gatillo del pulverizador varias veces seguidas sobre una de las mesas dejando que esta se llenara de diminutas gotas de una solución, que era mitad agua y mitad desinfectante, y con un paño comenzó a limpiar rápidamente sin perder el tiempo, puesto que la mesa debía estar lista cuanto antes.
No había muchos clientes en el local en ese momento, pero tampoco faltaba mucho para que fuera la hora pico y en la puerta comenzara a haber una lucha campal por ver quien lograba llegar primero a la caja registradora para realizar algún pedido, entre los abogados que tenían su estudio a la vuelta y algunos jóvenes que deseaban tomarse fotografías en aquel lugar para luego subirlo a sus redes sociales.
Miró de reojo a Nara, su compañera, a quien la había visto con una actitud nerviosa hace varios minutos seguidos; sus ojos se movían rápidamente siempre enfocando hacia un mismo lugar, sin embargo cuando ella trataba de seguirle el paso, Nara apartaba la mirada y rascaba con su dedo índice de la mano izquierda, su ceja. Sus manos temblaban y tenía pequeñas gotas de sudor descendiendo por su frente, Ju-ri intentó hablar con ella y sacarle un poco de información respecto a su estado, pero fue en vano, la esquivaba como si fuese alguna especie de plaga o algún tipo de enfermedad altamente contagiosa y fulminante.
—Ju-ri, ¿puedes tomar los pedidos de las mesas? —preguntó ella, mientras se posicionaba detrás de la caja registradora.
Su voz no había temblado, pero sin embargo había notado su tono de voz más bajo de lo normal, casi como un susurro contando algún secreto del cual nadie debía enterarse y el hecho de que cubriera su rostro con su cabello rubio tampoco ayudaba mucho a la imaginación de Ju-ri, quien afirmaba que algo malo ocurría como para que su colega se comportara de aquella forma tan extraña. La miró fijamente sin intención de ponerla incomoda pero logrando exactamente lo contrario.
La mencionada asintió sin rechistar, tampoco era como si tuviera opción.
Era la más rápida a la hora de tomar los pedidos cuando el local se llenaba. Muchas personas pasaban por aquí, ya sea para desayunar o almorzar y a veces les dejaban una buena propina por la buena atención que brindaban, lo cual, ante los ojos de Ju-ri, era la gloria misma.
El local parecía sacado de los años cincuenta, ambientado a esa época con las grandes baldosas cuadradas blancas y negras, y los asientos encuerados de color rojo con una gran franja blanca en el centro. La música clásica de un buen rock & roll que era emitido por la rocola, le daba vida al lugar que de por sí, gracias también a sus tonalidades pastel de las paredes, la iluminación en el interior era bastante buena.
Y, cuando Ju-ri creyó que no volvería a verlo, allí se encontraba él, el nuevo vecino que usurpaba la casa de su vecina de toda la vida. No pudo evitar maldecir para sus adentros, aún no había dejado de pensar en aquella escena que se habían montado por una simple pelota de fútbol.
—Buen día, ¿ya decidió que va a pedir? —preguntó amablemente, con una sonrisa forzada de labios cerrados. Parecía más una mueca de disgusto que un intento de sonrisa agradable.
ESTÁS LEYENDO
𝐌𝐈𝐍𝐃 | 𝐊𝐓𝐇 [+18]
FanficLa vida de Moon Ju-ri comienza a cambiar a partir de las pesadillas y noches eternas en las que siente que la vigilan; pero no solo cambiaría con aquello, sino que también con la llegada de un vecino misterioso, a quien tanto ancianos como niños le...