Nara suspiró mientras terminaba de doblar su delantal del trabajo para guardarlo en su mochila, miró la hora del reloj y se sintió impaciente. Supuso que no la regañarían por salir cinco minutos antes, después de todo, Ju-ri podía encargarse perfectamente en esos escasos minutos en los que abandonaba el puesto.
Salió por la puerta que daba salida a un estrecho callejón y mientras afianzaba la correa de la mochila sobre sus hombros, sintió como jalaban de su brazo hacia la oscuridad y como un par de manos se cernían sobre su cuello.
—Era broma, está bien —se burló Tae, mientras elevaba suavemente la comisura de sus labios y soltaba a la rubia empujándola hacia adelante.
Ella se llevó las manos a aquella zona y la masajeó mientras comenzaba a toser para tratar de recuperar el aire—Ya no hagas eso, no es divertido —reprochó, mientras le daba la espalda con molestia. A decir verdad, se sentía algo nerviosa.
Últimamente, Tae-hyung se había comportado raro con ella. Era un poco más agresivo y controlador, a veces la acosaba a la salida o durante del trabajo y siempre la esperaba escondido en aquel callejón, donde se aparecía de pronto jalando su cabello o apretando su cuello como si tratara de matarla.
Se sentía como un pequeño ratón entre las garras de un gato astuto y juguetón, pero con una mirada filosa que era capaz de enseñarte lo que era la muerte y el horror en un simple parpadeo.
—Pero si a ti te gusta que lo haga —dijo en un intento de justificar su acción, mientras cruzaba sus brazos por sobre su pecho y torcía su cabeza hacía un lado, observándola fijamente.
Nara se detuvo abruptamente y refunfuñó por lo bajo—Una cosa es en la cama, otra muy diferente es que me sorprendas de esta manera —explicó, mientras se giraba para verlo. Tae-hyung era como una moneda, por un lado tenía ese aspecto frívolo y peligroso que le erizaba los bellos de la nuca. Esa era la cara que le estaba mostrando ahora y que le causaba escalofríos—. Pareces un maldito acosador, Tae-hyung. Deja de hacerlo, co-comienzas a asustarme y creeré que en verdad tratas de asesinarme... —murmuró acercándose, tomó su mano y entrelazó sus dedos—... ¿vienes a casa hoy? —preguntó tratando de dejar de lado aquello que había ocurrido.
Él guardó silencio observándola, por su propia boca había revelado aquello que planeaba hacer desde hace unos pocos días pero se contuvo y sonrió a penas, mientras tiraba de ella un poco más insistente.
Si a Nara le hubiesen dicho que recibiría aquella sorpresa en la noche, jamás lo hubiese creído pero cuando se trataba de Tae, era imposible tratar de adivinar que se traía entre manos. Era tan reservado que lo odiaba muchas veces.
Se miró en el espejo de cuerpo entero que tenía en su baño, sobre su piel llevaba puesto un conjunto de lencería de color rojo con encaje. Era bastante revelador y era de sus favoritos. Quería que Tae viese que ella podría dárselo todo, que quizás de aquella manera él se olvidaría de las otras mujeres, porque sí, sabía que habían otras a las que él recurría porque ellos no eran exclusivos, ni siquiera eran pareja o amigos y eso la ponía un poco de mal humor.
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𝐌𝐈𝐍𝐃 | 𝐊𝐓𝐇 [+18]
FanfictionLa vida de Moon Ju-ri comienza a cambiar a partir de las pesadillas y noches eternas en las que siente que la vigilan; pero no solo cambiaría con aquello, sino que también con la llegada de un vecino misterioso, a quien tanto ancianos como niños le...