— Vamos, Luis, contesta.—suplicaba ya en la entrada del instituto.
—¡NECESITO MIS ESTÚPIDOS ACORDES!—Estalle en gritos sin importarme la multitud de jóvenes que me rodeaban, incluso algunos zopilotes, quienes me escuchaban discretamente.
—Hasta enojado destacas. Tan apuesto. —soltó un aliento cálido cerca de mi oreja. Dejándome con la incógnita de su rostro.
IRIDIAN.
Contonee las caderas perdiéndome su búsqueda a la voz de su oreja. Saque mi cómplice de secretos y redacte retirada de unos cuantos metros lejos de él.Es imposible no mirarte, desde que olvidamos conoc..., bueno, desde que acabo el curso me la he pasado ubicándote y admirando como el primer día. ¡Gracias por existir Carlitos! Y, gracias por detenerte frente a mí para poder disfrutar de tus pucheros y enfado. Me encantas.
Era todo por el día, me dispuse a colocar mis manos en mi barbilla y dejar flotar mis pensamientos. A veces existían cosas que no podían redactarse de él, simplemente contemplar.
Carlos, jamás mostraba su verdadero corazón, por algo se le denominaba el chico rudo. Tan inteligente, misterioso, y bastante testarudo, el pilar más fuerte del colegio, sin contar el mundo de niñas vueltas locas por él, que enfadaba a sus amigos, excepto a Luisfer, el si lo aceptaba con ese o cualquier otro defecto. Colegio de prestigio abordaba y concentraba muy buenos músicos y talentosos jóvenes, pero ¡Gracias al destino! Carlos y yo coincidimos nuevamente en el colegio, asistíamos a la escuela de música en Hermosillo New Generation, era la más conocida en todo el estado, teníamos la leve idea de que los directivos amaban la innovación. El punto es que...
El chico poseía beca, debido a la fluidez que asumía al tocar el instrumento que se le pidiera, era nato, su inteligencia y el gusto por el arte musical rebasaba las expectativas de muchos maestros, además de cantar, y guardar voz que ninguno en su clase ni el instituto tenía una voz ronca, fina y grave cuando quisiera, sus notas eran perfectas. —No estoy exagerando, ¿ok?—murmure para mis adentros reiterando mis dedos en el diario.
Es especial, para mí lo es.
Muchos secretos guardaba en los ojos. Nisiquiera Luisfer sabía ni podría entender, siquiera sospechar de su casi hermano. Pero algún día, Carlos tenía muy claro que debía contarle. Aunque me tiene en una profunda incógnita ¿Por qué sólo yo?
Todo el tiempo describo a Carlos en mis cuadernos a mitad de una clase o recesos solitarios. Sonara enfermo, pero, él era en mi vida más que un extraño conocido.
Alto, tez blanca, cabello ondulado, ojos profundos como si se tratase del mar, sonrisa perfecta, con brakets obstruyendo le la vista de esos dientes blancos y perfectos, mirada fuerte y segura, como realmente es, la persona más firme y segura que podía conocer. Carlos.
Yo... Yo soy su única seguidora.
Y esto que escribo es Mi diario, y este se llama Lucah.
Enterarse Carlos que tiene una seguidora recogiendo cada uno de sus pasos sería normal, todas lo hacían, el sabe que conozco hasta su respirar pero sólo eso. Por supuesto, tarde o temprano tengo muy presente que me encontrara la parte antigua de su caótico pasado junto al mío, el tiempo siguiéndolos y conociéndolos arrojaba mil cosas a mi vida y tal vez hablar en plural confunda en algún momento mis escritos, pero si, Luis y Carlos son parte de ese pasado, sin embargo en estos momento ya no existo para Carlos.
Se todos sus secretos.
Y ya sea mi vida así lo que resta de mi adolescencia. El...
Me hace feliz aun odiando me. Carlos es la pieza faltante de mi rompecabezas. Pero basta de recuerdos.
Cerré de golpe el pequeño libro menta, al terminar de redactar con violencia, balancear mis caderas con delicadeza, dentro del instituto era una manía casi irremediable.
Te quiero para mi, Carlos.
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Mi diario se llama, LUCAH. (Editando)
FanficDos amigos, casi hermanos. Empapados de talento y pasión. El camino lleno de intrigas dificultara sus metas, secretos y problemas serán obstáculos para cumplir este sueño. Juntos o nada, son un equipo. El amor frustara sus vidas y la música...