16. Teatro.

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Finalmente todo volvía a ser normal.

Mis pequeños retrasos, habían desaparecido esta mañana. Mi madre a regañadientes entro a mi recamara, no tuvo que lidiar con mi flojera. Hasta los buenos días recibió. Carlos estaba en la ducha y yo en el ordenador.

—Carlos acabo de checar nuestras visitas y hemos llegado a los 1000k.–Grite muy fuerte en dirección al cuarto de ducha.

—¿De verdad brother?.–Saliendo Carlos preguntaba. —No me la creo. Solo ha sido un vídeo. —Tenemos comentarios de Argentina! es una locura.—dije aún con el mouse en los dedos.

—Tenemos que actualizar, para no perder el seguimiento, Carlos.—Reproduce nuestra obra musical.—por primera vez la escuchábamos atentos. Realmente era buena, sonaba muy bien.

—En la semana ya sabes que hacer.–desde la puerta recordó en clave los planes, mi madre seguía ahí clavada en el suelo, las escaleras resonaban el sonido de los zapatos masculinos.

Le regale una sonrisa a mi madre que seguía con los brazos cruzados estudiándonos, y seguí por el camino a Carlos. Al fin regresaríamos.

***


Fin de semana lleno de compras miles de bolsas llevaba yo aquel sábado. Un poco de distracción para olvidar el trago amargo de la cita.

Me indique respirar antes de entrar a cualquier sitio, finalmente decidí entrar a un café.

Suspire al ver llegar mi café de la mano de un apuesto mesero. Le sonreí desviando la cara a mi diario.

Cita con Luisfer.
la peor noche de mi vida.

A lo largo de mi vida conociendo de cerca y lejos a Lucah sentí estar fuera de mi propia piel, tratando de sobrellevar a una verdadera conversacion, con ambos. Luisfer no cumplía con mis espectaticas, tenía poco sentido de caballero y una y mil razones como desastre romántico.

Detalles de la noche.
No habré la puerta, ni asiste detrás de una estúpida silla para sentarme.
Nada de atención.
Pésimo restaurante.

Me tome la cien pague la cuenta y nisiquiera volví a mirar al chico que me atendía. Aporre la puerta de mi casa encerrándome en la habitación que siempre ocupaba cuando necesitaba estar sola. La biblioteca.

—Carlos por que no puedes ser mío. ¿Por que?— Grite sin importarme quien pudiera escuchar mi escándalo agobiador.

Apague luces y también mi mente, quedando en completo silencio y en blanco.

Mi diario era un montón de palabras demasiado fuertes. Cinco tal vez ocho hojas fueron de furia y decepción. Poniendo en sus nombre abreviados horrorrizantes a un destiempo, evitando enojarme de mas.

—Buenos días mi princesa, baja, el desayuno esta en la mesa. –la voz tan serena entraba desde la puerta, era mi madre. No había conseguido recordar quedarme dormida. —Buenos días madre, bajo en un momento,¿Desayunas conmigo hoy verdad?.–Nunca desayunaba conmigo, los negocios se lo impedían..

—No, voy tarde a una junta.–beso mi frente para irse rápidamente encontrándome en los escalones.

Suspire cansada. Revise un poco Facebook estaba lista ya, tenia 30 minutos de sobra para llegar al instituto. Youtube para reanimarme decidí ocupar, las voces familiares me recordaron a alguien "te fuiste de aquí; Reik". Entre a mis vídeos favoritos, note algo distinto y muy familiar. Un nuevo canal sugerido.

Mi diario se llama, LUCAH. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora