10. Nacimos con desastre.

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—¿Funcionara?

—A la perfección.—sonrió Fernanda con audacia.

—Manos a la obra.—le devolví impaciente la sonrisa.

Nos sentíamos Ángeles de Charlie al ocupar caminos distintos.

— Espera mi señal.—le recordé haciéndole una seña de manera que comprendiera que contaba con ella.—Tranquilo. Saldrás limpio.

Y así fuimos desapareciendo para incorporarnos en nuestros salones.
—Buen día, Señor.—cortés saludo del profesor enfrió mi adrenalina. —Huerta.—desafiante rápidamente completé su saludo. Debía tener muy presente mi apellido. Tome asiento esperando al resto de la clase, Karem no ocupaba su lugar ni estaba en el aula. Agache la cabeza y cerré los ojos unos segundos para repasar el plan.

—Hola—una nerviosa voz femenina interrumpió mi concentración, alce el rostro para ver quien me frenaba la cabeza, Karem.—Hola.—le respondí forzado. —¿Puedo?—señalo el asiento para sentarse. —Si quieres.—desinteresado y con el móvil en las manos conteste a sus preguntas. El exceso de su silencio me aburría, la última vez que había estado junto a ella miraba por encima de mis cabellos el perfil de mi rostro y un par de acasiones, sostuve la mirada hasta que ella la aparto apenada. Fue raro incluso extremo repetir aquello. Solo sus ojos eran determinantes para mi. —Si te molesta cederme el paso, puedo sentarme en otro lado.—desafiante soltó. Wow eso era nuevo, esta chica era versátil en su carácter.  —Siéntate y deja el drama.—dije levantándome del asiento, me dedico un gesto de asco que obligó a mi orgullo sacar los auriculares para no sentir su presencia durante el rato.

Toda la clase se la paso mirando en mi dirección el profesor, Karem no dijo ni hizo nada, simplemente ponía atención a la clase, ¿Se habría ofendido?,¿Debería pedirle disculpas? Rayos, que complicadas son las mujeres. Era bastante linda molesta, nunca había puesto atención a sus facciones y realmente era bonita. Incluso así, ignorandome.

Me percate de mis pensamientos fuera de onda, creando una secuencia de verdades en un orden negativo. Sacudí un poco la cabeza y sentí poner de nuevo como antes mis ideas.—Y por último Karem y Luis,—ambos detuvimos la respiración al mirarlo—Trabajarán juntos.—repitió al anotar en su listilla, la clase y el profesor me habían tomado por sorpresa con la cabeza distraída.

Estaba tan concentrado en mi que escuchaba tan lejos la voz de profesor en la clase. La chicharra sonó y Karem tomó sus cosas sin decir adiós o un repetitivo "nos vemos luego" tímido e inseguro. Me quede solo con el señor Shelffied, este me miró y dijo: —A dirección señor Huerta. —suspiré derrotado y rogué con todas mis fuerzas que Fernanda cumpliera con todo, la sonrisa en mis labios pinchaba mi estomago.

—El ensayo por motivos desconocidos se realizará en una hora, nos vemos en el teatro.—soñolienta la misma voz que nos corregía en los ensayos me encaró. —No faltes de nuevo Luis. —Detrás de ella sin interés se transportaban reservas de pereza. —Ahí estaré.

—Carlos te llaman en dirección.—aviso nuevamente por la puerta una muchacha no muy alta y castaña.—¿Ahora? —preguntó carraspeando. Movió la cabeza afirmándole. —Vamos, sal sin protestar Carlos. —dije moviendo las piernas de un lado a otro a unos cuantos metros de su salón.

Fernanda sin mas remedio que salir hasta el pasillo del primer piso cruzo brazos en el cielo,  lo había logrado.

Fue acercándose corriendo en mi dirección, Fernanda. Jalo rápidamente sin esquivarme la camisa, perdiendo se en las escaleras risueña, sentí encimarse un jugador de americano a mi regazo con violencia.

Mi diario se llama, LUCAH. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora