Coincidencia

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Senku miró a Byakuya y Gen con un tic en su ceja.

Esos dos estaban más felices de lo que deberían mientras creaban la publicación en la red social "FindMe" para encontrar al alma gemela que Senku perdió por estúpido.

Pusieron la mejor foto de él que pudieron encontrar para su perfil, se inventaron alguna mierda de que le gustaba la naturaleza y los amaneceres para la descripción y que estaba muy dispuesto a comprar regalos caros. Puras tonterías sin lógica.

—Debemos tener cuidado, hay muchas cuentas falsas —avisó el mentalista, pero sin dejar de sonreír, mientras veía su post publicarse—. Y generalmente son las mujeres las que esperan respuesta, así que además de esperar debemos buscar a las posibles candidatas.

—¡O candidatos! —insistió Byakuya, riendo malvadamente.

—No, gracias. —Senku rodó los ojos.

—¡Vamos, por las dudas!

—¡Que no, maldito viejo!

Gen se paseó a través del buscador de la aplicación, buscando a solo mujeres por más que Byakuya lloriqueara, encontrando a varias que coincidían con los días de Senku.

—Esta chica solo dice el día, no la hora, pero es mejor que prevenir que lamentar, también la citaré. —Gen, siendo el encargado de manejar la cuenta de Senku en todos los aspectos porque este último decía estar demasiado ocupado para "tonterías", comentó la publicación de la primera chica para concertar una cita prematrimonial—. Aquí hay otra, el día coincide y dice que fue entre las cuatro y las siete de la tarde en la zona central de Tokio.

—Puede ser, cítala. —Senku asintió de mala gana.

—Otra que solo dice el día, la citaré. Oh, aquí hay una que dice el día, pero fue temprano en la mañana.

—Entonces no es posible. —Negó con la cabeza y Gen pasó a la siguiente publicación.

—Aquí hay otra que cuadra, dice que pasó el mismo día o al día siguiente, pero...

—Solo cita a todas las que encuentras —Senku lo interrumpió, ya comenzando a hartarse—. Da lo mismo. Tendré que salir con todas y ni así estaré seguro.

—Pues sí, Senku-chan, pero es el único método que tenemos. —Gen suspiró teatralmente.

—Eso te pasa por no usar los guantes como tanto te dije. —Byakuya no perdió la oportunidad para volver a regañarlo.

—Una chica ya respondió a la citación —murmuró Gen al ver la casilla de notificaciones—. ¿Cuándo quieres tener la cita?

—Mañana, acabemos con esto. —Bufó.

—Oh, otra contestación. —Gen y Byakuya sonrieron con emoción—. ¿Le digo a una que mañana por la tarde y a otra que mañana por la noche?

—¿Crees que tengo todo el día para perder el tiempo? —Rascó su oído con el meñique, fastidiado—. Una cita por día, no aceptaré más.

—Muy bien, muy bien. ¿A qué horario?

—Siete de la tarde está bien, citas de no más de una hora y de paso que sea cenando para matar dos pájaros de un tiro, así puedo trabajar tranquilo después.

Byakuya y Gen suspiraron, resignados. Lastimosamente esto era lo mejor que podrían esperar de Senku. Lo único que los consolaba era que al menos estaba cooperando un poco, porque de otro modo su alma gemela jamás sería encontrada.

Esperaban que pudiera encontrarla...

Al día siguiente, Senku se enfrentó a su primera cita.

La mujer era diez años mayor que él, tenía una mirada sombría, aspecto sórdido y un chihuahua vestido como princesa en su bolso.

Anillo sin parDonde viven las historias. Descúbrelo ahora