Hollydence Dynn-Lobreck es una chica de 17 años, no sabe cuál será su futuro pero sí que luchará por hacer lo que ama.
Cuando su novio muestra la cara que tenía escondida de la cual Holly elige no ser parte, decide que lo mejor es acabar la relación...
Termino de aplicarme la crema y el sonido de notificación sigue llegando a mi móvil uno tras otro.
Respiro hondo y tomo el celular.
"Hablemos"
"Cariño, deberíamos salir"
"Te amo y sé que me amas mucho"
"No le hagas caso a tu amiga y vuelve conmigo"
"Te he estado llamando más de 10 veces y no respondes"
"¡Contesta!"
Dios santo, qué hombre más insistente...Ya le dije que habíamos cortado, pero sigue insistiendo y me está hartando.
Bloqueo su número y me coloco la ropa que deje preparada con anterioridad.
Me cuelgo mi collar de siempre, mis aros, me perfumo y seco mi cabello.
Apagó el secador y respiro hondo, no sé porque estoy nerviosa, es seguro que mis padres me autorizarán a ir de viaje con los padres de Lisa. Así evitaría la propuesta de Ulbrecht y la insistencia de Colin.
Bajo las escaleras y me dirijo al despacho de mi padre, allí se encuentra él y mi madre, al parecer están revisando documentos debido a la cantidad de papeles sobre el escritorio.
—Hola ¿Están muy ocupados? —pregunto en un tono de voz bajo.
Mi madre sigue con la vista en los papeles y se sube los lentes desde el puente de la nariz —Bastante Hollydence, ¿Es importante lo que quieres?.
—Pues... Sí.—respondo con una sonrisa pero ninguno de los dos la ve.
Mi padre suspira y levanta su mirada hacia mi.
—¿Que sucede Hollydence?.
Me ahorro la mueca.
—Los padres de Lisa irán a una reunión de negocios en Cancún, el viaje es por un mes y la escuela ya dió su permiso e invitaron a Lisa ya que no quieren dejarla por tanto tiempo...—Lo último lo digo en un susurro.
Mi padre enarca una ceja y mi madre anota algo en el papel que está revisando.
—¿Que tiene que ver eso contigo?.
Suspiro— Sus padres y Lisa me invitaron y me encantaría ir...
Mi madre se gira de golpe hacia mi.
—Imposible Hollydence, nosotros tendremos una reunión con unos inversionistas muy importantes para la empresa en la India y nos iremos por dos meses —Se saca los lentes— Alguien debe cuidar la casa.
No puedo creer lo que sale de su boca, quiere que me quede para cuidar la casa...
Respiro hondo y noto como las lágrimas comienzan a acumularse en mis ojos, hago todo lo posible por no soltarlas.
—¿Eso es todo? —me pregunta mi padre.
—Si eso era todo, con permiso —hace una seña sin importancia y me doy la vuelta para irme.
Llego a mi habitación y ya no puedo más, suelto todo lo acumulado por semanas, meses, años...
No lloro por el viaje, lloro por mis padres, por el poco interés que me demuestran, cada que se van de viaje no recibo ninguna llamada de su parte, ni una sola.
Y se que es estúpido llorar por algo así, pero es inevitable porque me siento tan sola. Si las personas que me trajeron al mundo no les intereso ¿Qué más puedo esperar de los demás?.
Quizá el problema soy yo.
Me hago una coleta y me lavo la cara, me lanzo a mi cama, me calmo un poco y voy por un libro a mi estantería.
Me decido leer el libro final de la saga hush hush por quinta vez ya.
Este es mi refugio, mi lugar perfecto para desconectarme del mundo real.
Luego de un rato leyendo, mi teléfono suena con una notificación. De seguro es Lisa preguntando cómo me ha ido.
Desconocido: ¿A qué hora paso por ti el lunes Ärgerlich?.
Frunzo el ceño y sé exactamente quién me envió el mensaje.
Copió el mensaje, busco "traductor" en Google y pego la frase dejando solo la palabra en alemán.
Ärgerlich: Fastidiosa.
¡Maldito alemán!
Voy a su chat y escribo:
Yo: Busca la respuesta en Narnia, en una de esas tengo suerte y te pierdes :).
Esa última carita la encuentro tan psicópata, pero ñeee.
Desconocido: Sabes que me necesitas Ärgerlich...
Yo: Ya déjame en paz Ulbrecht.
Desconocido: Acepta mi propuesta.
Me llega otro mensaje y hago una mueca al ver quién lo emitió.
Colin alías El puerco: Cariño, te pasaré a buscar mañana para que vayamos a clases, te aviso para que estés lista. Besos.
Que se meta sus besos por dónde no le llega el sol, maldito idiota.
Miro una vez más el chat del alemán fastidioso, y suspiro cansada.
Espero que mañana sea un buen día...
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