El juego del amor #1

EXTRA II

Holis, tantos años que no estaba por acá.

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Klaus

Mi cerebro no puede más con tanta información, dejó de procesar hace una media hora.

Veo números por todas partes y miles de incógnitas que debo descifrar y estoy harto. Mi prueba es mañana y no he estudiado ni la cuarta parte del temario.

Estoy muerto de sueño así que suelto los papeles y me lanzo sobre la cama.

Sé justo lo que necesito así que voy por mi teléfono que deje en el escritorio.

Apagado.

Mierda, me olvidé de cargarlo.

Estoy tan estresado que me importa un carajo, lo suelto y me dejo caer sobre el colchón entrando en un profundo sueño.

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Los golpes en la puerta me despiertan y por un segundo no sé ni como me llamo.

¡La prueba!

Me levanto, voy al baño hago todo rápido, me cambio de ropa y salgo corriendo por el pasillo.

—¡Klaus! —oigo un grito, pero sigo corriendo.

Siguen gritando y mi cabeza comienza a doler, me detengo y veo a Camila corriendo hacia mi.

—¿Qué sucede? Voy tarde. —le pregunto.

—La prueba se suspendió —me mira sobriente— Venia a avisarte.

El alivio viene de inmediato. Camila Rochelle es una amiga que hice la primera semana de reconocimiento, rubia, piernas despampanantes y otras cualidades que no mencionaré.

Tengo novia y la amo.

¡Carajo! Holly... Busco en mis bolsillos mi celular pero recuerdo que lo deje en mi habitación.

Lo más probable es que me haya hablado. Ha sido difícil para nuestra relación a pesar de que llevamos solo un mes distanciados, estoy orgulloso de decir que lo estamos logrando, lo hemos hecho bien.

No voy a negar que le he dado un par de escenas de celos de las que no estoy contento, no es mi culpa que cada que hable con ella, algún chico se le acerque. Lo que me molesta es que estoy lejos y todos creen que tienen derecho a coquetear le.

Confío en Holly, pero es mi novia y yo...

Vuelvo a la habitación, cargo el celular y como algo mientras tanto comienzo a estudiar para la evaluación de mañana.

Debo graduarme lo antes posible.

Pierdo la noción del tiempo hasta que me llega la solicitud de videollamada, me deje la cabeza y estoy algo mareado pero la acepto rápidamente.

—¡Amor! ¡Te ves del asco! —es lo primero que dice mi adorable y romántica novia.

—Gracias Argelich siempre he confiado en ti —la miro somnoliento.

Sus preciosos ojos me miran con ternura y levanto el dedo índice trazando su imagen.

—¿Cómo te ha ido? —le pregunto sonriendo.

—Bien, algo estresada... Aún no se que estudiar —hace un puchero.

—Cariño, ya te dije que te lo tomes con calma, aún te queda algo de tiempo —miento, por su estabilidad mental.