—Moonie, ¿crees que Jungkookie esté bien? —sollozó Seokjin entre los brazos desnudos de su alfa, que le envolvían su pequeña cintura.
—No lo sé, cariño. Yo también estoy asustado por él —admitió afligido, cuando las olas de tristeza y malestar que el lobo de su marido enviaba por el lazo, terminaron por vencerlo.
—Qué pasa si… si su padre no es quien parece. Si en verdad le trata mal, si abusa de él… yo… yo no podría soportarlo, Joonie —admitió rompiendo en llanto nuevamente.
—Mi vida, vamos a protegerlo, como si fuera nuestro cachorro.
—Hoseok, ¿cuándo dejarás de hacerme quedar como un idiota? Hace meses que los padres de Siyeon esperan una respuesta. ¿Cuándo piensas decirles algo?.
Jamás. Ellos no son los padres de mi omega.
—Esta semana lo haré, Appa. Estaba algo indeciso.
—Pues espero que tus lagunas hayan sido resueltas, porque esperan respuestas lo antes posible —declaró firme el mayor, apuntando a la mesa de madera con su dedo índice.
Hoseok pasó saliva y esperó a que su padre abandonara su despacho para finalmente soltar unas saladas lágrimas. Giró la silla y caminó hacia el ventanal que daba a la ruidosa y fría ciudad en la que vivía. Los autos iban y volvían, las personas caminaban lado a lado y la nieve cubría todos los rincones afuera. Su estómago gruñó mientras secaba sus lágrimas y su mente dibujó entonces la cafetería de Seokjin hyung con Jungkook vestido con su mandil y su postura derecha, acompañada de una dulce sonrisa. Tal vez podía escaparse ahora y su padre no lo notaría.
Tomó su abrigo con prisa y acomodó sus cosas de forma tal que pareciera que enseguida volvería. Alzó su teléfono de la mesa y tras tomar su billetera estuvo listo para salir. No contó con que la puerta sería abierta de imprevisto y su amigo Namjoon sacara la cabeza apenas. Hoseok le indicó que pasara con una seña de manos y el moreno obedeció enseguida.
—¿Vas a irte?.
—Sí, necesito un café.
—¿Necesitas un café o ver a Jungkook? —preguntó cruzándose de brazos.
—Bueno… ambas, para ser honesto.
—Hoseok, ¿cuándo hablarás con él? Sabes que no muerde.
—¡No lo sé! Lo que ocurre es que… me congelo, no sé qué decir. Él es tan profesional para tratar conmigo y yo… simplemente quedo como un idiota porque no sé cómo es que debo actuar.
—Sólo tienes que ser tú mismo, no es nada del otro mundo. Sé amable, demuéstrale que puedes ganarte su confianza.
—¿Y cómo lo logro?.
—Pues… podrías intentar preguntándole cuándo es su día libre.
—Mmh, veré que me dice.
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Alfismo- |Hopekook|
FanfictionTanto en familias adineradas como en las de bajos recursos, las tradiciones se podían seguir apreciando a simple vista. El alfismo como sistema de organización del mundo que, según muchos, era por excelencia el más efectivo, había marcado el destino...