Tanto en familias adineradas como en las de bajos recursos, las tradiciones se podían seguir apreciando a simple vista. El alfismo como sistema de organización del mundo que, según muchos, era por excelencia el más efectivo, había marcado el destino...
Jungkook soltó el aire contenido en sus pulmones y corrió al despacho de su novio, donde éste mantenía una charla por teléfono de varios minutos.
—Hobi hyung —le llamó.
El alfa, al percibir el aroma y llamado del menor, no dudó en colgar el teléfono para prestarle total atención.
—Amorcito, ¿Qué ocurre?.
Jungkook simplemente se limitó a abrazar a su alfa, que le respondió en seguida tomándole por la cintura con cariño. El omega liberó de sus feromonas al tiempo en que soltaba un suspiro por lo delicioso que olía su pareja. Era tan fresco y relajante.
—Hyung… ya estoy listo —murmuró sobre su cuello desconcertando al mayor.
—¿Listo para qué, cariño?.
El omega le besó la mejilla con una sonrisa y se alejó apenas para mirarle a los ojos.
—Para decirte que… quiero pasar mi celo contigo —se animó a confesar con las mejillas un poco calientes
Hoseok abrió los ojos en demasía, mientras su lobo batía la cola con las orejas altas.
—¿Tú… deberas quieres…?
—Hyung… lo estuve pensando mucho —comenzó mientras le acariciaba los hombros y bajaba apenas los ojos, intentando no morderse el labio por lo bien que se sentían esos hombros firmes bajo sus manos— y en serio quiero pasar este celo contigo. Empecé a afrontar el sexo de otra manera y… también es cierto que con mi lobo mantuve mucho diálogo. Ambos estamos seguros de nuestra decisión pero… no sabemos si tú y tu alfa quisieran… ya sabes.
Hoseok parpadeó un par de veces y carraspeó un poco en un intento por aparentar que los nervios no le estaban matando.
—Mi vida, esto que me dices… me ha dejado perplejo —Jungkook le seguía mirando con esos ojos dulces y brillantes de ciervo, a lo que no pudo contenerse y subió una de sus manos hasta su pecho, donde reposaba una de las manos de su novio. Los lobos movían la cola despacio, alertas por una respuesta por parte del humano castaño—. Yo… cielos, me encantaría pasarlo contigo. Sería mi primera vez.
—¿Deberas seré tu primera vez? —preguntó bonito con una sonrisa ladina y tímida. El mayor asintió devolviéndole el gesto y le dejó un beso en la frente—. Pensé que tal vez ya lo habías hecho con alguna de esas omegas que te presenta tu padre —confesó con las mejillas rojas.
—Cielos, no. Por suerte no soy ese tipo de alfas. Siempre quise tener mi primera vez con alguien especial —admitió ahora el mayor, mientras posaba una mano en la mejilla derecha de su pareja—. Y me encanta saber que ese alguien eres tu, cachorro. Mi omega.
El menor de los lobos, ronroneó encantado, mientras se restregaba contra el cuello del alfa.
Jungkook le mostró una sonrisa y se paró apenas sobre sus deditos para besarle los labios al castaño. Los besos subieron apenas la intensidad, hasta que Hoseok terminó por romper de a poco el contacto, pues consideraba que todavía había mucho de qué hablar.
—Creo que deberíamos tomarnos nuestro tiempo para hablar de algunas cosas con respecto a esto, mi vida.
—Podemos preparar café con encanto de omega y luego nos sentamos en el sofá —sugirió con una sonrisa, dejándose besar y acariciar el rostro por su novio.
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