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El omega soltó un diminuto y silencioso jadeo, con sus ojitos bien abiertos y atentos a lo que el alfa hacía. Hoseok susurraba que tenía lindos labios y que le gustaban. ¿Quería tocarlos?. Por dentro el alfa se moría de ganas, pero el omega en cambio, se sentía decepcionado. Había soñado ya tantas veces escenarios en donde Hoseok finalmente le daba su verdadero primer beso romántico y ahora que estaba a punto de hacerlo, se arrepentía de haber bebido tanto alcohol. ¿Tendría buen aliento? ¿Y si no lo hace bien?. Y lo más importante, ¿se acordaría mañana de esto?.

—Que labios tan lindos —susurró el alfa de nuevo, con los ojos brillantes y una sonrisa de labios que no mostraban más que devoción al omega enfrente suyo.

—Hyung…

—¿Uh?.

—¿Va a dejar de jugar? —le susurró tomándole la mano, que antes le acariciaba el labio inferior—. Béseme ya.

No sabía de dónde había salido aquello, pero quería hacerlo. Quería sentir esos labios gruesos sobre los suyos. ¿Tendrían sabor a vainilla también?.
El alfa se acercó entonces con una sonrisa, mientras se acomodaba mejor en su lugar y llevaba su mano izquierda hacia la mejilla del omega. Iba a ser su primer beso y según había leído en sitios web, sabía de antemano que había omegas a quienes les agradaba ser mimados por dedos sutiles entre besos. Lento, y atento a cualquier tipo de reacción que el azabache pudiese mostrar frente a la situación, se acercó al rostro ajeno y abrió apenas los labios para tomar con cuidado ese rojizo pedazo de carne que le ponía el mundo de cabeza. Jungkook cerró los ojos un poco más seguro y permitió que Hoseok le acariciara la boca con cuidado, parsimonia y dedicación. Le costaba seguirle el ritmo, pero aquello se sentía placentero, así como el chasquido dulce que se escuchó en la sala cuando se separaron. El alfa bajó los ojos y el omega quiso llorar de alegría. Sus primeros besos, habían sido toda una dicha.

Los besos de pareja, pasaron a ser otro ingrediente en el día a día del alfa y del omega, siempre que tenían un momento a solas

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Los besos de pareja, pasaron a ser otro ingrediente en el día a día del alfa y del omega, siempre que tenían un momento a solas. Al principio eran roces tímidos, toques sutiles que antes de ser realizados pasaban por la aprobación de cualquiera de los dos. A Hoseok le gustaba que el omega sea quien tomara la iniciativa y a Jungkook le gustaba que el alfa diera el primer paso; sin embargo eran tan tímidos para pedir permiso que al final ambos se acercaban al rostro ajeno para tocarse los labios. A veces se besaban un poco, en la mañana bien temprano, cuando recién se despertaban, y luego por las noches, antes de dormir; otras veces en cambio, se perdían tanto en los labios del otro y en su burbuja que Jungkook terminaba a horcajadas de Hoseok, ya sea en la cama, el sofá o en la silla del comedor, y era tanta la adrenalina que los golpeaba entonces que cuando sentían que los bultos en sus pantalones amenazaban con despertarse, se separaban avergonzados, incómodos y apenados con sus estados. Pero por dentro, el omega al menos, deseaba saber qué pasaría si se pasaban un poquito más y se dejaban llevar.

Por otro lado, a esa altura de la relación, Jungkook ya no sabía qué cosas eran las que los amigos, efectivamente hacían, y qué cosas no. ¿Era cosa de amigos despertarse en la misma cama y amanecer con un beso en los labios? ¿Besarse cuando querían? ¿Acurrucarse tanto para dormir?. El omega ya no tenía idea. Sólo sabía que el alfa lo estaba cortejando. De la manera más "sutil" posible, pero lo estaba cortejando al fin. Ahora Hoseok, además de llevarle el desayuno a la cama, le preparaba el almuerzo y lo metía en su mochila para que lo llevara al trabajo. A veces se daba cuenta, de que no era precisamente Hoseok quién cocinaba, sino Jiwoo o su madre, porque cuando el alfa lo hacía siempre había alguna partecita quemada de más, un poco más o poco menos de sal, pero para Jungkook eso era lo de menos porque el alfa se esforzaba en cocinarle algo rico y distinto todos los días. Era tan lindo, saber que el alfa era atento con él y se esmeraba siempre en hacer de sus días los mejores, aún cuando a veces él mismo no lo había tenido a causa de una disputa con su padre o esa omega desagradable con la que debía pasar tiempo.

Alfismo- |Hopekook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora