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-Padre… yo… no esperaba verte aquí. Mi cita es con Joo-hyun -dijo nervioso, mientras el alfa mayor soltaba una carcajada irónica.

-Querida, ¿nos dejarías a solas un momento? -la omega asintió en silencio poniéndose de pie, lista para abandonar la habitación enseguida—. Me parece haberte enseñado sobre la puntualidad —habló cuando estuvieron solos, cara a cara—. Joo-hyun me informó que has estado llegando tarde a todas sus citas. ¿Qué es lo que ocurre? —el silencio de su hijo le hizo sospechar de todo—. Responde.

—Nada, padre —respondió aunque intentó reprimirlo.

—¿Y entonces? ¿Qué es tan importante que no puede esperar?.

—Yo… estuve llenando todas las planillas y firmando los papeles que me quedaban… —intentó excusarse.

Mientes —el joven alfa bajó la cabeza, sintiendo a su lobo encogerse en sí mismo—. Mírame a los ojos cuando te hablo. Eres un alfa, no un estúpido omega —pero el menor no quería, su lobo estaba tan incómodo y congelado que él—. Jung Hoseok —enseguida el castaño alzó apenas los ojos bajo las delicadas pestañas, con un brillo opaco que denotaba temor y vergüenza—. ¿Hasta cuando crees que me verás la cara de idiota?.

A Hoseok se le heló la sangre, de sólo pensar en que la omega malcriada le había enseñado las fotos del periódico en el que aparecía en la portada.

—No sé de qué hablas.

—¿Crees que no he sido joven, Hoseok? Conozco lo que es buscar a alguien para estar satisfecho y dormir tranquilo —otro gruñido que tuvo que reprimir, de sólo pensar en que insultaba a su omega—. Pero… estás por tener un compromiso enorme, hijo. Debes saber que… ya no hay tiempo que perder. Debes usar la cabeza, centrarte más en tus obligaciones, piensa con el cerebro no con las hormonas.

—Lo haré, appa —mintió otra vez.

El mayor suspiró y se puso de pie despacio, alargando la mano para darle un apretón a la de su hijo seguida de una venia.

—Nos vemos pronto, Hoseok. Recuerda ir a casa a ver a tu madre, que ya me van a salir canas verdes de tanto escucharla hablar —el castaño asintió con una mueca, más que una sonrisa—. ¿Cómo se llama? —susurró acercándose al oído.

—¿Disculpa?.

—¿La o el omega que te retrasa?.

Jungkook se sentía preparado, esta vez no quedaría como un tonto frente a su clase

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Jungkook se sentía preparado, esta vez no quedaría como un tonto frente a su clase. Había practicado las técnicas una y otra vez hasta marearse; ahora no podía fallar. Sin embargo, cuando el profesor entró en el salón con una cara de pocos amigos y gruñendo grave, sintió un escalofrío bajar por su espalda.

—Hyung, ¿está bien? —preguntó Yugyeom delante suyo.

—Sí —mintió apenas—. Todo bien.

No pasaron tres segundos hasta que el omega comenzó a golpear la vara con todo lo que tuviera cerca mientras gritaba que el calentamiento daba inicio. Y más nervioso que la vez anterior, Jungkook siguió las órdenes al pie de la letra sabiendo de antemano que con el humor del omega canoso no podría probar suerte ni aunque quisiera.

Alfismo- |Hopekook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora