43.

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Cuatro, cinco, seis llamadas, las cuales Isla no planea responder. Su impotencia parece aumentar por cada vez que el teléfono suena y ella solamente quiere tomar el aparato entre sus manos y lanzarlo hasta verlo totalmente destrozado.

Se mantiene quieta. Se mantiene en su lugar, sentada en el suelo, con las rodillas alzadas y su espalda recargada en la puerta. Intenta controlar la molestia. La decepción la llena y sólo quiere golpear algo o gritar muy fuerte.

La séptima llamada no corre con la misma mala suerte, ella decide tomarla. Furiosa.
—Te perdono—Y está por terminar, pero escucha a una destrozada Dian que le impide hacerlo, al menos no de inmediato.

—Lo siento tanto, cielo. Lo siento tanto... Pero yo pensé que sería lo mejor, pensé que...

—¿Lo mejor?—Repite. Isla siendo furia pura—Dian, no me importa una mierda si nuestra relación es privada, no me importa tampoco si la gente sabe sobre ello. Pero jamás—Hace énfasis en su última palabra—Escúchame bien, jamás hagas de mí un jodido maldito circo.

—¿Un circo?, ¿Te parece que hice un circo?, ¿Tratando de defender...

—No defendiste nada, lo sabes bien. Los golpes y los gritos fueron tu reacción a ser descubierta, pero no defendiste ni un carajo. Y entiendo, no sé si fue miedo, si fue impotencia o molestia. Intenté con el alma comprender lo que pasaba por tu bendita cabeza. Pero besarme y tocarme a la fuerza fue tu más grande error. ¿Al menos te diste cuenta de la estupidez que hiciste?

El corazón se le parte cuando escucha que Dian es sollozos puros, pero las palabra ya habían salido por sí solas. El veneno ya no la consumía. Sin embargo se sentía inquietante.

—Lo siento—Es lo primero que escucha—No me di cuenta. Hice todo. Tan rápido. No vi que te estaba forzando, no noté nada porque yo estaba tan molesta y tan asustada y yo solo...

Cuando su voz se quiebra Isla sólo tiene ganas de preguntarle donde está e ir para abrazarla por todo lo que resta de la noche. Decirle que entiende lo que pasa por su mente, aunque no sea totalmente cierto.

—Y yo... yo realmente no quiero perderte, Isla. Te amo tanto. No quiero que termines nuestra relación sólo porque fui una idiota.

Sabe que no es momento de bromas, no quiere que se inicie una pelea, pero le parece totalmente absurdo lo que acaba de decir su novia. No quiere terminarla tampoco. Las palabras salen de su boca luego de una risa exhausta.
—¿Te parece que debería tener más motivos?, ¿No es suficiente?

—Joder, claro que es suficiente. Es más que suficiente el hecho de que haya peleado como una tonta impulsiva de mierda, pero no quiero que te vayas.

—No sé si lo que hiciste fue por nosotros o más bien por ti. Y la verdad es que ya no importa, lo que importa es que a partir de hoy no quiero que hagas nada que se te venga de impulso solamente porque crees que no me quedaré si no lo haces, ¿Bien? No debes forzarte a ti misma sólo porque piensas en mí. Todo lo que sale de ti debe ser porque tú misma así lo quieres—No obtiene una respuesta, así que insiste—¿Sí me escuchaste?

—Lo siento, sí.

—¿Te sientes mejor ahora?—Pregunta.

—Un poco—Y sí la nota más tranquila, sus palabras ya no se ven interrumpidas por sollozos o de plano el llanto.

—Eso es bueno—Un silencio se forma, no sabe qué decir, pero continúa con sus palabras—Eh, y no voy a terminar contigo. Te amo. Pero a la próxima que me fuerces a algo no solamente voy a terminar contigo, voy a matarte con mis propias manos. ¿Lo tienes, cariño?

con una pequeña y nostálgica sonrisa y un pequeño asentimiento responde:
—Lo tengo, cielo.

—¿Y dónde estás justo ahora?—La pregunta toma a Dian por sorpresa.

Entre avergonzada y tímida responde;
—En un estacionamiento...

—¿Qué haces en un estacionamiento a esta hora, loca?—Su tono es de sorpresa, pues para nada se imaginaba a su novia a las dos de la madrugada en un estacionamiento.

—Pues...—Isla hace total silencio, esperando a que la chica continúe su explicación—honestamente estoy abajo, pensé que si no respondías a las llamadas tendría que llamar a tu puerta.

—¿A las dos de la mañana?, qué demente. No sabes lo que es espacio.

—¿De qué hablas?, ¿Realmente la persona que no me dejó a solas cuando le pedí varias veces que lo hiciera, me está haciendo esa acusación? Y no me llames loca ni demente, solamente te necesito mucho.

—Lo recuerdo bien, por eso mismo puedo llamarte como quiera, en ese momento me llamaste tonta.

—No, yo no hice tal cosa—Finge desentendimiento y su novia puede notarlo mientras continúa.

—Lo hiciste. Dijiste "¿Eres sorda o tonta?"—Hace un falso tono de molestia y Dian ríe.

—Exacto. Lo dije de pregunta, no de afirmación.—Continúa con su pequeña risa.

—Qué descaro—Un tono de falsa indignación.

—Pero, regresando a la seriedad de aquello, de verdad lo siento, Is.

—Lo sé, Dian. Estabas molesta y como tú misma dices, no te di espacio. Pensé en que de esa manera te demostraría que no estabas sola. Tal vez fue incorrecto.

—No. Estuviste bien, de verdad que lo aprecio. Sólo... no sé qué pasó conmigo.

—Dian.

—¿Sí?

—¿Qué esperas?

—¿Qué?

—Para venir a tocar a mi puerta.

—Pues no quiero despertar a nadie...

—No creo que lo hagas.

—Entonces, ¿puedo ir?

—Oh, ¿Entonces sí tomas en cuenta mis deseos?—Cuestiona con tono fingido de sorpresa pero lleno de burla.

—Ya te dije que lo siento.

—Lo sé, cielo. Ven aquí y hablemos sobre eso. Y cuando lo hayamos solucionado, aclarado y entendido sólo bésame hasta que te canses.

Y, en muy poco tiempo, tenía a una tímida y muy muy silenciosa Dian colándose a su habitación.

❣    ❣    ❣    ❣
Quedó un poco meh, pero espero que les guste, no sé escribir reconciliaciones porque no soy mucho de ellas, pero hice mi mejor esfuerzo.♡

A kiss to a homophobic girl [Lesbian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora