27.

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Disculpen por descuidar tanto esta historia (Y todas las demás), últimamente sólo me quedo en blanco, también si los capítulos que siguen no son tan buenos, intentaré hacerlos lo mejor que pueda.

Gracias por esperar y perdón por la demora.


27.

Las clases habían comenzado. Sus amigos estaban renovados, ella estaba nerviosa; finalmente enfrentaría a Dian. Durante toda la mañana está distraída, cuando se viste se coloca lo primero que toma y cuando desayuna no presta atención a lo que sus amigos conversan; quienes lo notan pero deciden dejarlo pasar, atribuyendo la distracción al regreso a las clases.

Isla se sentía torpe, estando tan nerviosa por una chica. Le recordó cuando tenía quince y tenía su primer crush por alguien; su primer enamoramiento. Saluda a Ilana cuando llega a su salón y mientras ella le cuenta sus grandiosas vacaciones sólo puede asentir y dar respuestas cortas, no teniendo tiempo ni siquiera para la culpa por ignorar la mayor parte del tiempo a su amiga.

—Hablé mucho de mí, ¿Cómo estuvieron tus vacaciones?—Le cuestiona, en receso se alejan de las multitudes. Bajan las escaleras y por primera vez en el día, y en semanas, Isla ve a Dian. Su cabello iba por los hombros y ahora lo llevaba teñido de negro. Quiso decirle lo bien que le quedaba, lo guapa que se veía, sin embargo también nota que Dian está lo suficientemente concentrada en sus amigas que ni siquiera se percata de que ella está ahí, así que decide seguir junto a Lana—¿Pasa algo?—Le pregunta tras verla perderse.

—No es nada. Estaba... no es nada. Mis vacaciones estuvieron bien, literalmente sólo descansé, me la pasé en casa la mayor parte del tiempo—.

—Al menos descansaste. Hubieras venido conmigo.

—No, ese tiempo lo tienes qué aprovechar al máximo para estar con tu novia, no te lo puedo quitar.

Chasquea la lengua y después responde.
—A ella no le molestaría si algún día sales con nosotras. De hecho hasta podría ponerse feliz, me ha regañado por ser tan cerrada y cuando le dije que tenía una amiga casi ni me cree, pensó que le dije sólo para que no se preocupara y ahora está más preocupada porque no quiere que esté sola todo el tiempo.

—Es bueno que se preocupe por ti.

—Supongo que lo es.

Y en silencio bajan el resto de las escaleras.

La próxima oportunidad de Isla se presenta exactamente al terminar sus clases. Sale trotando de su salón porque sabe que Dian sale un poco más temprano que ella. La encuentra a unos cuantos metros, de nuevo con sus amigas. Sus miradas se cruzan y ella siente cómo el corazón le late más rápido, pero todo se torna confuso cuando Dian despega su mirada y regresa a las chicas, parece despedirse y lo siguiente es ella saliendo a paso rápido del lugar.

No sabe si seguirla, no puede tomar una decisión rápida cuando está tratando de encontrar un motivo por el cuál Dian le evite. Se queda intacta, en su lugar, mientras ve a la pelinegra alejarse.

¿Ahora qué sucedía?

Se dice que quizá fue esa vez en la que estuvo a la defensiva, pero dudaba porque al final las cosas habían terminado bien. Toma su teléfono y la llama, pero Dian no respondió.

Si ya estaba nerviosa, por la noche está totalmente ansiosa y desesperada. Quería insistir, pero no sabía si era prudente.

—¿Está todo bien?, Chiara me dijo que no vas a cenar, ¿quieres que te deje algo para más tarde?—Declan entra a la habitación y estudia a la chica con la mirada, como buscando un motivo a su comportamiento.

—No, Dec. Está bien.

—¿Quieres hablar sobre algo?—Cierra la puerta detrás de él y se sienta en la cama de la chica.

Isla no era de soltarlo todo a la primera insistencia, pero estaba tan desesperada que ya le parecía necesario.

—Hoy Dian no me habló y está huyendo de mí, creo. No, obviamente lo está haciendo. Y no sé qué hice mal y quiero saberlo, pero no me respondió y no sé qué hacer, no sé si deba insistir o... no sé.

Declan se toma su tiempo para pensar la situación y después le habla con calma, la que tanto le falta a la chica.
—Llama una última vez, o envía un mensaje. Al menos que note que te preocupas por eso y vea tu interés por arreglar las cosas. Quizá ves cosas donde no las hay, o quizá las hay y puedes arreglarlo.

—Gracias—Dice, con voz baja.

—No es nada, estaré siempre que lo necesites. Sé que la quieres y que no quieres arruinar las cosas con ella—Da un suspiro y se levanta de la cama, caminando a la puerta—Y decías que no te importaba—Se burla y, entre risas y unas palabras más, sale de la habitación.

Isla tiene todo un debate mientras mira la pantalla encendida de su celular y luego de respirar profundo, se decide a llamarla.

—Hola, Is.

—Hola, ¿Estás ocupada?

—No—Se quedan en silencio y Dian es quien continúa—¿Qué...?

—¿Me estás evitando?—Suelta rápido, luego de pensarlo mucho.

—¿De qué hablas?, no.

—Te fuiste cuando quería ir hacia ti hoy.

—Ah, eso. Disculpa que lo haya hecho, pero estuve muy ocupada y tenía qué irme rápido. Sé que si te me cruzas sólo voy a demorar más porque no me querré ir, por eso preferí irme antes. No pensé que lo tomaras de esa manera.

—Pero te llamé y no respondiste.

—No tenía batería.

—Ahora me siento como una tonta.

Dian ríe y escucha silencio de Isla.
—Lo eres, un poco.

—Qué grosera—Dice, pero no contiene la risa.

—También un poco.

Y, esa noche, Isla sintió un peso enorme bajando de sus hombros.

Las cosas estaban bien.

A kiss to a homophobic girl [Lesbian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora