5.

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El sábado por la noche los cuatro amigos están entrando a una bonita casa, donde Ariel había sido invitado a una fiesta.

—No quiero beber esta noche—Isla murmura.

—No lo hagas, serás la responsable de nosotros—Chiara sonríe abiertamente.

—Ustedes pueden cuidarse solos—.

—Si estamos ebrios no mucho...—La chica murmura.

—Entonces no beban—Arregla la más alta.

—Yo sí voy a beber—Y Ariel se aleja de los tres, dejando a dos chicas desconcertadas y a un Declan con la mandíbula tensa.

—¿A qué vienes a una fiesta si no es a beber?—Y siseando esto, el último chico se aleja también.

(...)
Pasan dos horas, donde Isla no se siente con ganas de estar ahí, pero aún así sonríe cuando Chiara le da una mirada brillante de diversión, entusiasmo y un poco de ebriedad. Ve a Declan en las escaleras, hablando con dos chicos. Ariel había salido al jardín hace un buen rato, acompañado.

Su amiga bailando en la pista era prácticamente lo único que se gana su mirada. Recuerda cuando se confundió; pensando estar enamorada de ella. Tal vez lo estaba —O lo está—, pero no en el aspecto amoroso. Era su mejor amiga; que conocía desde ya un buen tiempo, quizá unos nueve o diez años. Inseparables.

—Te la están ganando—Y gira, mirando a una persona que no se esperaba. Dian no obtiene respuesta, por lo que mira a la más alta y pasa su adormecida lengua por sus labios. Estaba bastante borracha; Isla lo notó, mirando directamente a los rojizos labios—¿O te va eso de compartir?

—¿Te importa?—Suelta de forma brusca, mirando a otro lado. Declan ya no estaba, Chiara estaba camino a la parte de arriba de la casa.

—Allá normalmente se va a follar, ¿No vas a buscarla?

Isla gruñe y le da una mala mirada.

—Apestas a alcohol—Farfulla.

—Claro, bebí hasta no poder. Pero no respondiste mi pregunta.

—No, no la voy a buscar.

—Ya, entonces te gusta compartir, ¿mmh?—Bromea, una ceja arqueada y una media sonrisa.

La mayor suspira, mirando a su alrededor. Todos metidos en sus asuntos; indiferentes a ellas. Con una media sonrisa se acerca peligrosamente a la pelinegra y la acorrala en la pared.

—No creo que tenga problema en dejar que juegue un poco contigo...—Hace referencia a Chiara, tomando un mechón del cabello azabache y enredándolo en su índice.

Nota la mirada de Dian en sus labios, casi suplicante.

—Ah, así que eso es lo que quieres.


Un choque de miradas, donde no hay sentimiento puro, pero tal vez sí la súplica de un beso. Dian atrapa el cuello de Isla en sus manos temblorosas e intenta que se incline hacia ella, pero no lo logra.

—Mañana vas a arrepentirte de ésto—Advierte, acercándose a penas unos pocos centímetros.

—Me arrepentiré si no lo hago ahora—Y se impulsa para besar a la chica.

En segundos Isla está correspondiendo como en el primer beso: duro y brusco. Escucha un jadeo salir de la más baja cuando le contornea la cintura con sus manos. Mordidas y luego una succión; separándose segundos para después continuar con sus lenguas jugueteando. Sabe que no va a llegar a mucho, también está consciente que es lo que la desesperada chica entre sus manos espera. Por ello deshace el beso, dando un paso hacia atrás.

—Ya fue suficiente.

—No, yo...

—No fue una pregunta. Ya fue suficiente. Mañana mismo vas a estar queriendo borrar ésto, si es que de milagro lo recuerdas.

—No estoy tan borracha.

Ante el farfullo, Isla ríe.

—Claro que lo estás. Te veo luego por ahí, parece que tienes esa mala suerte de toparte lo que no quieres.

Dian no sabe qué debería decir o hacer, solamente sabe que no quiere que ella se aleje; sabe que quiere seguir besándola.

—Por cierto—Isla se detiene, girándose ligeramente y mirándola a los ojos—No me gusta compartir. Cuídate.

Y se marcha.

Otra vez.

A kiss to a homophobic girl [Lesbian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora