A kiss to a homophobic girl [Lesbian]

17.

Le llegaron incontables mensajes, cuestionando su relación con la chica del local. Isla estaba prácticamente explotando; cosa que ya no era novedad cuando hablaba con Dian.

Su respuesta es vaga, no le hace saber mucho, ni si son amigas o van en otro plan, más bien le dice que no entendía cuál era la necesidad de saber sobre Ilana, si Dian quería ser su amiga y nada más.

Supo que leyó el mensaje, mas respuesta no obtuvo.

Por otro lado comenzó a ser más cercana con Ilana; y no en plan ligue, eran más bien muy buenas amigas, le había hablado de sus anteriores relaciones y de la chica que estaba conociendo, que era de otra facultad y su casa quedaba aproximadamente a tres horas de donde Ilana vivía. Era algo lejana; se habían conocido en una feria y ella no se resistió a pedir el número de la chica.

Posiblemente se volvió la confidente y psicóloga de Ilena, pero era agradable; Ilena era agradable.

El sonido de la puerta siendo golpeada le saca de sus pensamientos, así que se levanta del sofá y camina, abriendo después. Declan entra, mojado de pies a cabeza, irradiando furia e irritación.

—¿Dónde está ese hijo de puta?—Isla lo mira, los ojos bien abiertos y después sale de su trance para buscarle algo con qué secarse.

—¿De qué hablas?

—¡Ariel!, el imbécil me dijo que pasaba por mí a mi salón y el muy idiota nunca llegó. Él llevaba la sombrilla y también las malditas llaves.

—Ariel no está. Llegó aquí, fue a su cuarto y salió como en cinco minutos después.

—Es un idiota—Lo escucha gruñir mientras se quita la camisa.

—Dime algo que no sepa ya. ¿Y no buscaste a Chiara?—Pregunta caminando a la cocina, Declan está caminando a su habitación.

—Sí, pero la vi cuando se estaba subiendo al auto de un chico y no quise interrumpir. A mitad del camino encontré a tu amiga y ella le trajo hasta aquí, no quería subir a su auto porque a ese punto ya estaba todo mojado, pero ella insistió.

—¿Mi amiga?, ¿Ilana?—Declan alza los hombros.

—No sé su nombre, te he visto con ella un par de veces, en realidad tal vez no son tan cercanas...

—¿Cómo era ella?

—De estatura media, cabello castaño con mechas de colores...

—Ah, sí era Lana.

—Consigue más amigas así de amables, por favor.

Y Declan se encierra en su habitación para secarse un poco.

La cena es silenciosa, sólo Isla y Declan; hasta que un enérgico Ariel entra a la habitación y una discusión poco cómoda para Isla se apodera de la casa.

—¡Me dijiste que esperara por ti!, ¿Qué tienes en vez de cerebro?

—Lo siento. Realmente lo olvidé.

—Eres un imbécil, Ariel.

—No fue para tanto.

—Lo fue—Isla interfiere, levantándose de su silla y ganando ambas miradas en ella—Si Declan enferma tú pagarás su medicina y consulta.

—Ya qué.

—No. No quiero nada que venga de tu estúpido ser—Y furioso, se marcha a su habitación.