Capítulo 131- Siendo atraído. Parte 1

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El lugar al que fui después de despedirme de Yoohyun, Yerim y Peace fue a la fragua junto con Myeongwoo, en lugar de regresar a las instalaciones de crianza. Era un taller en el edificio, no la dimensión alternativa de la Forja Dorada. Algo interesante es que casi nada del dinero de Myeongwoo se destinó para preparar esa instalación, escuche que los cazadores que lo siguieron para ir de compras inmediatamente compraron cualquiera cosa en la que su mirada se posó, sin que él lo pidiera, ellos se lo ofrecieron.

Instalaciones costosas como un horno de maná, que necesitaban un pedido especial, aparentemente fueron preparadas para él a nivel de gremio. Haeyeon, Seseong y por supuesto Breaker, MKC, Hanshin compartieron los costos. Los precios no necesitaban dividirse entre gremios gigantes, pero supongo que podrías llamarlo un tipo de división de contribución.

—Hola, Señor.

Cuando entré en la fragua, una mujer de unos treinta años me dio la bienvenida. Fue Suh Dongbaek quien originalmente había estado en el equipo de administración de equipos de Seseong. Al igual que Lee Minsuk ahjussi del equipo de equipamiento de Haeyeon, ella había venido como asistente y aprendiz de Myeongwoo, pero...

—... ¿señor?

—Ah, eso es porque en Landlord Do Hamin-ssi lo llamaba de esa forma, por lo que se convirtió en un hábito.

Do Hamin, esta persona.

Ni siquiera pagaba el alquiler, ¿pero andaba haciendo un escándalo? Actualmente, la mayoría de las habitaciones estaban vacantes y no entraba ni un centavo. Fue un alivio que la administración se confiara a los gremios contratados, por lo que no salía dinero si sacaba el impuesto ¿Debería poner una cafetería en el primer piso o algo así?

La gran sala de trabajo todavía estaba desierta por ahora. Había otra pared por seguridad, y más allá, Myeongwoo estaba golpeando un metal rojo translúcido desconocido.

clang, clang

No estaba usando un martillo, sino una cosa rechoncha parecida a un pico y estaba extendiendo el largo metal. El metal que se extendía como una barra de caramelo era fascinante. La muñeca gruesa y firme, completamente diferente de cuando nos conocimos, se movía mientras giraba la herramienta que sostenía en la dirección opuesta; sonó y el metal se cortó.

Como si el calor ardiente ni siquiera fuera fogoso, lo agarró con la otra mano desnuda y lo arrojó al pequeño horno de maná frente a él.

Junto con un sonido chisporroteante, el metal derretido flotó como gotas de agua roja. Mientras tanto, Myeongwoo agarró algo como una aguja larga. Envolvió las gotas de agua con la aguja, que se trasladaron a la mesa de trabajo, y luego las quitó, formando cuentas de metal rojas como gemas una por una.

Era un trabajo preciso que era continuo como el agua que fluye.

Jareureu

Myeongwoo, que había colocado las cuentas en un recipiente redondo y plano y las había juntado agitándolas una vez, se giró para mirar hacia aquí. La pose del experto era tan intensa que sentí la ilusión de estar cegado.

—Debería hacer demasiado calor aquí, hay que salir—. Dijo Myeongwoo, limpiándose el sudor con la toalla que Suk Dongbaek le arrojó.

—¿Qué estás haciendo?

—Flechas.

—¿Flechas? ¿Son esas cuentas puntas de flecha antes de que tengan forma?

—Son puntas de flecha que pueden cambiar de forma. Pueden cambiar a formas de pinchazo o gancho y también puedes poner maná o atribuirles un poder.

Las Flipantes aventuras de papá pollito y sus extraños hijos rango SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora