capítulo 3

1.4K 82 3
                                    

LA OBSESIÓN DE MI JEFE
Autor: Laura Navarro

           Capítulo 3

Al día siguiente cuando llegué al trabajo Jaime estaba en la entrada como siempre.

¡Buenos días Jaime!... —Lo saludé— ¿Oye ya llegó el jefe?. —Le pregunté—

—¡Buenos días Jazmín!... y nuestro querido jefe todavía no llega y dudo que venga a trabajar con la borrachera que se puso el día de ayer.

—Nadie debe de saber nada Jaime,  porque el jefe es capaz de ponernos de patitas en la calle.

—Yo tengo pico de cera... y memoria de teflón, yo lo siento por ti que eres su asistente. 

—Ya ni me lo recuerdes... y nos vemos más tarde tengo mucho trabajo porque por estar cuidando a mi jefe no lo terminé ayer.

Subí hasta mi oficina y me puse a adelantar mi trabajo... se me fue el tiempo volando... miré la hora y ya casi iban a dar las 11 de la mañana.

—Al parecer ese hombre no se levantó de la cama por la borrachera que se puso ayer... —Dije al ver que mi querido jefe no me había hablado para darme un montón de trabajo como era su costumbre—

Ya casi era la hora de irme a comer pero antes de hacerlo quería dejar todo listo para mi querido jefe para el siguiente día que se presentara.

Cuando tenía todo listo  acomodé todo para dejarlo sobre su escritorio... estaba apunto de ir a su oficina a dejarle las carpetas de los nuevos proyectos cuando mi celular sonó no... me regresé para contestar.

Quien me estaba llamando era el flaco el encargado del Club donde trabajaba como bailarina.

—¡Hola mi amor!. —Le dije ya que así nos hablábamos— A que debo tu llamada.

Salí de mi oficina con mi celular en mi oreja y me dirigí hacia la oficina de mi jefe, entre hablando por teléfono con el flaco.

La luz estaba apagada y sólo la luz que entraba por la ventana daba claridad a esa enorme oficina... caminé hasta el escritorio y me quedé hablando con el Flaco.

—Sabes que entre semana no puedo... ¿Porqué siempre debo hacerlo yo?. —El flaco me estaba pidiendo que me presentará a trabajar esa noche porque la chica que se presentaría no iba a poder ir— ¡Esta bien... nos vemos en la noche amor!

Colgué la llamada y me di la media vuelta para salir de la oficina.

—Señorita Guzmán sabe bien que tiene prohibido hacer llamadas personales en sus horas de trabajo.

—¡Ahayyyy! —Grité al escuchar a mi jefe desde algún rincón de la oficina—

—¡Por Dios no grite!... no se da cuenta que me duele la cabeza.

—¡Lo siento señor Santillán!... Pero no sabia que estaba aquí... ¡Pensé que no había venido a trabajar!... —Cuando mi vista se acostumbró a la oscuridad lo miré recostado en el sofá con unos lentes oscuros—

—Llegué hace dos horas, la miré concentrada en su trabajo y no quise interrumpirla.

—Pues me acaba de dar un buen susto... ¿Se le ofrece algo?.... es que me iré iré comer.

Mi jefe se sentó y se quitó sus lentes y me miró de pies a cabeza.

«¡Qué no se acuerde de lo que paso anoche por favor Diosito!» —Pensaba en silencio—

—¿Usted me llevo a mi casa anoche?... —Me preguntó—

—¡Si señor fui yo!.

—¿Y después de que me llevó que paso?. —Preguntó confundido—

—Pues lo acosté en su cama y le quité sus zapatos y usted se quedo bien dormidito como un bebé... —Mentí— ¿Porqué?... —Esta vez pregunté yo—.

—¡No por nada!... ¿Es qué?... —Se quedó callado por un segundo— ¡Olvídelo  y vaya a comer! —Me dijo—

Yo salí de su oficina y fui por mi bolso para irme a comer.

—¡Si supiera que me tenía gritando en su cama de dolor y placer!. —Pensé en silencio porque estaba segura que me estaba mirando por la cámara de seguridad que tenía en mi oficina—

Salí de ahí y me fui a comer algo a la cafetería de enfrente del edificio.

«Narra Alejandro Santillán»

Sólo faltaban dos horas para mi boda con Sandra cuando me llama para decirme que no se casará porque sólo estaba conmigo por mi dinero.

Ni siquiera le pedí más explicaciones... mi amigo Arturo era el que me llevaría a la Iglesia, lo llamé para decirle que no habría boda.

Todo el fin de semana me la pasa en mi casa tratando de controlar el coraje que sentía por lo que me hizo Sandra.

Duraría dos semanas de Luna de miel... y ahora me quedaría  dos semanas metido en mi casa como un imbécil con depresión.

El día lunes me levanté muy temprano y me fui a la oficina... Cuando llegué solo estaba el guardia de seguridad.

Me entretuve en hacer algún trabajo que la fea de mi asistente me dejó sobre el escritorio... ¿No se porque una mujer tan inteligente tiene que ser tan fea?... Si no fuera por esos horribles lentes que usa y esa ropa que se pone hace mucho ya la hubiera metido en mi cama.

Estaba en mi oficina firmando los papeles cuando la miro por la camara de seguridad que tengo en su oficina... esa camara la puse cuando la contraté para tenerla vigilando porque pensé que después de algunos días trabajando para mi un día llegaría vestida diferente... pero ya tiene tres años y siempre viste igual... incluso hay mujeres más bonitas trabajando en la constructora y yo tengo de asistente la más fea por que es inteligente.

Cuando la miré que llegó a su oficina fui para reprenderla por llegar tarde cuando su entrada fue hace una hora... ella como siempre se disculpó.

No se porque siempre la estoy mirando desde mi oficina... cualquiera pensaría que esa horrible mujer me tiene hechizado.

Este día no quería que nadie me molestara y le pedí que no me pasara ni siquiera una llamada... pero como siempre Jazmín Guzmán tenía que ir a molestarme.

Ni siquiera esperé a que tocara a mi puerta y le dije que entrara... esta vez no le levanté la voz, me controlé, ella no tenía la culpa de lo que la zorra de Sandra me hizo.

Quería desahogarme con alguien, me puse a tomar y terminé desahogándome con mi asistente...

LA OBSESIÓN DE MI JEFE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora