capítulo 12

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LA OBSESIÓN DE MI JEFE
Autor: Laura Navarro

          Capítulo 12

Parpadee varias veces, hasta que los pude abrir sin dolor... él seguía agarrando mi rostro con sus manos mirándome fijamente.

—¿Ya puede abrir sus ojos?. —Me preguntó—

—Si.. creó que tendré que ir a ver al oculista para que me los enjuague.

Ví como se me quedaba mirando con esos ojos hermosos, ojos azules que me hacían suspirar.

—Tiene los ojos verdes como las Esmeraldas —Me dijo— nunca le había visto los ojos y en verdad los tiene hermosos.

—¡Gracias!. —Dije esperando a que soltara mi cara—

Sentí como sus labios se pegaron a los míos y yo tratando de despegarlos, ni siquiera cerré mis ojos al sentir ese beso que me estaba dando... le seguí el juego, porque eso era para él solo un juego.

—¿Qué tiene Jazmín... digame que tiene que siempre tengo que estar mirándola por esa cámara de seguridad que está en su oficina?. —Me dijo con una voz ronca cuando despegó sus labios de los míos y su frente la pegó a la mía—

Se sentó en su silla y me jaló hacía él y me hizo que me sentará a horcajadas arriba de él... lo bueno que no traía la falda ajustada.

—¡Señor! —Apenas y pude decir eso cuando volvió a besarme pero esta vez con desesperación—

Sentí sus manos acariciando mis piernas y pegandome a él con fuerza para sentir su dureza...

—¡Hueles a fresas y a mi me encantan las fresas!. —Me susurró al oído—

Yo sólo levanté mi cuello y sentí como me daba pequeños mordisco, sus manos apretaban mi trasero, después me empezó a desabotonar mi blusa, pero llevaba debajo un tipo de esos  coordinados que son como blusas el cual no me quitó sólo empezó a besar mis senos sacandolos de ese coordinado.

Nuevamente bajo sus manos a mis piernas y yo había perdido el control por completo y le quité la corbata y también desabotone su camisa... después le baje la cremallera se su pantalón y sentí como él me hizo a un lado la pantaleta de encaje que traía puesta.

Sentí como se hundía en mi con suavidad, esta vez no lo hizo bruscamente como el día que estaba borracho.

Me empecé a mover arriba de el lentamente, sentía como apretaba  mi trasero con fuerza y devoraba mis senos.

—Espera. —Dijo agitado— No sigas  moviéndote porque no quiero terminar dentro de ti.

—¡No se preocupe señor yo me cuidó con pastillas anticonceptivas!. —Dije en un susurró—

Me miró a lo ojos  y sus ojos tenían más  brilló... me jaló con una de sus manos para besarme y yo volví a moverme cada vez mas rápido porque sentía esa sensación de un orgasmo.

—¡No pares!. —Me dijo entre jadeos—

Yo seguí moviéndome arriba de él hasta que las convulsiones inundaron nuestros cuerpos... sentía que mi corazón se me me iba a salir del pecho y solo sentía como él me daba pequeños mordiscos en uno de mis hombros.

Así nos quedamos hasta que nuestras respiraciones regresaron a la normalidad... Cuando intenté levantarme él me detuvo.

—¡Mírame a los ojos Jazmín!. —Me dijo levantando mi rostro porque no lo miraba a los ojos... Cuando mis ojos se cruzaron con los de él me volvió a besar— Quiero repetir esto contigo. —Me dijo sin dejar de verme a los ojos—

—Esto no estuvo bien señor, usted es mi jefe y yo su asistente y es mejor que lo olvidemos.

—¡Tú crees que voy a poder olvidar esto!... si todos los días te voy a ver, voy a oler el delicioso aroma a fresas cada que estés cercas de mí.

Me puse de pie y me acomodé la falda y mi blusa.

—Esto fue un error y usted lo sabe, y ha mi le dije que no me gustan las relaciones porque odio los reclamos y celos.

El se levantó de su silla y se acomodó su pantalón para después acercarse a mí.

—¡Tú misma me lo dijiste, no tenemos que tener una relación de pareja para acostarnos!, y si me dejas seguir repitiendo lo que acabamos de hacer en esta oficina, yo no te reclamaré nada y no habrá celos de mi parte.

—¡No se señor... es que!. —No me dejo hablar porque me calló con sus labios—

—¡No digas nada!... sé que disfrutaste al igual que yo y quieres esto tanto como yo asi que no me lo pongas difícil, sólo eso te pido Jazmín.

—Esta bien pero no quiero que nadie sepa que me acuesto con usted.

—¡No te preocupes sólo tu y yo lo sabremos!... —Me dio un último beso—

Nos volvimos a poner nuevamente a trabajar, pero yo sentía las miradas de él... tuve que ir al baño a limpiarme porque me sentía toda mojada.

Cuando terminamos el tuvo que salir para ver como iba la construcción del centro comercial y me dijo que cuando terminara de hacer el plano me fuera a mi casa que después el se ponía en contacto conmigo.

Cuando terminé el trabajo hice lo que me dijo, me fui a mi casa y lo primero que hice fue bañarme para después acostarme a dormir un rato.

Cuando desperté me preparé algo para cenar y después les llamé a mis padres para saber como estaban.

Me la pase como dos horas hablando con ellos porque siempre teníamos tantas cosas que decirnos... mis padres vivían en Cuernavaca y yo en Guadalajara.

Cuando terminé de hablar con ellos enseguida me entró una llamada de mi jefe.

—¡Hola!. —Dije con una enorme sonrisa en mis labios—

—¡Hola jazmín! ¿Estabas ocupada?... Ya te había marcado varía veces pero la llamada no entraba, sonaba ocupado.

—Estaba hablando con mis padres y cuando hablo con ellos duro mucho.

—Entiendo, —Se quedó en silencio por unos segundos. —¿Ya estas acostada?. —Me preguntó... hasta me sentía rara que me hablará sin gritos—

—¡Apenas me voy a acostar!

Me quedé hablando con el por un rato y después colgamos... al parecer no iba a ser difícil enamorar a mi guapo jefecito.

Después me llegó un mensaje del Príncipe al número de whassap que tenía en mi celular con otro número.

Me puse a platicar con el un rato  por mensajes hasta que me quedé dormida.

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