capítulo 4

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LA OBSESIÓN DE MI JEFE
Autor: Laura Navarro

           Capítulo 4

Después de desahogarme con mi asistente y terminarme una botella de whisky desperté en mi cama, sólo con mi ropa interior.

Había tenido un sueño delicioso donde tenía el mejor sexo de mi vida, pero la mujer a la que hacia gritar era mi asistente, abrí los ojos y me di cuenta de que sólo tenía puesto mi boxer.

—¡Acaso si me acosté con mi asistente!. —Pensé al verme casi desnudo en mi cama—

Hasta mis labios me dolían como si me la hubiera pasado besando toda la noche a alguien.

Me dí un baño con agua fría para quitarme eso de la cabeza... no pensaba ir a la oficina pero necesitaba distraerme.

Cuando llegué ya eran las 9 de la mañana... pase por la oficina de Jazmín y me quedé pensando en preguntarle o no si nos habíamos acostado después de que me llevó a mi casa.

Decidí no hacerlo y me fui a mi oficina, me senté frente a mi computadora y como todos los días desde hace tres años lo primero que hice es ver a mi asistente desde mi computadora.

Me quedé por un largo rato mirándola trabajar, ví que se puso de pie para traer algunas carpetas a mi oficina... lo más seguro era que ella pensaba que no había venido al trabajo...

Cuando estaba apunto de abrir la puerta se regresó a contestar su celular... La oí decirle ¡Mi amor! a alguien, no se que me paso al escucharla... me levanté de la silla y me acosté en el sofá...

Ella entró a mi oficina hablando por teléfono, ni siquiera encendió la luz y se dirigió hasta el escritorio a dejar las carpetas que llevaba en sus manos.

No le dije nada, deje que terminara de hablar con quien fuera que estuviera haciéndolo... Cuando terminó de hablar fue cuando le hablé.

Al darse cuenta de que yo estaba ahí gritó y miré como se puso una mano en el pecho por el susto que le dí.

—¿Pensé que no había venido a trabajar señor?. —Me dijo cuando me miró—

La reprendí por estar hablando por teléfono en horas de trabajó ya que lo tenía prohibido... antes de salir me dijo que si necesitaba algo porque se iría a comer.

Quise preguntarle que había pasado la noche anterior pero ella sólo dijo que me llevó a mi casa, me quitó los zapatos y me había quedado dormido.

Me sentí como un estúpido al pensar que solo había sido un sueño con ella.
Cuando salió de mi oficina enseguida regresé a verla por mi cámara, ella estaba acomodando sus cosas para irse a comer.

—Tuve el mejor  sexo de mi vida y sólo fue un sueño y tenía que ser precisamente con ella... ¿porqué con ella?... en mis sueños ella no traía esos horribles lentes... en mis sueños la miraba a sus ojos, ella tenía unos ojos hermosos y ella no los tiene... bueno nunca me le he quedado mirando a los ojos... la mujer de mi sueño tenía un cuerpo de diosa y ella ha de usar esos trapos porque a de tener un cuerpo horrible, ni siquiera debe tener nalgas y caderas por eso siempre usa esas faldas largas... y la asistente que tenía gritando en mi cama mientras le hacía mía tenía tres tatuajes uno en su espalda baja otro debajo de sus senos y uno en su pierna y mi asistente a de pensar que es un pecado ponerse un tatuaje... ¡Es una mojigata!.

—¡No, definitivamente la mujer de mi sueño no debió ser mi asistente!... —Dije cuando la miré salir de su oficina—

Me puse a revisar el trabajo que dejó sobre mi escritorio, se que ella ya lo revisó y siempre hace un buen trabajo pero tenía que entretener mi mente en algo para sacarme ese cuerpo curvilíneo de mi cabeza... el cual no podía ser de mi asistente.

Cuando Jazmín regresó de comer yo estaba embobado mirándola por mi computadora...

—¿Porqué siempre sentía la necesidad de verla?. —Dije—

Mi celular empezó a sonar y contesté porque era mi amigo Arturo.

—¿Qué pasó?. —Le dije sin dejar de ver a mi asistente por la pantalla—

—Sólo te llamo para invitarte esta noche a un club nocturno... y no me digas que no porque ya hice las reservaciones... debes distraerte Alejandro y ese lugar es la mejor distracción.

Si me negaba Arturo no iba dejar de llamar hasta convencerme.

—Esta bien mandame la dirección por mensaje y sólo espero que no sea uno de esos lugares donde van mujeres feas.

—¡Todo lo contrario amigo!... El club es el mejor de la ciudad y es muy prestigiado, tanto que tienes que hacer una reservación para poder entrar... En ese lugar hay mujeres hermosas que bailan el tubo arriba de tu mesa... la mejor función son los fines de semana porque se presenta una hermosa mujer de cuerpo de diosa pero no conseguí una reservación para un día de esos sólo pude conseguir el día de hoy una... pero todas las mujeres de ese lugar son perfectas para cumplir todas tus fantasías sólo que no les ves la cara porque siempre usan pelucas y antifaces... pero si puedes fantasear con sus hermosos cuerpos.

—¡Esta bien iré pero te lo advierto que si no me gusta me voy!

Después de decir eso colgué... ya casi era la hora de que Jazmín se fuera a su casa y sabía que antes de hacerlo pasaría a mi oficina para dejarme algo para que firmará.

—Pasa... —Le dije sin siquiera esperar a que tocará la puerta—

—Señor ya es hora de irme y sólo pase a dejarle estos papeles para que los firme.

Le dije que los pusiera en mi escritorio sin siquiera verla.

—¡Hasta mañana señor Santillán!, que descanse.

Levanté la vista cuando se despidió y la miré salir de mi oficina... Cuando terminé de firmar los papeles que me llevó me fui a mi casa a dormir un rato ya que sentia que no había dormido nada, a pesar que mi asistente me dijo que me quedé dormido como un bebé al llegar a mi casa

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