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Juliet - Cavetown . . . . .
Febrero [Domingo 27]
Bertholdt point of view:
Eran casi las once de la mañana y me encontraba con Reiner preparando un pequeño desayuno para Cass, luego de haber ordenado todo el desastre de la fiesta.
Según él hacía el desayuno porque era un buen primo, pero era para que Cass no tratara de asesinarlo o que no lo acusara con su madre. Pero de todas formas lo iba a ayudar.
Me puse a hacer café, Reiner comenzó a hacer huevos para Cass y huevo con tocino para nosotros, mientras que Gabi se encontraba sentada en el sillón viendo televisión mientras tomaba su Milo con leche.
—Sabes, Bert, creo que este año sí o sí voy a invitar a Historia a una cita.
—No lo sé, Reiner, los años anteriores no es como que te haya ido bien con eso.
—Es que no se lo he preguntado directamente, esta vez sí lo haré, ella y yo haríamos una muy buena pareja.
—No seas idiota, Reiner, a Historia ni siquiera le gustan los hombres, además está saliendo con Ymir.
La voz de Cass se hizo presente, por lo que giré mi rostro hacia su dirección. Ella estaba bajando la escalera, con ropa casual y sus lentes de descanso.
—¿Y tú cómo sabes eso?
—Porque voy en su clase, también soy su amiga y soy mucho más cercana a ella que tú. — Cass caminó en dirección al sillón y se sentó junto a Gabi. — Además anoche se estaban besando en tú fiesta, la que por cierto no deberías haber hecho.
—No me quites las esperanzas de esa forma y solo fue una pequeña fiesta, además te hice el desayuno, mira. — Reiner se puso a su lado y le extendió un plato de tostadas con huevo. —Y Bertholdt hizo café, a ti te encanta el café de Bertholdt.
Ojalá el que le encantara fuera yo.
—Esta bien, tomaré tu ofrenda, pero no creas que es lo único que vas a tener que hacer para que no diga lo de la fiesta.
Ella se levantó del sillón y fue directo a la mesa, seguida de Gabi.
—Eh, Reiner, espero que a mi también me tengas un lindo desayuno.
Todos nos sentamos en la mesa, yo al lado de Cass y comenzamos a comer.
Ella se quedó ahí, con la mirada puesta en su taza, estando como en su propio mundo.
—Hey, Cass ¿estás bien?.
Ella quitó la mirada de su taza y la puso en mi rostro, en su rostro se formó una pequeña sonrisa, mis mejillas se pusieron un poco calientes y rojas. Se veía tan linda.
—Estoy bien, solo un poco cansada.
—Está bien.
Ambos nos pusimos a comer y de vez en cuando le daba pequeñas miradas a su rostro.
Espero que en algún momento ella me mire y piense "maldita sea él es muy lindo" porque yo sí pienso que ella es muy linda.
°°°
Era tarde y los cuatro nos encontrábamos viendo una película en la televisión, era la última semana vacaciones, por lo que hoy era un día de total descanso.
Cass se encontraba acostada en un extremo del sillón, con sus piernas apoyadas en las mías. Reiner estaba acostado en el suelo y Gabi sentada en el sillón individual.
—Oye Reiner, llévame a jugar al parque con el vecino.
—¿Con Falco?. — Reiner tomó su teléfono para ver la hora. —No lo sé, Gabi, es un poco tarde.
—Lo dice el que hizo una fiesta sin autorización como hasta las 6 de la mañana.
Cass y yo soltamos una pequeña risa por el pequeño chantaje de la niña. Reiner tan solo puso sus ojos en blanco.
—No me puedes chantajear de esa forma pequeño diablito.
—Oh vamos. — dijo haciendo un pequeño puchero.
—Hey, Gabi, por qué no mejor vamos al parque con Falco, Reiner puede quedarse, luego le tendrá que explicar a su madre por qué está solamente el en casa.
—Oh, está bien. — se levantó del piso y caminó hacia la puerta.
Cass apagó el televisor, para agarrar mi mano y tirar de mi para que me levantará del sillón.
—Vamos, Bertholdt.
Con nuestras manos juntas caminamos hacia la puerta.
°°°
Estábamos Cass y yo en los columpios observando a Gabi y Falco correr por el parque, mientras Reiner estaba sentado en una banca con su mirada puesta en el celular.
—Falco es un buen niño, es adorable. Y Gabi se lleva bien con él.
—Ambos son unos niños adorables.
—Sí, sólo que Gabi es un demonio disfrazado de angelito.
Ambos reímos por el comentario, ella tenía razón, Gabi podia llegar a ser muy problemática.
Giré mi rostro en dirección al de ella, el suyo seguía fijo en los dos niños jugando, verla feliz y con una sonrisa era simplemente maravilloso.
Ella era maravillosa. Mi cara tomó un color rosa debido a ese pensamiento y yo agaché la cabeza.
Realmente esperaba que algún día Cass me viera como yo la veía a ella.
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