Extra

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Cassandra point of view:

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Cassandra point of view:

La casa estaba completamente sola. Gabi y mis padres había salido a la playa, pero yo entraría pronto a la universidad por lo que decidí preparar unas últimas cosas; con la compañía de Bertholdt incluida, así que al final ambos terminamos viendo una película en mi habitación para pasar el resto del día, no vestía nada mas que ropa interior y una camiseta grande —ex propiedad de Bertholdt— que cubría mi cuerpo. El pelinegro usaba un buzo y una de sus típicas camisetas azules. El problema ahora era que la película no resultó siendo tan interesante, porque ambos terminamos en una larga sesión de besos.

Yo me encontraba sentada a horcajadas encima de Bertholdt, con mis piernas a cada lado de su cadera. Sus manos subían y bajaban por toda mi espalda, mientras que las mías se adentraban bajo su camoseta y recorrían su abdomen. El sonido de la televisión seguía de fondo, pero la trama de la película ya estaba en el olvido, ahora solo me podía concentrar en los labios de Bertholdt sobre los míos. Mis manos fueron hasta el borde de su camiseta y rompiendo unos segundos el beso para sacarla por completo, dejando su torso completamente desnudo. Su mano derecha tomó mi rostro para acercarlo al suyo y basarme nuevamente, mientras que la otra descansaba sobre mi cintura.

—Me gusta esto.

—¿Si?

Separó sus labios de los mío para mirar mi rostro, sus ojos verdes se encontraron con los míos y yo le sonreí. Sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas y mis manos descansando sobre su pecho podían sentir su corazón acelerado.

No era la primera vez que ambos estábamos en esta situación. Nunca habíamos llegado muy lejos, pero tampoco era algo a lo que estuviéramos negando.

Miré sus ojos verdes y mi interior no pudo evitar sentir esa emoción que causaba cada instante y cada momento junto a Bertholdt.

—Me gustas tú. — le respondí, dejando un veloz beso en su mejilla.

Lo vi sonreír y eso me hizo sonreír también. Sus manos fueron hasta el borde de mi camiseta, para sacarla y dejarme solo con la ropa interior cubriendo mi cuerpo. Sus besos bajaron hasta poner toda su atención en mi cuello. Los suspiros salían constantemente de mi boca y las manos de Bertholdt recorrían cada parte de mi cuerpo con delicadas caricias.

Estaba tan perdida en la cercanía y el contacto del cuerpo de Bertholdt, de la sensación que producía tenerlo contra mí, que yo simplemente no escuchaba ni prestaba atención a nada mas que a él; ese fue el error.

—¡Cass! ayúdame con algo, mañana tengo que ir a la universidad y necesito que...

La puerta se abrió de repente y Reiner entró por ella, quedando sin palabras al abrirla, mientras que yo y Bertholdt nos separábamos de forma inmediata. Agarré rápidamente una de las camisetas para cubrirme, al igual que Bertholdt. Ambos estabamos con el rostro rojo de la vergüenza a mas no poder.

𝘿𝙖𝙧𝙡𝙞𝙣𝙜 |𝖡𝖾𝗋𝗍𝗁𝗈𝗅𝖽𝗍 𝖧𝗈𝗈𝗏𝖾𝗋|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora