Rojo

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Comencé a ir por Gaara al recinto de derecho, me quedaba cerca y estaba al frente del pequeño gimnasio de artes marciales. Ese día ambos íbamos caminando hacia donde se encontraba Hinata e Ino, en el departamento de artes.
Claramente nuestra amiga rubia estaba ahí antes que nadie porque Sai tomaba clases y de paso acompañaba a Hinata a sus clases de cultura del mundo. Cuando Gaara y yo llevamos su hermano Kanguro ya se había marchado para ir con unos amigos al karaoke, Ino estaba de oyente a la clase de su amado como si no tuviera tarea por resolver y actuando demasiado tranquila, cosa que me iba a afectar a mí ya que nuestras carreras se llegaban a complementar y me pedía apuntes o ayuda para resolver sus cosas de futura nutrióloga.

En fin, Hinata se encontraba con una compañera suya en el salón que había quedado de vernos, el número diez. Ahí, una chica alta, con cabello color rubio cenizo y ojos de un color verde profundo nos recibieron.
"¡Gaara !"exclamó mientras Hinata me saludaba tiernamente. "Que pequeño es el mundo..." me miró con interés.

"Sakura, ella es Temari, es una buena amiga mía de la infancia" me presentó mi amigo. Yo le ofrecí una sonrisa.

En ese instante, pude apreciar cómo los ojos estoicos de la chica se ablandan y un ligero rubor se puso en sus mejillas.

“¡Ni pienses que te voy a hacer caso!” dijo y salió de la sala. Miré hacía atrás, era el chico con peinado de piña el que recibió esas palabras.
“Que molesto” dijo y agitó su cabeza: “¿Hablaste con ella, Hinata ?”

Sí que el mundo era pequeño. El chico que era amigo de los tontos que chocaron conmigo era novio de la amiga de la infancia de Gaara quien era conocida de Hinata, ¡coincidencia !
Él le pidió a mi amiga hablar, pero siendo cordial nos invitó sin problemas, después de todo “nos había causado molestias al interrumpir y provocar la escena que vimos” nos dijo.

Fue entonces que estábamos en los jardines cercanos, Shikamaru nos contó que a Temari no le agradaba mucho que se juntara con el tal Naruto y Kiba, pues terminaba metiéndose en problemas ajenos y, peor aún, les ayudaba a resolverlos cuando ellos no hacían gran cosa por él. Además estaba especialmente molesta esta vez porque se le hacía un maltrato traer a una mascota a la escuela sin ser lo suficientemente responsables como mantenerla bien.

“Supongo que no entiende la amistad incondicional” exclamó terminando su relato.

Hinata solo le reafirmó lo que ya había platicado el chico, pues Temari le había confiado la misma información, quizá con la única diferencia de que también sentía pena de que su novio no compartiera sus experiencias o problemas con ellas para que lo resolvieran juntos y no tuviera demasiadas cargas.

“Pero mira que eso me trajo a conocerte, Gaara” cambió la conversación.

“Oh, ¿eres así de popular? Increíble ” dijo feliz Hinata, dando una sonrisa auténtica. Las dos lo mirábamos con interés.

“Claro que lo es, al menos para quiénes están en el área de ciencias sociales. Normalmente va a debatir por allá. Unos amigos míos sienten una fuerte rivalidad hacía él ” explicó Shikamaru.

“Por suerte no eres como ellos, ya habían armado un escándalo” contestó Gaara.

Yo pensé que si se refería al rubio, hubiera sido difícil que este centrara la atención puesto que entonces tendría que elegir entre molestar a Gaara o a Hinata.

Gaara y yo tomamos camino, Shikamaru había obtenido una respuesta de Temari e iba a encontrarla, mientras que Hinata pasaría a su última clase del día.

Mientras caminábamos hacía la salida, miré hacía los árboles que aún no obtenían su vívido color verde, aún así, formaban una vista linda al contrastar con el cielo. En ese instante, al regresar mi mirada a Gaara, sentí una mirada, incliné la cabeza un tanto adelante para buscar la mirada tan intensa que sentía sobre ambos, pero antes de que pudiera localizar a esos ojos mi compañero tapó nuevamente mi vista.

La belleza de la imperfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora