Jade

42 10 5
                                    

Esperé fuera de la puerta, efectivamente eran los vestidores. Por más que quisiera entrar, sabía que si no alguien más que Naruto no había hecho alboroto quizá no era algo de suma gravedad.

Naruto había dejado sus accesorios del uniforme de kendo en las bancas de madera donde descansaban el resto de sus compañeros, con la mascareta en mano se acercó a mi con una sonrisa tímida y un rubor en las mejillas debido al ejercicio que había estado realizando.

"¿Lo viste?" me preguntó frotando su nuca. Yo negué con la cabeza, "Creo que fue mi culpa, debí de darme cuenta que Sasuke estaba distraído... es parte de analizar a tu compañero y cuidarlo..."
Puse mi mano sobre su hombro suavemente: "lo importante es que está bien, lo peor que puede hacer es ser cortante y eso es algo bastante usual ya"

Ambos sonreímos.

"¡Ah, Sakura! Con razón ese cabeza de pato se asustó que un cabeza de coco se te acercera así"

"¿Cabeza de pato, de coco? Naruto, ¿de qué diablos hablas?" lo miré divertida prestando atención a las múltiples señas que hacía para describir

"Verás tú y Sasuke comparten algo, es una emocióoooon, ¡eres lista y yo creo que es obvio! Empieza con c y termina... "

"¡Uzumaki Naruto!" une vos grave se alzó detrás de la puerta, de ella emergió quien se había llevado a Sasuke a los vestidores. "¿No deberías estar buscando al personal médico? En su lugar estás aquí cotilleando... "

"¡Kakashi, pero aquí está nuestra solución, dattebayo!" le contestó Naruto señalandome.

"¡Ah, si! Mucho gusto, soy Haruno Sakura y estudio medicina. Si ha pasado algo puedo ayudar, ya estoy en mi último año, entonces tengo experiencia"

"Lo que hacen un par de ojos bonitos" murmuró Kakashi

"¿¡Verdad!?" exclamó Naruto al mismo tiempo que yo soltaba un "¡¿Qué?!"

"Su paciente la espera, señorita Haruno. Puedes pasar. Yo tengo que poner en orden a estos jóvenes. Entonces... Te lo encargo, pero no tarden o sospecharé" Kakashi tomó del cuello a Naruto y lo arrastró mientras este le rogaba por irse, quería disculparse con su amigo además de saber cómo está, pero fue imposible que su maestro le permitiera soltarse de su agarre.

Con seguridad, abrí la puerta, me asome tímidamente y solo ví un amplio cuarto con gabetas que contenían las mochilas de los estudiantes. Giré mi vista a la izquierda, había un letrero que decía "duchas", miré hacía la derecha y la pared exhibía los trajes de kendo, así como las caretas y sables, pero justo en frente, en una de las sillas metálicas que iban pegadas unas a otras, estaba Sasuke, con la palma de su mano sosteniendo su quijada, dejando caer el peso que se consentra en su codo en la rodilla en la que se recargaba.

Le sonreí, él suspiró y alejó la mirada, dejándome ver con claridad un trozo de gasa pegada descuidamente por encima de su sien y con ganas de despegarse.

"¿Sasuke Uchiha ?" Pregunté con seriedad. Él volvió a mirarme, pero con gesto divertido, me miró escéptico, pero asintió

"Soy la doctora Haruno" me reprimí para no reír y salir de papel "Me han enviado para revisar su herida, ¿cómo se lastimó? ¿Se siente mareado, cómo ve?"

"No es nada grave, señorita Haruno" contestó y encogió sus hombros

"La que juzgará eso seré yo" me acerqué, me mantuve de pie "Te voy a quitar esto que te pusieron" le avisé
Cuándo quité la gasa blanca, observé un pequeño corte, no excedía los cinco centímetros, tampoco parecía ser profunda. Al cabo de unos días se vería como un rasguño y a lo mucho saldría un chichón.

La belleza de la imperfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora