Anaranjado

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Sasuke♡🍅: Hey

Sasuke♡🍅: Estaré en la terraza de medicina a las cuatro. Sólo estaré yo, por si aún andas en la escuela.

Leído 13:40

“¡Haruno! Se tendrá que lavar nuevamente las manos y también debe de despejar su cabeza, no puede entrar a disección así” me regañó mi profesora

Asentí, guardé mi celular y fui a lavarme las manos antes de entrar a la sala de medicina.

Sonreía como una tonta, lo sabía.
Pero es que... ¿Quién no? ¡Sasuke Uchiha me había mandado mensaje!

Shanarooooo, ahora más que lista para empezar con mis prácticas. Me iba a apurar para salir a dónde él estaba.

Salí de mis prácticas y después de hacer unos apuntes, me dirigí a la terraza. Subí las escaleras y a cada paso sentía mi corazón acelerarse, además, estaba al pendiente por si Sasuke aún no había llegado y estaba detrás de mí o delante subiendo también.

¿Pero qué le había picado?

Primero habíamos sido, a mí parecer, dos personas que habían conectado muy rápido hasta el punto de comenzar a atraerse, después estuvimos llenos de malentendidos, después no hablamos por estar ocupados, pero nos disculpamos y recientemente me ofendió al no querer platicar conmigo antes de sacar conclusiones

¿Pero qué le había picado?

Por más que estuviera contenta y con el corazón al mil por hora, no le iba a permitir que con ese pequeño gesto me tuviera en la Luna. Lo de la última vez no tenía por qué pasarse por alto y se lo haría saber.

Pasé el umbral, no ví a Sasuke cerca así que admiré el cielo. Me acerqué a una pequeño escalón que había cerca, me senté y guardé mi bata en mi mochila. Después me levanté y miré a los lados, ¿quizá había Sido una broma? ¿Es que Naruto había tomado su celular y mandado eso?

No. Naruto no sabe jugar bromas.

Me balancee sobre mis talones y una brisa desacomodó mis cabellos, tapando mis ojos.

“¿Sakura?” escuché el clásico saludo de Sasuke hacia mi. Me quité los mechones de mi cabello a la vez que miraba a la dirección de la cual provenía su voz

Ambos nos quedamos callados, estábamos a unos metros del otro. Por primera vez, el silencio entre ambos era incómodo y... Yo no pensaba romperlo.

“¿Hace mucho que estás aquí?” preguntó haciendo contacto directo con mis ojos, esos ojos negros parecían no tener ni una pizca de nervios, simplemente seriedad o más bien, seguridad

“No... Pero creí que ibas a llegar antes”

“Sí lo hice, sólo que estaba en el otro extremo. Te ví cuando entraste”

“¿Entonces por qué no me saludaste?”

Encogió sus hombros levemente

“Pero sí me vas a decir qué hacemos aquí, ¿verdad?”

Suspiró, supongo que yo estaba siendo seria, cosa que nunca fui estando con él, pero no sabía cómo actuar después de lo que sucedió y verlo normal me hacía dudar más

La belleza de la imperfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora