Lila

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Fue entonces que los tres íbamos a la casa de los Uchiha. Yo honestamente me encuentro feliz, es una experiencia más y hacerme cercana a Itachi es lindo, pues tengo en fé en el no sólo como hermano, sino como persona.

Cuando estábamos a punto de llegar a la estación que nos dejaría a quince minutos de su casa, el andén frenó con fuerza al detenerse. Toda la gente se tambaleó, pero al haber poca, realmente no hubo coches entre personas.

Sin embargo, yo estaba separada de la puerta y los tubos para sostenerme porque había decidido poner mi mochila al frente para guardar mi teléfono. Fue entonces que en el momento del movimiento yo perdí el equilibrio.

Sasuke había estampado con fuerza su mano al marco de la puerta, rodeando mi cuerpo por detrás a modo de protección, pero gracias a que Itachi estaba a mi izquierda había sido él, con sus manos alrededor de mis hombros delicadamente me había ayudado a permanecer sobre mis pies. Por lo tanto, Sasuke nos tenía recargados, al igual que su mano derecha, al marco de la puerta a Itachi y a mí. Tanto su hermano mayor como yo lo miramos con sorpresa siendo apretados levemente por el pecho de Sasuke.

Cuando el tren paró por completo, fue cuando la presión se liberó; el pequeño Uchiha dió dos pasos atrás que Itachi y yo imitamos. A mí ya no me sostenían los hombros, los tres parecíamos esperar por las puertas abiertas para marchar. Aunque al momento en que casi perdía el reflejo del vidrio de la puerta, mis ojos miraron cómo la mano izquierda de Sasuke seguía aferrada con fuerza al hombro de Itachi que, cuando fue liberado del agarre miró a su hermano, se mofó de él y me miró por el mismo reflejo dándome una sonrisa. Sasuke no se dio cuenta de ello y aunque lo hubiera hecho estoy segura que la reacción habría sido la misma: al abrirse las puertas del vagón tomó la delantera y no miró hacia atrás.

¿Qué sentirá Itachi de tener que ver la espalda de su pequeño hermano?  Me pregunté. Pensé en la conversación que había escuchado antes, si bien me ponía feliz ser parte del cambio y razón por la que Sasuke se acercaba a su hermano y repensaba su dinámica familiar, muy en el fondo esperaba que fuera parte de la voluntad propia y pura de Sasuke acortar verdaderamente la distancia que aún había entre él e Itachi.

“Él siempre muestra sus sentimientos de forma especial, Sakura, seguro lo sabes. Entonces no te preocupes por mi” me dijo Itachi en casi un susurro, dejándome atrás con sus pasos.

En un sobresalto, antes de que emparejaramos el paso con quién llevaba la delantera, decidí responderle a Itachi: “Pero también está bien que de vez en cuando piense en si te llegan sus sentimientos o no... No lo consientas tanto”

Con el rostro rojo, seguramente, me pose a un lado de Sasuke y caminé en silencio. Él solo me dijo con un tono sutil: “Tendremos que usar más el metro para que no te pase lo de recién, boba”

“Tendremos más citas en tu casa o más lejos... Anotado” le sonreí pícara.

•✿•

En la casa de Sasuke, Itachi estaba haciendo de comer mientras en la sala cercana a la cocina esperábamos. Yo me había ofrecido a ayudar, pero se negó, dijo que estaba contento de poder servirnos y que después le podíamos devolver el favor.

Sasuke había anunciado que iba a tener una pequeña siesta ahí mismo, por lo tanto tenía sus ojos cerrados, pero su postura se mantenía con brazos cruzados y sentado casi impermeable. Sin embargo, al cabo de unos minutos observé que había dejado caer un poco su cabeza hacia delante, estaba más relajado, quizá más dormido.

“Iré por unos vegetales rápido a la despensa” anunció casi para si mismo Itachi, corrió la puerta que daba a la entrada y a las escaleras de las habitaciones y la volvió a correr para cerrarla.

La belleza de la imperfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora