Plateado

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De alguna forma, Sasuke y yo nos habíamos hecho cada día más cercanos, de una manera tan natural que parecía que nos conocíamos desde siempre. De hecho, ya se había hecho una costumbre quedarnos de ver en un punto medio, ya sea para volver a casa juntos, esperar al otro después de sus clases o tomar apuntes ahí, puesto que nuestras facultades quedaban muy lejos una de otra. Rara vez era cuando nos acercábamos y ese día no fue la excepción; sin embargo...

"Sakuraaaaaaaaaa, ¿no tendrías que estar con el viejo en la tienda?" se sentó a mi lado Naruto

Tomé mi teléfono para fingir ignorarlo

"¡No, Sasuke te ha enseñado cosas malas! Tú no eras así"

"¡Quizá porque me hiciste montar un pequeño drama de celos!" le dije, por fin le había explicado el por qué estaba enojada con él, hace días que lo evitaba incluso si estaba con Hinata

"¿Pero no ayudó en algo?" me abrazó por los hombros mientras se tapaba su rostro sonrojado "Además, Sasucakes también andaba así, ¿no? No te lo hubiera dicho si yo no lo hubiera golpeado por accidente, ¿no crees? Yo estoy como su mejor amigo para unirlos y hacerlos ir por más y más amor"

"Quítate del camino" escuchamos decir a Sasuke, de inmediato Naruto y yo nos pusimos de pie, sonrojados y felices, como si se tratara del mismísimo rey. Naruto alzó ambas manos demostrando inocencia y me susurró un "¿ves?", yo sólo le hice una mueca fingiendo seguir enojada

"Y bueno, ¿a dónde iremos?" Sasuke miró con hartazgo a su mejor amigo: "¡Ogh, ya entendí!" exclamó claramente desmotivado el rubio, tal y como yo, con una mirada de los lindos ojos negros entendíamos perfecto

"Lo siento, Naruto. Será para la próxima, a menos que Hinata esta vez te aparte" le dije mientras comenzaba a tomar camino codo a codo de Sasuke

"¡Bien, pero no tengan pena de agarrarse de las manos sólo porque los estoy observando!" se despidió alzando la voz, me comencé a reír porque nuestro rubio seguramente no sabía que Sasuke lo acababa de maldecir en voz baja; son completamente opuestos, ¿eh?

Después de unos minutos de nuestra caminata estábamos casi por llegar a la salida de la escuela.

"Sakura" me llamó mi querido azabache, lo miré emocionada, últimamente ya no me reprimía y le demostraba lo mucho que me gusta... ¡pues todo sobre él y de nosotros! Pero no dijo nada más, sólo tenía la mirada demasiado seria, rápidamente busqué pistas alrededor y en sus acciones: nada. Se dio cuenta de mi confusión por lo que con sus ojos me señaló su mano que estaba extendida.

Lo tomé de la mano y bromeé: "¿Entonces sí era por Naruto? ¿Debo de preocuparme?"

Negó con la cabeza divertido: "Tonta... Sólo haría aún más alboroto"

Fue entonces que caminamos hasta la tienda de artesanías de la mano

•✿•

Cuando llegamos, para mi sorpresa, Jiraiya se encontraba atendiendo la tienda, mientras que en el patio de atrás se encontraba Tsunade, con una pequeña botella de sake y su respectivo vaso, sentada en la mesa que daba a la puerta de la casa. Realmente no era una imagen favorecedora si un cliente entraba, pero paralela a ella, en una mesa de trabajo, se encontraba Deidara, un chico rubio extremadamente embelesado por el arte y en especial por la cerámica quien había comenzado a trabajar ahí antes que yo.

Era entonces un ambiente ciertamente animado, había música en el lugar que acompañaban, como él mismo solía decir, el proceso creativo de Deidara y sus piezas. Tsunade de un momento a otro maldecia porque jugaba en una aplicación de apuestas en su celular mientras bebía y bueno... Sasuke y yo entrabamos en escena; yo me senté a practicar los grabados en piezas incompletas de utensilios, mientras mi azabache leía a un lado mío.

La belleza de la imperfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora