Princess Potter [Regulus Black]

Capitulo 11

La mañana de ese viernes, Rose se levantó con una gran sonrisa por dos buenos motivos: ese día no iría a trabajar gracias a que el director le dio el día libre, y en segundo lugar porque era su cumpleaños número dieciocho. 

Se levantó animadamente de su cama y realizo su rutina con tranquilidad. Rose usualmente no disfrutaba de festejar su cumpleaños, especialmente desde la muerte de sus padres, sin embargo, su cumpleaños dieciocho le provocaba una emoción indescriptible, principalmente porque, aunque ya era oficialmente mayor de edad, con dieciocho años ya era mayor de edad tanto en el mundo muggle como en el mágico.

Salió de la ducha envuelta en su bata blanca con una sonrisa, la cual desapareció siendo remplazada por una mueca de susto en cuanto detrás de ella apareció Regulus, haciéndola gritar de susto y que este comenzara a reír.

—¡Reggie! ¡No hagas eso!—se quejó Rose con una mano en el corazón.— casi me matas del susto.

—Lo siento, princesa. Lo siento.—la abrazó con cariño y le mostró un ramo de peonias rosas.—Feliz cumpleaños, querida mía.

—Muchas gracias, Reggie.—agradeció Rose con una sonrisa y ambos se dieron un beso.

De pronto, la puerta del cuarto fue abierta y entraron Jane, Narcisa y Bellatrix con una gran sonrisa con unos baules en sus manos y soltando confeti sobre ellas. 

—¡Feliz cumpleaños, Rosie!—exclamaron las tres mujeres con emoción.

—¡Mi niña ha crecido!—exclamó Jane dramáticamente, corriendo a abrazarla y besarle la mejilla repetidas veces.

—¡Hola! Gracias... ¿Qué hacen aquí?—cuestionó Rose confundida, dejándose querer por Jane.

—Venimos a prepararte para tu fiesta de esta noche—respondió Jane con una sonrisa.

—¿Qué? ¿Qué fiesta?—pregunto con el ceño fruncido.

—La que Reg te preparo.—explicó Narcisa.

—Reggie.—llamó Rose con seriedad y este la tomó de la cintura, mirándola a los ojos.

—Es tu cumpleaños, amor—la besó.— déjame consentirte. 

—¡Anda ya, Rosie! ¡No seas aguafiestas!—exclamó Bellatrix sentándola en su silla.

—Y tu vete.—ordenó Narcisa sacándolo del cuarto.— Nos vemos en la noche, Reg.

—¡Adiós, princesa!—exclamó Regulus antes de que Jane le cerrara la puerta en la cara.

—Hoy eres solo nuestra, Rosie.—dijo Bellatrix.

—Tengo miedo.—murmuró Rose con una sonrisa nerviosa y las chicas rieron.

El resto del día, para sorpresa de Rose, se la paso con las chicas en su apartamento, donde unos magos llegaron para hacerles masajes, así como unas brujas vinieron a arreglarles las uñas, el cabello y a maquillarlas.