Capitulo 17

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Los últimos días las chicas habían estado tan feliz por el embarazo de Bellatrix que no habían parado de comprar las últimas tendencias en ropa de bebé, juguetes, carriolas y todo tipo de cosas que necesitaría el bebé

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Los últimos días las chicas habían estado tan feliz por el embarazo de Bellatrix que no habían parado de comprar las últimas tendencias en ropa de bebé, juguetes, carriolas y todo tipo de cosas que necesitaría el bebé. Narcisa, desde Estados Unidos, envió un precioso colgante nocturno de oro blanco que tenía figuras de estrellas, representando a la casa Black.

Aunque Rose también estaba emocionada con el bebé, sentía que de cierta manera estaban olvidando a Bellatrix, por lo que ese día, al terminar su jornada de trabajo, tomó a Draco y despidiéndose de Regulus, quien estaba todo el día en su despacho trabajando, se dirigió al Callejón Diagon.

—¿A dónde vamos, madrina?—pregunto Draco siendo cargando entre los brazos de Rose.

—Iremos a una tienda a buscar cosas para tu tía Bella, peque.—respondió Rose con una sonrisa y lo miro.— ¿Alguna sugerencia? ¿Qué crees que le gustaría a tu tía Bella? 

—Mmm...—el niño hizo un gesto pensativo.

—Anda, mi pequeño Dragón.—le sonrió y guiño un ojo.— no hay respuestas equivocadas.—le aseguró.

—Pues....—Draco dudo y la miro— ¿Cuchillos?

—...

—...

—Se nota que conoces bien a tu tía.—sonrió irónica.— ¿otra cosa?

—¿Cosas de tortura de la época antigua? —propuso, ladeando la cabeza.

—¿Cómo conoces esas cosas? ¿Los ha usado con alguno de ustedes?—cuestionó Rose con el ceño fruncido.

—Solo con el tío Rod, el tío Reg, con papá y mi padrino.—respondió Draco encogiéndose de hombros.

—Ah, entonces bien.—sonrió.

La tienda de maternidad francesa a lado de la tienda de helados era el destino de Rose. La conocía muy bien ya que muchos de sus pacientes eran madres o futuras madres y siempre conversaban respecto a lo maravillosa que era aquella tienda.

En el lugar había desde camisones, chándales, vestidos y fajas, hasta aromatizantes para las nauseas y pócimas para la hinchazón. Rose no escatimó en gastos y compró absolutamente todo lo esmeralda y plateado que pudo encontrar para Bellatrix. Incluso consiguió un juego de cuchillos como había propuesto Draco.

Las compras tardaron cerca de cuatro horas, lo que claramente causo que el pobre menor de los Malfoy se cansara, por lo que en compensación por ser paciente y portarse tan bien, Rose lo llevo a la tienda de Quidditch para que escogiera lo que quisiera, tomando finalmente un guante y una Quaffle.

—¡Muchas gracias, madrina!—exclamó Draco emocionado caminando junto a ella para salir de la tienda.

—Lo que sea por ti, mi dragón.—dijo Rose con una sonrisa abriendo la puerta del local.

Princess Potter [Regulus Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora