Capitulo 30

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El andar de las altas zapatillas de Rose, Bellatrix y Narcisa, resonaban en toda la Mansión Malfoy mientras estas se dirigían a paso tranquilo hacia los varones, quienes intentaban tranquilizar a Severus, despues de que este se enterará que Jane s...

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El andar de las altas zapatillas de Rose, Bellatrix y Narcisa, resonaban en toda la Mansión Malfoy mientras estas se dirigían a paso tranquilo hacia los varones, quienes intentaban tranquilizar a Severus, despues de que este se enterará que Jane se había ido de la mansión hace algunos minutos.

Las tres mujeres dejaron las pociones, la tetera y las tazas en una mesita del lugar. Rose comenzó a continuar curando las heridas de los hombres al mismo tiempo que Narcisa y Bellatrix servían un té con infusiones relajantes, principalmente para Severus.

—Necesito ir por ella, no puede estar con él.—murmuró Severus, siendo sujetado por Rodolphus, quien era el único ileso.

—Ella dijo que volvería, confía en ella como lo has hecho hasta el momento.—dijo Regulus con firmeza.

De repente, la puerta del saloncito en que se encontraban se abrió ligeramente, llamando la atención de los presentes cuando un pequeño humano de cabellos platinados se asomó con timidez desde el marco de la puerta. 

Se trataba del heredero de la famila, Draco Malfoy, enfundado en su pijama de seda gris mientras abrazaba con fuerza su peluche en forma de dragón. Todos los adultos miraron hacia la puerta, la mirada del infante recayó sobre Rose, quien ladeó ligeramente la cabeza sintiendo un calor en su corazón y este sonrió emocionado.

—¡Madrina! —exclamó Draco corriendo hacia ella.

—¡Hola!—saludó Rose con una gran sonrisa.— Pero que niño tan hermoso eres, ¿Cómo te llamas?—pregunto emocionada. 

—¿Eh?—Draco borró su sonrisa y la miro triste. 

Sorprendida, Rose giro el rostro hacia Narcisa, mirándola confundida, haciendo que esta sonría con cierta tristeza.

—A veces olvido que sufriste el accidente.—comentó Narcisa en un suspiro.— El es mi hijo Draco, tu eres su madrina junto a Severus que es su padrino.—explicó.

—¿Soy madrina de esta cosita? Que buen servicio—sonrió de lado

—¿No puedes recordarme, tía Rosie?—pregunto Draco con tristeza, separándose de ella y alzando su peluche con ambas manos.— ¡Mira! ¡Tú me regalaste este peluche en mi cumpleaños!...¿no lo recuerdas..?

—Lo lamento...—dijo Rose con una sonrisa triste y acarició el rostro de Draco.—No puedo recordarlo, pero...si de algo estoy segura, es de que aunque no te recuerdo, te quiero mucho.—sonrió abrazándolo. 

—Pero ya no te acuerdas de mi.—musito Draco con tristeza.

—Es verdad, pero eso no significa que no pueda volver a hacer nuevos recuerdos contigo, ¿no crees?—Rose acarició sus cabellos.

—Es verdad, cariño. —dijo Bellatrix.— Si Rose lo hizo con tu tío Reg que es medio idiota, no es como que no lo vaya a hacer contigo.

—¡Hey!

Princess Potter [Regulus Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora