Capitulo 13

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Toda su vida Rose había querido ser medimaga, sabía que era una carrera sacrificada y difícil, pero estaba dispuesta a correr el riesgo ya que adoraba esa vocación, sin embargo, su trabajo la estaba consumiendo a un ritmo alarmante

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Toda su vida Rose había querido ser medimaga, sabía que era una carrera sacrificada y difícil, pero estaba dispuesta a correr el riesgo ya que adoraba esa vocación, sin embargo, su trabajo la estaba consumiendo a un ritmo alarmante.

Hace dos semanas, en el departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas del Ministerio de Magia, una docena de hombres habían viajado a un lugar en Australia para controlar unas criaturas que habían escapado de un mercado negro. Quizá no hubiesen sufrido mucho daño si no fuera porque había dos dragones gales verdes y un Nundu entre las criaturas.

Debido a esa trágica situación (que cabe destacar que si se logro resolver) todos los involucrados salieron gravemente y su cuidado y atención medica había sido de tal importancia que incluso Rose, que no pertenecería a la primera planta de Heridas provocadas por criaturas, tuvo que presentarse a ayudar y desde entonces no tenía ni un momento libre.

Regulus Black ingresó al Hospital San Mungo aquella mañana del viernes con rostro serio y preocupado. Sin pasar a recepción tomó camino hacia el despacho de su novia, a quien no veía desde hace dos semanas. Sabía que ella estaba trabajando, pues le había enviado una nota el primer día notificándole del incidente y previniéndole de que quizá estaría muy ocupada esos días.

Pero ya llevaban dos semanas separados y Regulus no toleraba estar lejos de su novia ni un segundo más. 

Sabía, por información de sus conocidos, que Rose no dormía prácticamente nada ya que era una de las Sanadoras en Jefe a cargo del problema con los magos del ministerio, situación que ya empezaba a preocupar a Regulus, pues si su chica no dormía nada, significaba que tampoco estaba prestando atención a otra necesidad básica como lo era el alimentarse.

Ingresó al despacho de Rose despues de tocar dos veces y escuchar un áspero «pase». El escritorio estaba lleno de una torre de papeles detrás de la cual se encontraba una notablemente cansada y estresada Rose.

—Princesa...¿Hace cuanto no duermes?—cuestionó Regulus al ver las enormes bolsas bajo sus ojos.

—Regulus.—lo miro asombrada y regresó su vista a los documentos.— ¿Qué haces aquí? Creí que tendrías una junta en Roma.

—Eso fue hace una semana.

—¿En serio?—lo miro sorprendida.— vaya, si que pasa rápido el tiempo.

—Aún no me respondiste, ¿hace cuanto no duermes? Pareces a punto de una catalepsia.—dijo Regulus acercándose a ella, preocupado.— Ni siquiera se como sigues de pie.

—Estoy funcionando con dos horas de sueño, pensamientos suicidas, tres litros de café, un paquete de galletas y lista para luchar con Dios...—lo miró a los ojos— o convertirme en él.

—Necesitas dormir.—dijo Regulus con el ceño fruncido.

—Dormir es para débiles.—replicó Rose.

Princess Potter [Regulus Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora