Prologo

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Narrador omnisciente.

En un gran palacio estaba un poco tenso, la emperatriz viuda y su hijo estaba de nuevo teniendo esa conversación, ella queriendo que su hijo se casará y el igual de necio que ella negándose, hasta que ella resignada dejando ya la discusión, mejor cambio de tema preguntándole lo que quería para su cumpleaños tomándola por sorpresa su respuestas.

-La joya más hermosa del imperio? Hijo...-

-Lo se madre, pero sabes que adoro las joyas y quiero la más hermosa he única joya para mí colecciones-

Suspirando pensó en tal vez hacer una pequeña búsqueda.

-Esta bien cariño, pero sabes que daré como siempre daré la fiesta de cumpleaños aún que no te agraden- sonrió cuando su hijo hizo una mueca.

Quién diría que eso pasaria a una situación que sería de sus más grandes diversión.

Por otro lado, en un pequeño pueblo llamado beika, dos jóvenes estaban caminando listos para hacer sus quehaceres diarios,los dos irían a la casa grande a trabajar. El muchacho de ayudante con el señor de la casa y la muchacha de sirvienta o como guarda del Omega.

Ambos estaban platicando y riendo mientras caminaban a su trabajo, pero sus risas se apagaron escuchando el galope de unos caballos y risas, ambos lo sientieron, eso no era buena señal y para cuando quisieron moverse un hombre quería tomar a Ran.

Por reflejo se interpuso, recibiendo el el golpe en la cara y lo tomaron del cabello bruscamente, su cabeza daba vueltas y apenas escuchaba lo que gritaba Ran, se desmayo viendo entre borrones a su amiga Ran.

Para cuando despertó estaba en una tipo jaula, sus pies estaban encadenados y en su cuello había un collar de esclavo, la jaula era cubierta de una sábana pero escuchaba un gran alboroto.

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¿Donde diablos lo habían traído?

La Joya De KaitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora