capitulo 35

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Narrador omnisciente.

Paso un largo tiempo, dónde la feliz pareja de prometidos se mantenía un poco distante pero a la vez muy contentos, shinichi mantenía sus clases a un ritmo rápido y muy avanzado, algo que tenía contenta a la sultana y mantenía orgullos a kaito.

Ambos se sentían felices y contentos con los avances de shinichi, aún más claro al ver el interés de varios jóvenes noble y doncellas en el, creando cierta amistad con muchos y dándole un mejor ambiente con los noble ahora que están cerca de las festividades y a no mucho de su próxima boda, incluso shinichi había hecho una lista de candidatos y candidatas a doncellas de compañía cuando se hiciese emperador, lo cual le dio un punto más.

Se sentían alegres de verlo tan cómodo en las fiesta de te que la emperatriz hacia con frecuencia y es que shinichi también se ganaba su favor, siendo el quien sacaba los temas de conversación, ese carácter tan orgulloso y dulce a la vez cautivo a muchos, siendo la inspiración de los más jóvenes. La emperatriz estaba encantada con eso, así que dejo muchas veces a cargo a shinichi de la fiesta.

También ambos habían avanzaron en su relación, siendo casi como una pareja de recién casados, siempre se les vía juntos diciéndose de motes cursis o dándose mimos hasta caer dormidos, eso o tambien verlos junto a la sultana discutir algo.

Y ese algo era algo que no tenía para nada contento a kaito.

Para la, absoluta y completa, paranoia de kaito, shinichi tenía siempre un informe detallado de cada movimiento de la organización, siempre puntal y cada vez más cerca de una posible venta.

Ambos afinaron los planes y planes secundarios que fueron agregando a los que tenía con la emperatriz, claro que preparo algo a espaldas de kaito por qué estaba 100% seguro que no lo dejaría usarlo para la ocasión y era necesario si querían llegar hasta ellos.

El resultado fue encantador y tanto el como la emperatriz estaban descuerdo que el atenido era preciso, hasta se hizo dos más por qué estaba seguro que el que usaría terminaría dañado por una posible pelea o kaito quisiese deshacerse de el aún que lo dudaba, había descubierto que a kaito le encantaba cuando usa sus trajes de cortejo o que le bailasen, fue tanto así que no lo dejo terminar su baile antes de que se le fuese encima.

No se quejaba, nunca fue desatendido durante ese tiempo y ambos lo disfrutaban, otra cosa a favor del idiota, seguro es que ambos terminarían ganado algo mucho más que solo atrapar a esos bastardos, pero claro....kaito era kaito y no dejaba de ser tan idiota y quejica cómo siempre.

-Estás molesto querido hijo?- dijo la sultana, divertida por la obvia molestia de su hijo.

-Claro que estoy molesto madre, sobre todo con shinichi- dijo irritado, viendo a shinichi con cara de pocos amigos.

-Deja de quejarte, quieres detener esto si o no?- dejo de lado su libro y miro a kaito con molestia, llevaba más de media hora escuchando las interminables quejas de kaito, se estaba cansando de toda eso, vio como kaito vacilaba, pero al final asintió-bien, quieres que acabemos pronto esto?- kaito asintió -perfecto, dejaras de ser un paranoico y dejaras que sigamos, vale?- volvió asentir, aún que poco menos decidido -bien, seguras el plan hasta donde lo llevamos, dejarías de ser molesto y escucharás, queda claro?- asintio temeroso, shinichi le sonrió dulce y dejo de verlo amenazante -Me alegro que nos entendamos kaito querido- volvió a su lectura ignorando la casi risa de la emperatriz y la cara de susto de su prometido.

-Te tienen buen contratado hijo- dijo en broma.

-Como no tienen idea madre-

-Escuche eso...y dónde te quejes te dejo tres meses en abstinencia absoluta- y sin voltear del todo vio la cara de absoluto horror de kaito y a hora si que escucho a la emperatriz reír.

La Joya De KaitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora