La Joya De Kaito

capitulo 43

Narra shinichi.

Después de nuestra boda, la recepción duró tres días, el segundo día no aparecimos pues mis piernas estaban débiles y mi cadera dolía, kaito tan lindo me trato tan dulce, trayendome el desayuno y mimandome todo el día.

Todo fue maravilloso y estaba feliz por todo, kaito y yo compartimos casi todo, habitaciones, despacho y horarios, ahora que estábamos casados se podría decir que éramos aún más unidos y eso nos gustaba.

Todo era hermoso y pacifico durante todos los días.

O eso pensé durante una semana antes de empezar a sentirme mal.

Después de nuestra primera noche de casados paso un mes, durante un mes me he empezado he sentido mal, muy mal, mi estómago duele, siento náuseas y he llegado a vomitar un par de veces, algunos alimentos han empezado a darme náuseas y más se sensible algunos olores.

Pero no era el único con comportamiento raro, kaito empezó a tener antojos bastante raros y ni hablar de algunos mareos que ha tenido, Suguro tubo que sostenerlo más de una vez antes de que cayera.

Aún que lo que más me irritaba era que kaito estaba empalagoso, abrazándome o besándome, incluso lo atrapé olfateandome varias veces durante el día y en las noches, aún que en esos momentos procuraba no acercarse tanto a mi y olfateaba discretamente.

Kuroba kaito más vale que te alejes de mi cuello y no muerdas o te pateare- cubrí mi cuello y aleje a kaito.

Desde que nos casamos deje de usar gargantillas que cubriesen mi marca y eso es algo que le agradaba y desagradaba a kaito por igual.

–Vamos shinichi sabes que no te morderé, solo que algo me llamo la atención- me abrazo y pego su nariz a mi cuello -pensé que eran imaginaciones mías pero...algo cambio-

–Aja...me parece interesante todo eso cariño- lo mire serio y detuve su mano que estaba a nada de meterse por debajo de mi ropa - pero más vale que alejes esa mano por qué estoy a nada de romperla, sabes que me duele me cueepo- lo amenace y el se apartó sonriéndome nervioso.

–No sabia que te dolía el cuerpo- me miero divertido y pícaro -pero creo que se por que te duele...o al menos por qué aún sigues con esa sensibilidad-

–Claro que debes de saber por qué me duele- lo mire con reproche y acomode los papeles que tenía -la primera noche no dejaste que descansará ni un rato y mira ahora...tengo secuelas de aquello-

No termine del todo cuando Suguru entro con algunos papeles, no era gran cosa solo firmamos para autorización y después ambos nos retiramos hacia nuestra habitación, ya era bastante tarde y el trabajo nos tenía agotados.

Nos pusimos la pijama y después de unos cuantos mimos ambos nos quedamos dormidos.

Pero fue raro, sabía que estaba soñando pero se sentía bastante extraño, estaba en el palacio, más concretamente en la sala de trono, el ocaso se veía a través de los grandes ventanales cuando escuché cascabeles y un rebote, como el de un pelota...y después una bonita risa infantil. Después vi una pelota rodar hacia mi deteniéndose en mis pies, la risa se escuchaba más cerca y una figura un poco borrosa se acercaba, era pequeño casi una cosita diminuta se acercaba a gatas apresuradamente queriendo tomar la llamativa pelota.

La pequeña figura era borrosa pero sabía que era un bebé, no podía distinguir su cara o algo más y de repente el sueño acabo.

Desperté abrazado de kaito y mire al rededor de la habitación, era temprano aún. Mire a kaito que parecía tener un mal sueño al tener su entrecejo fruncido y murmuraba algunas cosas, lo empecé a mover un poco y llamarlo hasta que despertó, parecía exaltado y miro todo antes de verme a mi y abrazarme más fuerte mientras murmuraba mi nombre.